Cómo ayudar a tu hijo adolescente a afrontar la recta final del curso

El cansancio, el aburrimiento o el estrés pueden ser el peor enemigo para aprobar los exámenes. Los padres deben estar pendientes de su progreso con mensajes positivos, fomentar hábitos saludables y planes de estudio y no transmitir unas expectativas desmesuradas

Aprender a priorizar tareas, establecer objetivos a corto plazo y tener adquiridas técnicas de estudio son claves para un buen resultado.Carol Yepes (Getty Images)

El final de curso se va acercando y los estudiantes empiezan a estar cansados de las clases y las tareas escolares. Comienzan a pasar factura los madrugones, las prisas para llegar a todas partes y el exceso de tareas y actividades extraescolares. Les cuesta más hacer los deberes, pasar tiempo concentrados preparando un examen o trabajar sin quejarse. La entrega de los trabajos y los exámenes finales provocan en l...

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El final de curso se va acercando y los estudiantes empiezan a estar cansados de las clases y las tareas escolares. Comienzan a pasar factura los madrugones, las prisas para llegar a todas partes y el exceso de tareas y actividades extraescolares. Les cuesta más hacer los deberes, pasar tiempo concentrados preparando un examen o trabajar sin quejarse. La entrega de los trabajos y los exámenes finales provocan en los adolescentes preocupación, presión e incertidumbre. Una época en la que acumulan cansancio y la mayoría la viven con agobio, nervios y estrés. Por todo ello, es probable que los conflictos con ellos en casa alrededor de los estudios se multipliquen durante estas semanas. Unas discusiones que muchas veces nacen del sentir de los padres de que si no están encima de su hijo adolescente controlando lo que hace no va a obtener buenos resultados académicos.

En pocas semanas los alumnos de la ESO, Bachillerato o Ciclos Formativos se tendrán que enfrentar a una larga batería de pruebas que deberán superar con éxito si quieren pasar de curso o conseguir esa deseada nota que les permita acceder a una plaza en la universidad para poder estudiar la carrera que desean. Pero no son pocos los que se sienten desmotivados para enfrentarse a este desafío porque creen que la mayoría de los contenidos que trabajan en el instituto están muy alejados de sus intereses o inquietudes, ya sea las integrales, los autores del romanticismo, la Revolución Francesa o las fórmulas químicas. Materias que les hacen estar muchas horas delante de los apuntes, memorizando y practicando sin encontrar un estímulo que les haga esforzarse.

Si a esta poca motivación por aprender se le suman las mil distracciones que tienen a su alcance a través del móvil, las redes sociales o la videoconsola y las ganas de pasar tiempo con el grupo de iguales, ponerse a estudiar se convierte en una hazaña. El cansancio, el aburrimiento o el estrés pueden convertirse en el peor enemigo del adolescente para conseguir acabar el curso correctamente. Una ansiedad que le puede llevar a tirar la toalla, dejar de perseguir sus metas y abandonar el curso.

Las familias deben ayudar al adolescente a mantener la motivación sobre todo aquello que está aprendiendo y a hacer frente a todas las emociones negativas que le genera el final de curso. Deben mostrar también empatía y evitar estar demasiado encima del adolescente, porque esto puede empeorar su agobio y crear tensiones en casa. Ahora el adolescente necesita sentir que sus adultos de referencia confían en él y le dejan tomar sus propias decisiones.

Hay que fomentar en casa un ambiente de estudio agradable, donde haya silencio y tranquilidad y el adolescente pueda concentrarse.Maskot (Getty Images/Maskot)

Estas son unas claves para ayudar a un adolescente a afrontar la recta final del curso:

  1. Ayudar al adolescente a encontrar su motivación interior, a descubrir sobre qué le hace ilusión formarse. A ver el estudio como la forma de ganar habilidades y competencias que le permitan aprender una profesión que le posibilite conseguir sus sueños. Animarle también a buscar las causas que le provocan la desmotivación y le hacen no esforzarse como debería será clave para poder encontrar posibles soluciones a esa situación.
  2. Fomentar en casa un ambiente de estudio agradable, donde haya silencio y tranquilidad y el adolescente pueda concentrarse. Será muy útil que le ayudemos a organizar su lugar de estudio para que se sienta a gusto, asegurándonos que la habitación tiene una buena iluminación y ventilación, su escritorio está ordenado y dispone de todo el material que necesita para estudiar o hacer las tareas.
  3. Enseñar al joven a planificarse y organizar las tareas que debe realizar y el tiempo de estudio que debe dedicar a cada asignatura. Elaborar un plan semanal le facilitará mantener una buena rutina de estudio. Aprender a priorizar tareas, establecer objetivos a corto plazo y tener adquiridas técnicas de estudio será clave para que pueda obtener buenos resultados.
  4. Mantener unos buenos hábitos saludables será esencial para que mejore su concentración y rendimiento. Será clave que duerma las horas necesarias, reserve tiempo para el descanso, mantenga una alimentación sana y equilibrada y realice actividades deportivas que le ayuden a desconectar del estudio y relajarse. El adolescente debe también hacer un buen uso de su teléfono móvil para que este no le robe demasiado tiempo de estudio o le genere distracciones.
  5. El adulto debe estar pendiente del progreso del adolescente y ofrecerle la ayuda que necesite. Esto no significa que deba agobiarle transmitiéndole una exigencia o unas expectativas desmesuradas. Un joven que sienta que se confía en él y reciba mensajes positivos mostrará mejor actitud a la hora de estudiar. La utilización de castigos o amenazas no mejorarán su actitud hacia el estudio.

Más que nunca, el adolescente necesita tener a su lado a adultos que le ayuden a mantener una actitud positiva y de ánimo ante las últimas semanas de curso. Que le motiven a dar el último empujón y le muestren su empatía y comprensión. Que le expliquen, como decía el activista estadounidense Malcolm X, “que la educación es el pasaporte hacia el futuro, el mañana pertenece a aquellos que se preparan para él en el día de hoy”.

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