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Lula pide por teléfono a Trump que elimine los aranceles impuestos a Brasil

El mandatario brasileño mantiene una conversación telefónica con el republicano, la primera tras las tensiones diplomáticas por la condena a Bolsonaro

El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, pidió este lunes a su homólogo estadounidense, Donald Trump, que retire el arancel del 40% sobre las importaciones de productos brasileños. En una conversación telefónica, la primera entre ambos mandatarios desde que el millonario volvió a la Casa Blanca, los dos líderes charlaron sobre las relaciones económicas y comerciales.

Se trata también de la primera comunicación entre ambos líderes tras las tensiones diplomáticas entre los dos países después de conocerse el mes pasado la condena a 27 años de prisión al expresidente brasileño Jair Bolsonaro por intento de golpe de Estado tras perder su reelección en 2022.

Trump es amigo y aliado de Bolsonaro. Hace unas semanas calificó como “injusto” al trato que estaba recibiendo el expresidente brasileño. “Lo que están intentando hacer con Bolsonaro es una ejecución política”, señaló.

Lula y Trump charlaron “en tono amistoso” durante 30 minutos sobre las tensiones comerciales entre ambos países. Lula pidió “la eliminación de los aranceles a los productos brasileños y las medidas restrictivas contra autoridades brasileñas”, según explica la nota divulgada por el Gobierno brasileño.

El presidente estadounidense ha publicado en su red social Truth una valoración de la reunión: “Esta mañana tuve una muy buena llamada telefónica con el presidente Lula, de Brasil. Discutimos muchas cosas, pero se centró principalmente en la economía y el comercio entre nuestros dos países. Tendremos más discusiones y nos reuniremos en un futuro no muy lejano, tanto en Brasil como en Estados Unidos. Disfruté la llamada. ¡A nuestros países les irá muy bien juntos!”.

Los mandatarios aprovecharon para intercambiar sus números de teléfono. Y el presidente brasileño insistió en invitar a Trump a la próxima Cumbre del Clima COP30, que se celebrará en la ciudad brasileña de Belém, según un comunicado difundido por la oficina de Lula. El mandatario sudamericano también se ofreció a viajar a Estados Unidos para reunirse personalmente con Trump.

La Administración de Trump impuso un arancel del 40% a los productos brasileños en julio, que se suma al 10% del gravamen que ya estaba vigente. El Gobierno de Estados Unidos estableció los nuevos aranceles a Brasil el pasado 6 de agosto alegando que las políticas brasileñas constituyen una emergencia económica tras el procesamiento penal de Jair Bolsonaro, aliado de Trump.

En un mensaje difundido a través de sus redes sociales, Lula consideró al “contacto directo como una oportunidad para restablecer las relaciones amistosas de 201 años entre las dos mayores democracias de Occidente”. Para defender la quita de aranceles, enfatizó: “En la llamada, recordé que Brasil es uno de los tres países del G20 con los que Estados Unidos mantiene un superávit en la balanza comercial de bienes y servicios”.

El diálogo telefónico entre los presidentes parece allanar una relación que había alcanzado altos niveles de tensión. Hace apenas dos meses, Lula había tildado a Trump de “autoritario” y lo había acusado de “crear problemas donde no existían”. El primer acercamiento se produjo durante la asamblea general de las Naciones Unidas, hace 15 días. Los presidentes se cruzaron e intercambiaron algunas palabras. Luego, Trump comentó que el brasileño le había parecido “un hombre muy agradable”: “Al menos durante unos 39 segundos, tuvimos una excelente química. Es una buena señal”, dijo. Este lunes, tras el primer diálogo formal, Lula retribuyó el gesto: “Recordamos la buena química que tuvimos en la reunión en Nueva York”, señaló.

Para continuar con las negociaciones bilaterales, los presidentes de EE UU y de Brasil designaron a los funcionarios que se encargarán de la tarea. Trump nombró al secretario de Estado, Marco Rubio, y Lula a su vicepresidente, Geraldo Alckmin, al canciller, Mauro Vieira, y al ministro de Hacienda, Fernando Haddad.

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