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Alemania busca la ayuda de Israel y Ucrania en la defensa ante los drones rusos

Merz, tras una serie de avistamientos en aeropuertos e infraestructuras, contempla que el ejército pueda derribar aparatos no tripulados

Las alarmas han saltado en Alemania por los repetidos avistamientos de drones supuestamente rusos, y la evidencia de que las fuerzas del orden no estaban preparadas. El Gobierno del democristiano Friedrich Merz anunció este miércoles que, para mejorar su tecnologí...

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Las alarmas han saltado en Alemania por los repetidos avistamientos de drones supuestamente rusos, y la evidencia de que las fuerzas del orden no estaban preparadas. El Gobierno del democristiano Friedrich Merz anunció este miércoles que, para mejorar su tecnología en este terreno, está buscando la ayuda de Israel y Ucrania.

Merz también quiere permitir que la Bundeswehr pueda derribar estos aparatos no tripulados. Es una propuesta delicada, porque la Constitución restringe severamente las posibilidades de intervención del ejército federal dentro del territorio alemán.

La coalición de democristianos y socialdemócratas prepara dos iniciativas para reforzar la defensa contra los drones: una nueva ley de la policía federal y una ley de seguridad aérea. La primera llegó este miércoles al Consejo de Ministros y, entre otros puntos, prevé la creación de una unidad dedicada a la investigación y desarrollo en la defensa antidrones.

El Gobierno alemán considera que la innovación es velocísima, que la tecnología evoluciona en “cosa de unas semanas”, según el ministro del Interior, Alexander Dobrindt, y que Alemania no puede permitirse perder el tren. Para evitarlo, ha iniciado “intercambios intensivos” con Israel y Ucrania, países que a la vez son aliados y, por su contexto bélico, son punteros en la defensa antidrones.

Los incidentes se acumulan. A principios de septiembre, Polonia derribó varios drones que habían entrado en su espacio aéreo. Las incursiones se repitieron días después en Rumania. Y en Estonia se detectaron aviones de guerra rusos MiG-31.

En los días siguientes, se avistaron nuevos drones en Dinamarca y, más tarde, sobre infraestructuras críticas —bases militares, una central eléctrica, una sede gubernamental— en el norte de Alemania, cerca de la frontera con Dinamarca. El 2 y el 3 de octubre, el aeropuerto de Múnich, el segundo del país, interrumpió dos noches seguidas los vuelos al detectarse la presencia de aparatos voladores.

“Sospechamos que [el presidente ruso, Vladímir] Putin está detrás de la mayoría de los vuelos de drones”, afirmó Merz el domingo en una entrevista con la cadena pública ARD. “No estamos en guerra”, dijo, “pero ya no estamos en paz, tampoco”.

Alemania es el país europeo que más ayuda presta a Kiev y también el principal apoyo occidental del Gobierno israelí, después de Estados Unidos. En agosto, Merz suspendió las exportaciones a Israel de armamento que pudiera ser utilizado en Gaza. Esta fue una decisión polémica en su país, pero no excluía la cooperación, intensa desde los años 50, en otras materias, incluida la militar.

Centro de coordinación

La nueva ley de la policía federal facilitará el derribo de drones que representen un peligro inminente. La propuesta también contempla la creación de un centro de coordinación entre la policía federal y las policías regionales.

Hoy la policía federal es competente para la protección de instalaciones ferroviarias, aeropuertos, mientras que la policía regional se encarga del resto. La cuestión de fondo es quién dispara, bajo qué circunstancias y con qué tecnología.

Hay, en esta discusión, algo típicamente alemán. Porque afecta el federalismo y el reparto de competencias entre los distintos niveles del poder. Y porque al mismo tiempo obliga a armonizar los diferentes sectores de la coalición gubernamental, cada uno con su lectura sobre lo que permite la Constitución.

El debate sobre el papel de la Bundeswehr en la lucha contra los drones es incipiente, y no se ha resuelto con la ley de la policía federal. Se incluirá en la segunda iniciativa, la ley de seguridad aérea, que todavía no ha llegado al Consejo de Ministros.

El ejército federal tiene ahora competencias limitadas en la protección de Alemania ante posibles ataques de drones dentro del territorio alemán (otra cosa son los drones que lleguen desde fronteras exteriores).

La Ley Fundamental de 1949 establece que la misión de las Fuerzas Armadas es la defensa del país. Solo pueden desplegarse en el interior en casos excepcionales, como catástrofes naturales, accidentes especialmente grave, o ante un “peligro inminente para la existencia o el orden liberal-democrático de la Federación o de un Estado federado”.

Por la experiencia, hasta el final de la II Guerra Mundial en 1945, de las Fuerzas Armadas actuando en el territorio alemán contra los propios ciudadanos, Alemania extrema el cuidado cada vez que se trata de ampliar el ámbito de actuación de la Bundeswehr. De ahí que se haya abierto un debate sobre la flexibilidad de la Constitución, debate que se reproduce dentro de la coalición.

El ministro Dobrindt y los democristianos quieren autorizar al ejército a derribar drones sin necesidad de modificar la Ley Fundamental, lo que, además, requeriría una mayoría cualificada difícil de alcanzar con la actual correlación de fuerzas. Su argumento es que la Bundeswehr posee una capacidad para derribar los drones militares más sofisticados de los que carece la policía regional y federal, y que una modificación legislativa bastaría para permitir a los militares “ayudar” a los policías cuando lo necesiten.

Los socialdemócratas, con la ministra Justicia, Stefanie Hubig, al frente, son reticentes y prefieren que sea la policía la que asuma la protección del interior del territorio, según el diario Frankfurter Allgemeine Zeitung. Algunos expertos señalan las dificultades logísticas que supondría movilizar a los militares para estas tareas, y los riesgos para la población que supondría derribar, en una zona urbana como las proximidades de un aeropuerto, un aparato de un ejército enemigo.

Al contrario que en Polonia, no han derribado ningún dron tras los avistamientos recientes en el aeropuerto de Múnich o en otros países de Europa occidental. Y las autoridades, aunque sospechan de Moscú, han sido cautas a la hora de sacar conclusiones definitivas. Pero todos debaten ahora como protegerse mejor: dentro del territorio europeo y también en las fronteras exteriores. El rearme contra los drones ha empezado.

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