Fiestas de cumpleaños infantiles: ¿mejor individuales o en grupo?

Después de haber organizado muchos eventos para mis dos hijos y de haber asistido como invitado a decenas de los de sus compañeros, alabando o criticando su organización, aquí van unas cuantas reflexiones sobre los dos estilos de celebración, por si ayudan a decidir

En las celebraciones individuales no hay otros niños que roben el protagonismo al cumpleañero.Catherine Falls Commercial (Getty Images)

A partir de cierta edad, a muchos adultos les empieza a dar pereza celebrar su cumpleaños, por lo que implica de nervios, emociones y recuerdos… Los niños, en cambio, se pasarían el día de fiesta en fiesta. Ya hemos hablado alguna vez de lo que implica ir de invitado a una de estas fiestas de cumpleaños infantiles, pero hoy miraremos directamente al abismo de la organización de un cumpleaños infantil.

Durante los primeros años escolares, sobre todo en la escuela infantil y en los primeros cursos de Primaria, aparece siempre la duda: ¿es mejor celebrar el cumpleaños de cada crío de manera individual? O, como al final se acaba invitando a casi toda la clase, ¿se hace en grupo con los niños que cumplen en el mismo trimestre para repartir esfuerzos y gastos?

Después de haber organizado muchos cumpleaños de mis dos hijos y de haber asistido a decenas de fiestas como invitado, alabando o criticando su organización, aquí dejo unas cuantas reflexiones sobre los dos estilos de celebración, por si ayudan a tomar la decisión de cómo celebrar el próximo cumpleaños de tu hijo.

Fiesta individual

  1. Es el cumpleaños de tu hijo y se merece celebrar su día, no un Festival de Eurovisión comunitario con siete niños robándole protagonismo. Es como se ha celebrado siempre, y por algo será.
  2. Es el cumple de tu hijo y, por lo tanto, quieres celebrarlo como os dé la gana, cuando os dé la gana, y con quien os dé la gana, sin tener que ceder a los gustos de otra gente.
  3. Eliges tú a los invitados y controlas la gente que vendrá. Si no, estarás compartiendo espacio con desconocidos, que pueden ser la mar de simpáticos, pero igual no los quieres en un día especial.
  4. Eliges el sitio, el día, la hora, el presupuesto y, sobre todo, la comida. Porque tú conoces a tu hijo y a los tuyos, y quieres que el niño coma, beba y juegue a lo que le gusta. Los muy sanos no quieren sobredosis de azúcar ni guarradas. Y a los más eclécticos alimentariamente les entrará un sudor frío al ver que la mesa de la comida parece montada por un nutricionista vengativo y muy estricto.
  5. Lo eliges todo, pero también lo pagas todo. Y según el número de asistentes, la comida o la merienda y el sitio o actividad que quieras proponer, a veces creerás que estás financiando una miniboda.
  6. Si no conoces todavía a los otros padres de clase o no son mucho de tu estilo y manera de organizar, montarlo por tu cuenta es más trabajo, pero menos estrés. Vas a tu ritmo cuando te va bien.
Una de las ventajas de celebrar los cumpleaños de manera individual es que tú eliges a los invitados y controlas toda la gente que vendrá.John Eder (Getty Images)

Fiesta grupal

  1. Si hay sintonía con los otros adultos organizadores, las gestiones se reparten y es todo más fácil. Esto, por supuesto, también puede convertirse en un arma de doble filo porque puede implicar llamadas o reuniones infinitas para ponerse de acuerdo en un montón de variables, desde la decoración hasta qué tipo de platos o vasos (tradicionales, ecológicos, baratos y destructores del planeta) o si se ponen tres bolsas de basura para reciclar por conceptos.
  2. Nadie se siente excluido, porque se invita a toda la clase y se favorece la integración. Quien quiera venir ya vendrá, y quien no, ya buscará cualquier excusa o no contestará. El lado oscuro de este apartado es que si en clase hay cuatro niños que molestan al tuyo y le complican la vida en el aula, es muy posible que los acabes teniendo que invitar por petición de los otros padres celebradores, y es posible que le acaben molestando al tuyo en su propia fiesta.
  3. Los gastos se reparten y, según la opción de celebración elegida, repartir entre dos o tres relaja bastante. Porque algo que en el fondo no deja de ser tres horas de una fiesta infantil, a veces, acaba costando una fortuna y no está el precio del aceite como para ir derrochando.
  4. La fiesta grupal tendrá mucha más gente porque con cada niño también vendrán la familia, los amigos del pueblo, uno que se encontró en los campamentos… Y, a veces, tanta gente, con un porcentaje importante de desconocidos, puede llegar a agobiar.
  5. Esta modalidad suele funcionar más cuando los críos son pequeños, sus únicos amigos “constantes” son los de clase y se invita a todo el mundo.
  6. Es recomendable hablarlo a principio de curso para definir la pauta general. Si no, puede que haya gente que ya ha celebrado su fiesta individual y otros se sientan en desventaja económica o social. O simplemente quieran hacerlo por su cuenta y se noten presionados por la mayoría.
  7. Juntar cumpleaños permite ahorrar unas cuantas fiestas, unos cuantos paquetes con chuches y sobredosis de azúcar y, sobre todo, unos cuantos berrinches de niños cansados y superexcitados que no quieren acabar con la fiesta. Y a nivel adulto, según tus habilidades sociales y a los padres de clase que conozcas, también ahorra dos o tres horas de incomodidad social repetidas varias veces. Cuando tienes varios hijos, según su vida social y el número de compañeros celebradores, podemos estar hablando de unas 20 o 25 fiestas por curso. Demasiados ganchitos y Nocilla para cualquiera.

Puedes seguir Mamas & Papas en Facebook, X o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter quincenal.

Más información

Archivado En