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La comunidad LGTB mexicana sobre el apoyo del Papa a las uniones civiles entre homosexuales: “Es un gran paso”

Organizaciones y activistas por el respeto hacia la diversidad sexual celebran las palabras del pontífice aunque matizan su alcance

Ignacio Gallello
Marcha del orgullo gay en 2020 en Ciudad de México
Dos personas celebran el Día del Orgullo, en Ciudad de México, el pasado junio.HENRY ROMERO (Reuters)

Las palabras del papa Francisco sobre la unión civil de personas homosexuales han puesto patas arriba el tablero moral del catolicismo. En un documental que se ha estrenado este miércoles en el Festival de Cine de Roma, la máxima autoridad religiosa de occidente señala que “las personas homosexuales tienen derecho a estar en la familia, son hijos de Dios, tienen derecho a una familia. No se puede echar de la familia a nadie, ni hacer la vida imposible por eso”. El Papa ya había dejado entrever su apoyo a estas uniones antes de ser elegido como máximo jerarca de la Iglesia católica en 2013. Cuando era obispo de Buenos Aires, se mostró favorable a estas uniones como una alternativa a la vía del matrimonio “convencional”. En cualquier caso, estas nuevas declaraciones han supuesto un espaldarazo para las organizaciones LGTB en México, que lo ven como un “gran paso”, aunque matizan su alcance.

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Así lo definen Juan Jacobo Hernández Chávez, director del Colectivo Sol: “Es un paso adelante, es el primer Papa que dice semejante cosa”. Hernández afirma que para los cristianos católicos va a ser un cambio muy grande y cree que será un gran “escándalo” que suscitará posiciones “a favor y en contra” dentro de la Iglesia católica. Hernández piensa que habrá que esperar a ver cuál es la reacción de las autoridades religiosas mexicanas, pero lo que más le interesa es saber qué pensarán los creyentes de a pie. “Va a haber una tensión entre los prejuicios y la homofobia que tienen y lo que está diciendo su máximo jerarca”, dice. Este es un “gran paso” que se hace “muy positivo”.

Este es un avance “positivo” aunque “llega tarde”, según Enrique Torre Molina, activista y consultor LGBT+ y cofundador del espacio Colmena 41. “En lo primero que pensé fue en las personas gais, lesbianas o trans que son católicas y que con estos cambios les comunican un mensaje de que son un poquito más bienvenidos en una institución que históricamente no les ha dado la bienvenida”, comenta. También cree que es un “mensaje importante” para los padres y madres de personas de estos colectivos, pues les da “más herramientas dentro de su fe” para querer a sus hijos. Aun así, el activista piensa que estos cambios de postura son “insuficientes” y que deberían haber llegado hace “muchos años”, además señala que sigue quedando fuera la cuestión del matrimonio dentro de la iglesia para personas del mismo sexo. “Yo quisiera que la aceptación fuera total, no solo como una concesión parcial”.

Dentro de la jerarquía eclesiástica, el obispo de Saltillo y activista destacado por los derechos LGTBI en México, Raúl Arévalo, es rotundo en su opinión: “Bravo por el Santo Padre, porque abre una puerta al diálogo para resolver este pecado que estamos cometiendo contra estas personas [desde la Iglesia]”. El religioso afirma que es “inmoral” que las personas de orientación homosexual no puedan gozar de un estatuto legal como el resto de los ciudadanos. “Está librando [el papa Francisco] a la Iglesia de un compromiso grandísimo con un sector de la población mundial", celebra.

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