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Ciudad de México anuncia un incremento de camas de hospital mientras siguen las fiestas y las compras

Las autoridades sanitarias llaman al confinamiento ante el aumento semanal de contagios de coronavirus

Carmen Morán Breña
Las calles del centro de Ciudad de México llenas de gente por las compras navideñas.
Las calles del centro de Ciudad de México llenas de gente por las compras navideñas.Daniel Augusto (Cuartoscuro)

La Ciudad de México está en alerta máxima por los contagios de covid que día con día ponen a prueba la capacidad hospitalaria, con un 83% de ocupación de camas generales y un 71% para críticos, unos niveles muy altos que han obligado a la jefa de Gobierno de la capital a ampliar los recursos disponibles. Claudia Sheinbaum ha anunciado que los hospitales de Defensa, el IMSS, la Secretaría de Salud y las unidades temporales elevarán el número de camas disponibles mediante nuevas reconversiones de las plantas generales, aplazando los procesos hospitalarios que puedan esperar, y volviendo a situar carpas de emergencia, según ha añadido esta tarde Ruy López Ridaura, director general del Centro Nacional de Programas Preventivos y Control de Enfermedades.

Este baremo, el total de camas, es uno de los que se usan para determinar el color del semáforo, pero no el único, hay hasta 10. Pero es tan determinante como elástico: si se aumenta el número de camas, las gráficas de ocupación bajan y eso puede ayudar a permanecer en color naranja y no pasar al rojo, algo a lo que se resisten en la capital para no influir fatalmente en la economía. En todo caso, el color del semáforo es competencia directa de la autoridad sanitaria federal, como muchas veces repiten en el Gobierno de la capital. Sheinbaum dijo que se dará el número extra de camas el próximo martes, pero Ruy López mencionó esta tarde “unas 500”.

El coronavirus se ha llevado esta semana en México 3.632 vidas, un 2% más que la anterior, acercándose dramáticamente a los peores picos de hace unos meses, donde se alcanzó un máximo de 5.400. Pero las cifras globales de poco le sirven a la Ciudad y el Estado de México, dos de las zonas que presentan estos días mayor gravedad, cuando las autoridades federales hablan ya de “nueva fase de la nueva normalidad”, lo que puede traducirse como un preocupante repunte de la enfermedad. A pesar de ello, la situación es muy heterogénea en la República, tanto que se están derivando médicos de algunos Estados para que colaboren en otros de mayor incidencia pandémica.

Sea cual fuere el color del semáforo en la capital, las autoridades no dejan de alertar a la población, a quien piden colaboración para un nuevo confinamiento. Quédense en casa si no hay algo esencial que hacer en la calle, repiten constantemente, y las compras navideñas no lo son. A pesar de ello, y de las nuevas restricciones puestas en marcha, como la rebaja en el horario de apertura de los locales de ocio e incluso de los puestos callejeros, el tránsito no remite en las vías más céntricas de la ciudad. Ni tampoco las fiestas propias de estas fechas de fin de año. No es inusual en un paseo ver varias decenas de personas en algunos locales festejando a voz en grito o con música en directo. Ruy López lo ha mencionado hoy mismo: “He visto a mucha gente celebrando en un departamento y a otros cantando las mañanitas a todo volumen y me dije: otra fiesta, híjole”. El responsable de Programas Preventivos concluyó: “Ya tendremos tiempo para festejar, pero ahorita no. Todos estamos cansados”.

Los llamados para que la gente permanezca en sus casas se suceden como aquellos en los que se recomienda asistir al hospital cuanto antes, a la vista de la tardanza con que llegan personas graves a los centros sanitarios. En Ciudad de México, un 59% de los pacientes que requieren ingreso, es decir, que su caso es grave, están llegando al hospital entre tres y más días después de que comenzaran los síntomas, algo que complica mucho la recuperación. Ese porcentaje era del 47% con anterioridad. También se ha elevado el de los que no están graves pero acuden tarde, que ha pasado de un 59% a un 61%. Mientras que disminuye el número de los que decidían ir al hospital en el plazo correcto, antes de que pasen dos días con síntomas.

La llegada a tiempo al hospital es determinante para salvar la vida. Los que llegan pasados los dos días de sintomatología incrementan en un 50% el riesgo de fallecer. Si el plazo supera los 4 o 5 días esa fatalidad se eleva hasta un 80% y con más de seis días un 150%.

Las causas para explicar la desobediencia que parece cundir entre la población ante las medidas dictadas para combatir la crisis son bien distintas según el barrio de que se trate. En las zonas pobres suele tratarse de la necesidad de salir a trabajar a diario o de cierta superstición o rechazo del peligro de contagio. Pero en las colonias de mayor nivel de vida, como la de la Condesa o la Roma, son las fiestas masivas con nulas medidas de seguridad las que están contribuyendo a los contagios.

“Necesitamos la colaboración de la población”, ha rogado Ruy López esta tarde. Y es un mensaje que no dejan de repetir desde el presidente López Obrador hasta los jefes de Gobierno estatales. Cuando todo parecía que podía ir a mejor, llegaron las Navidades.

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Sobre la firma

Carmen Morán Breña
Trabaja en EL PAÍS desde 1997 donde ha sido jefa de sección en Sociedad, Nacional y Cultura. Ha tratado a fondo temas de educación, asuntos sociales e igualdad. Ahora se desempeña como reportera en México.

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