Las sorpresas de la revocación de mandato

Todo lo que pasó con los resultados de la revocación de mandato estaba previsto. Como se esperaba, la consulta no fue vinculante. La participación no llegó al 40% y estuvo entre el 15 y el 20% (un 17,6% en promedio). El voto por la continuidad del presidente fue también abrumador como se esperaba. Ganó con más del 90% (91.10%). Probablemente un poco más amplia la diferencia en la consulta de lo que se esperaba a favor del presidente. Ninguna sorpresa en eso.

Sin embargo, al hacer una revisión más exhaustiva y sobre todo comparando con los datos históricos de votación, se observan algunas sorpresas. Si bien es cierto que el nivel de participación era predecible, no necesariamente el de la diferencia con la que ganó el presidente. Ganar con más de 9 de cada diez votos, combinado ese resultado la participación, nos lleva nuevamente a revisar los números.

El ejercicio de compararlos con los datos de la elección presidencial del 2018 -en la que el presidente ganó con el 53% y votó el 63% de la población- carece de sentido. El que hayan salido a votar menos electores, si bien tiene que ver con la perdida de apoyo al presidente, sobre todo es consecuencia de los niveles de atención en la elección. En términos analíticos no tiene mucho sentido comparar una elección presidencial con una consulta.

En todo caso nos quedarían dos comparaciones. La consulta previa en la que se preguntó si se deberían juzgar a los expresidentes del país por su conducta pública durante su Administración. Y un proceso electoral reciente como la elección intermedia del año pasado. En ambas elecciones la comparación es forzada, pero por propósitos analíticos es útil.

La consulta sobre los ex presidentes realizada el 1 de agosto de 2021 en términos comparativos tiene la ventaja de que había sido organizada también por el INE y tenía un número de casillas similar. La afluencia fue del 7,11% sobre el listado nominal, muy por debajo de lo que se obtuvo este domingo, 10 puntos porcentuales arriba. El resultado fue el más abrumador de todas las consultas realizadas durante esta administración: 97.7% a favor.

La elección intermedia del año anterior sería el otro punto de referencia. Nuevamente, hay diferencias fundamentales con la consulta de este domingo, fundamentalmente porque se votó por el Congreso federal, 15 gobernadores y cerca de 2.000 alcaldías. En términos de participación se llegó al 53% de la votación, la más alta para una elección intermedia en tiempos recientes en nuestro país.

Por estos y otros factores -como que el presidente no estaba en la boleta- la elección no es comparable. Sin embargo, en términos de números, la similitud se presta a una reflexión. En la elección intermedia de 2021 votaron por Morena 16 millones 136.841 electores, el 34% del 53% de los casi 93 millones de electores. Este domingo votaron por Morena, según estimados del INE, 14 millones 887.359 ciudadanos, el 91,1% del 17.5% del total del padrón. Es decir, sólo 1.249.482 menos que el año pasado. Los datos y el referente pueden no llamar más a la reflexión por su similitud numérica, pero son muy distintos por el tipo de elección.

El resultado de esta consulta puede tener muchas lecturas, depende de con qué enfoque se le observe. En cualquier caso, tendrá alguna consecuencia hacia la elección presidencial de 2024. No queda claro todavía cómo se le va a leer. Lo que es cierto es que el resultado es mixto, según esta interpretación, y sorprendió por donde menos se esperaba: su similitud con la elección intermedia de 2021.

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