Emma Coronel, la esposa de El Chapo, se declara culpable de tráfico de drogas y lavado de dinero en EE UU
Los fiscales sostienen que la imputada “trabajó en estrecha colaboración con la estructura de comando y control” del cartel de Sinaloa
Emma Coronel, de 31 años, se ha declarado este jueves culpable de tres delitos relacionados con el multimillonario imperio de narcotráfico que lideró su esposo, Joaquín el Chapo Guzmán. La exreina de belleza admitió su participación en la red criminal ante un tribunal federal de la ciudad de Washington, como parte de un acuerdo con la Fiscalía que le permitiría obtener una condena de 10 años o menos de prisión. Las autoridades estadounidenses la acusaron en febrero de colaborar con el capo en el tráfico de drogas y el lavado de dinero. Los fiscales sostuvieron que la imputada “trabajó en estrecha colaboración con la estructura de gestión y control” del cartel de Sinaloa.
Coronel fue detenida en febrero en el Aeropuerto Internacional de Dulles, cerca de Washington, y desde entonces ha permanecido en prisión. Tras dos años de investigación, el Departamento de Justicia de EE UU la acusó de tráfico de cocaína, metanfetamina, heroína y marihuana, de conspiración, de lavado de dinero y de participar en transacciones con un narcotraficante extranjero.
”Está muy feliz de dejar esto atrás”, sostuvo su letrado, Jeffrey Lichtman, a la salida del tribunal. La sentencia se hará pública en septiembre.
En 2019, El Chapo Guzmán fue condenado en un tribunal de Nueva York a cadena perpetua por narcotráfico, más 30 años de prisión por violencia con armas y 20 por blanqueo de dinero. Desde entonces, permanece en la cárcel Supermax de Colorado, la prisión federal más segura de EE UU. Según documentación presentada en el juicio, la esposa de El Chapo fue una de las que orquestó la fuga del capo de la prisión de alta seguridad mexicana de El Altiplano, en 2015, a través de un túnel que conectaba la ducha de su celda con una casa de seguridad. Coronel tramaba ayudarle a escapar de nuevo en 2017, sobornando a un funcionario penitenciario.
El fiscal del caso, Anthony Nardozzi, ha asegurado este jueves que la imputada “sirvió como intermediaria” para entregar mensajes a los miembros del cartel después de la detención de su esposo y también conspiró con los hijos del capo para “planificar y coordinar” sus fugas de prisión.
No es común que las parejas de los narcotraficantes sean procesadas, pero los fiscales del juicio de El Chapo presentaron pruebas significativas de que Coronel, madre de dos de los 10 hijos del narcotraficante, estaba significativamente involucrada en la actividad criminal de su esposo. Los documentos presentados por las autoridades estadounidenses evidencian que la leal esposa de El Chapo transmitió sus órdenes de 2012 a 2014 para realizar envíos de drogas, además de ayudarlo a evadir su captura durante años. Nardozzi añadió que Coronel había “instigado” los objetivos del cartel de Sinaloa para introducir drogas en EE UU y ayudó a traficar con más de 450.000 kilos de cocaína, 90.000 de heroína, 45.000 de metanfetamina y unos 90.000 de marihuana.
La exreina de belleza de Sinaloa, de doble nacionalidad mexicana y estadounidense, tenía 17 años cuando conoció a El Chapo, de 51, en una fiesta en un rancho. Venía de una familia con tradición en el negocio de las drogas y sabía perfectamente quién era el capo. Al poco tiempo se convirtió en la tercera esposa del amo de la mayor red de narcotráfico del mundo. “No me consta que trafique con drogas. Estoy enamorada de él”, solía decir en las entrevistas. La que algunos medios llaman la Kardashian de Sinaloa (en referencia al famoso clan televisivo estadounidense) suele ser un personaje recurrente en los tabloides mexicanos.
Coronel se ha caracterizado por su lealtad a prueba de todo, pero su discurso de total desconocimiento sobre los negocios criminales de El Chapo se derrumbaron durante los 11 meses que duró el juicio a este en Nueva York. Los fiscales demostraron, entre otras cosas, que la mujer aprovechó sus privilegios de visita conyugal cuando El Chapo estaba en la cárcel para ejercer de emisaria con el equipo que planeó su fuga en 2015. Dos años después, cuando volvieron a detener al capo, Coronel le pagó dos millones de dólares a un funcionario de la prisión para que trasladaran a su esposo a Altiplano, la prisión de donde se había escapado la primera vez. El plan no se ejecutó y al poco tiempo extraditaron a El Chapo a Estados Unidos, donde cumple cadena perpetua.
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