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La detención de El Huevo siembra de balas y fuego la madrugada de Nuevo Laredo

El Ejército ha arrestado a Juan Gerardo Treviño, el líder del cartel del Noreste, que ha sido deportado a Estados Unidos donde tiene la ciudadanía

Captura de un video que muestra los disturbios en Nuevo Laredo (Tamaulipas) tras la detención.
Carmen Morán Breña

Detener a un capo del narcotráfico nunca es tarea fácil y viene acompañado de disturbios que mantienen a la población acorralada en sus casas. Nuevo Laredo (Tamaulipas) ha amanecido este lunes entre el caos de vialidades cortadas e incendios aquí y allá, debido a la detención por parte del Ejército del jefe del cartel del Noreste, Juan Gerardo Treviño, alias El Huevo, lo que ha ocasionado enfrentamientos armados. Los tiroteos y bloqueos se extendieron por toda la ciudad durante horas, según informaban los propios vecinos en sus redes sociales, y la alcaldesa de la ciudad fronteriza con Estados Unidos, Carmen Lilia Caturosas, pidió a la población que se mantuviera alerta y precavida. Los comunicación a través de los puentes que comunican con Laredo (Texas) quedó suspendida hasta varias horas después. El líder del Noreste fue deportado, que no extraditado, a Estados Unidos, donde tiene la nacionalidad. a través del puente que une el aeropuerto de Tijuana con el país del norte. Estados Unidos había ofrecido una recompensa por él.

Treviño es caza mayor. Su historia delincuencial tiene pedigrí. Es sobrino del sanguinario narcotraficante Miguel Ángel Treviño Morales, el jefe cuando la familia era integrante de los Zetas, y tiene otro tío y un hermano vinculados también con el terror del narco. Su hermano Kiko está preso en Estados Unidos. También lo está su tío en México. El Huevo se crio, pues, entre asesinos que lo enseñaron desde joven a torturar y deshacerse de los cadáveres con ácido. Su trayectoria criminal le fue proporcionando ascensos en el clan hasta convertirse en jefe del Noreste, una organización con presencia en parte del norte de México y también en Texas. Las transición desde los Zetas, una de las bandas más sanguinarias, hasta el Noreste estaba concluida. El Estado de Tamaulipas había ofrecido por él una recompensa de 100.000 dólares, pero ha sido la detención a finales del año pasado de su jefe de seguridad, Marín Rodríguez Barbosa, quien ha puesto sobre la pista a los agentes hasta lograr su arresto.

Tamaulipas es uno de los Estados que sufre mayor violencia en México, debido a su condición tanto marítima como terrestre en frontera con los Estados Unidos. El ruido de esta mañana habrá sobrecogido a los habitantes de Nuevo Laredo, pero seguro que ya no les sorprende. Los ataques se han dirigido hacia el Consulado de Estados Unidos pero también hacia la Secretaría de la Defensa Nacional. Antes hubo un fuerte choque con lo sicarios que protegían a Treviño, el último líder de los Zetas, según la agencia estadounidense contra el narcotráfico (DEA) y el que formó posteriormente el cartel del Noreste.

Sobre El Huevo pesan tres órdenes de captura, una en Tamaulipas por extorsión y asociación delictuosa, otra en Coahuila por homicidio doloso y terrorismo y una más con fines de extradición por conspiración por tráfico de drogas y lavado de dinero.

Como es habitual, los del Noreste estaban enfrentados a otros carteles o familias de estos, como el todopoderoso Jalisco Nueva Generación. Entre todos siembran el terror allá donde operan sus negocios criminales. La Secretaría de la Defensa ha calificado este golpe como una gran operación contra la cúpula del cartel. Según la prensa local, al Huevo se le han incautado dos armas de uso exclusivo del Ejército y de las Fuerzas Aéreas Mexicanas. Treviño dirigía una banda de sicarios conocida como Tropas del Infierno. Y eso es precisamente lo que han desatado esta madrugada en Nuevo Laredo, un infierno de vehículos ardiendo y calles cortadas con el telón de fondo de las balaceras.

La vida volvía a la normalidad andando las horas de la mañana, pero antes, los trabajadores se resguardaron o se abstuvieron de ir al trabajo, y las escuelas no abrieron sus puertas. El Consulado estadounidense suspendió toda actividad. En medio de la conmoción, y a medida que avanzaba la mañana y se recuperaba la vida ordinaria, la alcaldesa pedía en un tuit que la gente siguiera acudiendo a las vacunaciones contra la covid, pero con precaución.

México sigue inmerso en una espiral de violencia, que afecta hoy a Colima, mañana a Zacatecas, pasado a Michoacán, y al día siguiente a las más famosas costas para el turismo. El terror adquiere diversas formas, como si se tratara de una competición diaria: minas antipersona, cadáveres colgados de puentes, fusilamientos contra la pared. De tarde en tarde, las peleas entre los carteles salpican también a la población en su quehacer cotidiano, como el tumulto terrorífico que se originó en el estadio de Querétaro recientemente.

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Sobre la firma

Carmen Morán Breña
Trabaja en EL PAÍS desde 1997 donde ha sido jefa de sección en Sociedad, Nacional y Cultura. Ha tratado a fondo temas de educación, asuntos sociales e igualdad. Ahora se desempeña como reportera en México.

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