El horror continúa en el centro de Ciudad de México: hallado el cadáver de otro niño en una maleta
La Fiscalía detiene a dos adolescentes vinculados con el hallazgo y asegura que este caso no tiene relación con el descuartizamiento de dos muchachos en el centro la semana pasada
Inadvertido o ignorado, el centro de Ciudad de México se ha revelado como un infierno para la infancia. Entre el brillo marmóreo del Palacio de Bellas Artes, las entrañas de la vieja urbe que precedió a la capital moderna y la efervescencia comercial de las callejuelas del casco viejo, los niños sufren la violencia más cruel. En la madrugada de este miércoles, las autoridades hallaron el cadáver de un muchacho de 14 años en una maleta en una calle de la colonia Guerrero. El hallazgo ocurrió no muy lejos de donde vivían los dos niños, de 12 y 14 años, que aparecieron descuartizados la semana pasada a unas cuadras del zócalo. La Fiscalía de la capital ha informado de que ya hay dos detenidos relacionados con lo ocurrido.
Se sabe poco más, al menos de manera oficial. No se sabe cómo llegó la maleta a la calle. No se sabe cómo murió el muchacho, ni por qué metieron su cuerpo en la valija, ni qué pensaban hacer con ella. La fiscalía ha informado este miércoles por la noche de que este asunto no tiene nada que ver con el caso de los dos niños descuartizados. La semana pasada, la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, informó de que el asesinato de los menores y la saña empleada contra sus cuerpos tenía que ver con el narco. Hay dos detenidos por este caso también.
EL PAÍS ha tratado de obtener información de los voceros de la Fiscalía local, pero la respuesta ha sido negativa: de momento no hay más información. Se da la paradoja de que las cuentas de Twitter de varios reporteros de nota roja de la capital abundan en detalles sobre el muchacho. Su nombre, su edad, la edad de los detenidos —otros dos muchachos de 15 años—, la relación de los detenidos con la maleta —al parecer los muchachos dijeron que recibieron un pago por llevarla a un basurero—, el motivo del crimen —un secuestro de consecuencias desastrosas—, incluso fotografías del menor asesinado.
La cantidad de información diseminada por la red es tal que la posición de la Fiscalía resulta difícil de sostener. Hay reporteros que saben incluso cuánto medía la maleta. Los hay que se han atrevido a colgar fotografías del niño ya fallecido, dentro de la maleta, hecho un escorzo, la mano asomando por el cierre.
Mientras esto ocurre, las autoridades buscaban a dos adolescentes de 15 años, hombre y mujer, desaparecidos entre el 28 de octubre y el 2 de noviembre, también en el centro. Este jueves, la Fiscalía ha informado de que ya ha aparecido la mujer, aunque no ha dado más detalles. Varios medios han especulado con que los dos son amigos de los muchachos descuartizados la semana pasada. Sobre la desaparición, la Fiscalía solo había informado de que fue en días y lugares distintos. El diario El Universal señala que “comerciantes y vecinos de los niños desaparecidos refirieron a las autoridades que ambos eran amigos de Héctor y Alan”, los dos menores asesinados la semana pasada.
Llama la atención el tono inevitable de los funcionarios que se han referido a estos casos en los últimos días. Si la semana pasada Sheinbaum no dudó en apuntar a la nebulosa del narco para explicar el horror de los muchachos descuartizados, su jefe de policía le siguió la corriente hace unas horas. Preguntado por los asesinatos de menores, Omar García Harfuch dijo que “desgraciadamente en la mayoría de organizaciones criminales hay menores de diferentes edades”. Como si el horror de dos muchachos hechos pedazos en el núcleo comercial, turístico e histórico de la capital del país pudiera explicarse como una presentación de diapositivas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.