López Obrador propone robustecer aún más a la estatal Comisión Federal de Electricidad

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha enviado este lunes una iniciativa preferente para reformar la Ley de la Industria Eléctrica. Esta propuesta deberá ser discutida de forma prioritaria en la Cámara de diputados, donde el partido del mandatario, Morena, tiene mayoría. La propuesta propone limitar la producción de electricidad privada y privilegiar la generada por la estatal Comisión Federal de Electricidad (CFE). Los legisladores, que han iniciado hoy el último periodo de sesiones previo a las elecciones intermedias del 6 de junio, tienen 30 días para debatir los cambios sugeridos por el Ejecutivo.

La propuesta plantea modificar ocho artículos y cuatro transitorios que fueron aprobados en 2015 durante el Gobierno de Enrique Peña Nieto en lo que la Administración del PRI celebró como una agenda de reformas estructurales. La energética, de donde se desprende la norma que ahora Morena quiere cambiar, terminaba con el monopolio del Estado en la industria del gas y el petróleo y abría el sector a empresas privadas. El Gobierno de López Obrador busca “fortalecer a la empresa productiva del Estado, CFE, para beneficio del interés nacional” y “garantizar la seguridad energética como pieza estratégica del concepto superior de la seguridad nacional”, indicó el Congreso en un comunicado tras recibir la iniciativa presidencial.

De ser aprobada, la estatal CFE se afianzaría aún más como la primera productora eléctrica del país. Y el Centro Nacional de Control de Energía (Cenace) estaría obligado a priorizar la energía producida por las hidroeléctricas controladas por la Comisión, dejando en segundo plano a las fuentes renovables. Actualmente, las centrales despachan su electricidad a la red de acuerdo con sus costos. Las más baratas, generalmente las renovables, lo hacen antes que las termoeléctricas de la CFE. Al final de la cola de distribución quedarían las centrales de ciclo combinado en manos de particulares. Con la iniciativa preferente, López Obrador busca también eliminar la opción de que la CFE compre electricidad a través de subasta, una de las novedades que impuso la reforma de Peña Nieto y que hizo disminuir de forma significativa los precios.

Desde el arranque del Gobierno, López Obrador ha otorgado a la CFE, dirigida por el polémico Manuel Bartlett, un mayor peso en las políticas de la Secretaría de Energía. Esta reforma, de ser aprobada por la mayoría de Morena, engrosaría aún más el poder de la paraestatal, que ha sido objeto de críticas recientes por cortes de luz durante la crisis sanitaria provocada por el coronavirus. La Comisión cortó el servicio de casi 700.000 usuarios por impago durante los primeros meses de la pandemia.

El PRI ha anticipado que, de ser aprobada la iniciativa en la Cámara de Diputados, como es factible que lo sea, impugnará la norma ante la Suprema Corte de Justicia alegando su inconstitucionalidad. El partido opositor, que promovió la reforma de Peña Nieto, argumenta en un comunicado que la propuesta del Ejecutivo “pretende eliminar el despacho eficiente de las plantas de generación eléctrica, gracias al cual las energías limpias se han abierto paso al ser más baratas que las termoeléctricas convencionales de carbón, combustóleo y diésel”.