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Hamás exige un calendario de retirada de las tropas de Israel para aceptar el plan de Trump

La milicia reclama garantías del fin de la guerra y que la Franja sea gobernada por palestinos, según medios saudíes

Mientras el plan para un alto el fuego de Donald Trump para Gaza sigue en el aire a falta de una respuesta oficial de Hamás, Israel continúa con sus ataques en la Franja. Este miércoles, el ministro de Defensa, Israel Katz, ha anunciado que sus tropas ya cas...

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Mientras el plan para un alto el fuego de Donald Trump para Gaza sigue en el aire a falta de una respuesta oficial de Hamás, Israel continúa con sus ataques en la Franja. Este miércoles, el ministro de Defensa, Israel Katz, ha anunciado que sus tropas ya casi han completado el cerco a su capital y cerrado la calle Al Rashid, única vía de escape de la urbe, donde decenas de miles de personas podrían quedar atrapadas. Con la amenaza de nuevas masacres que ello supone —y la presión de los mediadores árabes para que rubrique la propuesta de Estados Unidos—, Hamás negocia ya en Qatar el plan del presidente republicano. La milicia islamista aspira a obtener cambios en un plan que plantea su rendición y desarme, le ofrece pocas garantías y solo recoge un plazo: el de 72 horas para entregar a Israel los 48 rehenes que siguen en Gaza.

Según responsables del grupo islamista citados por medios de Arabia Saudí con buenas fuentes en las autoridades de ese país —como el canal Al Hadath y el diario Asharq Al Awsat—, Hamás reclama que se concreten los contornos imprecisos de los 20 puntos del plan de Trump, que el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ya ha aceptado. Sobre todo en cuestiones que la milicia considera cruciales, como un calendario con fechas claras del repliegue del ejército israelí de la Franja o las garantías de que la ofensiva de Israel acabará realmente y no dará paso a una reanudación de los ataques. Así sucedió en marzo, cuando el Gobierno de Netanyahu rompió unilateralmente la tregua acordada en enero para no tener que acabar con la ofensiva.

El grupo islamista aspira también a conservar parte de su armamento y reclama una enmienda al plan de Trump que distinga entre armas ofensivas, que entregaría, y defensivas, que pretende conservar.

Hamás rechaza a su vez el establecimiento de un Gobierno de transición supervisado por un organismo internacional —que pretende liderar el propio presidente de EE UU— y defiende que sean los palestinos, incluso si su perfil es tecnocrático y no político, quienes gobiernen la Franja.

Desde hace meses, los responsables del grupo han aceptado no formar parte de un futuro Gobierno del enclave. Sin embargo, el documento presentado el lunes por Trump, flanqueado por Netanyahu, en Washington, ni siquiera prevé que la Autoridad Nacional Palestina —que administra parcialmente otro territorio palestino ocupado, Cisjordania—, participe inicialmente en esa administración. El documento condiciona esa posible y futura participación a una larga lista de obligaciones, de nuevo sometidas al criterio de Israel. Entre ellas, renunciar a llevar a ese país ante los tribunales internacionales, acabar con la “incitación” contra su país en los medios de comunicación; es decir, renunciar a cualquier crítica contra él, y reconocer a Israel como Estado judío.

Respuesta “lo antes posible”

Según una fuente, también anónima, que este miércoles cita la cadena catarí Al Jazeera, una primera ronda negociadora en la que la milicia planteó esas demandas tuvo lugar el martes en Doha, la capital de Qatar, entre representantes de ese país, la milicia palestina y delegaciones de Egipto y Turquía. Hamás prometió entonces que ofrecería una respuesta lo “antes posible” a la propuesta de Washington. La víspera, Trump había dado al grupo armado “tres o cuatro días” para contestar.

Hamás ha informado de que está consultando su posible respuesta con otras facciones palestinas. La segunda más importante de Gaza es la Yihad Islámica, que rechazó inmediatamente la propuesta de Trump. Ese segundo grupo armado tiene en sus manos a alguno de los 48 rehenes, casi todos israelíes, que siguen en Gaza. Su rechazo no es del todo irrelevante; podría, en principio, frustrar la entrega de alguno de esos cautivos ―solo 20 siguen vivos― que la propuesta de Trump recoge debería producirse en las primeras 72 horas del alto el fuego. Esa liberación, en teoría, debería dar paso al “fin de la guerra”, el desarme y la rendición de las facciones armadas palestinas.

Hamás está defendiendo su derecho a introducir esa y otras enmiendas en la propuesta de la Casa Blanca después de que el martes se filtrara que Netanyahu había logrado modificar en el último minuto en su favor—y a espaldas de los mediadores de países islámicos— varias de las disposiciones del plan. Esos cambios de última hora, según fuentes citadas por el portal Axios, “enfurecieron” a Qatar, Arabia Saudí, Egipto, Jordania y Turquía, a quienes se presentó el documento final, diferente del que habían consensuado con Washington, como un hecho consumado.

“Aclaraciones”

Aunque esos Estados acabaron respaldando la propuesta en un comunicado, ahora podrían hacer valer esos cambios de última hora de Israel para apoyar el derecho de Hamás a introducir enmiendas. El primer ministro catarí, Mohamed bin Abdulrahman, ha asegurado este miércoles que algunos de los puntos de la propuesta de Trump “necesitan aclaraciones”. Por ejemplo, esa retirada de las tropas israelíes sin plazos o la presencia militar en una zona tampón en el perímetro de la Franja, que se formula como permanente.

En un vídeo divulgado el martes, al día siguiente de la rueda de prensa conjunta de Trump y Netanyahu, el primer ministro israelí se jactó de que su ejército permanecerá en “la mayor parte de Gaza” y negó que vaya a haber un Estado palestino, una posibilidad que, aunque de forma hipotética, sí recoge la propuesta del republicano.

Trump ya ha advertido de que, si Hamás rechaza el plan que —a falta de una propuesta mejor— ha obtenido un amplio respaldo internacional, el final será “muy triste”. El lunes dijo también que apoyaría a Israel para que hiciera “lo que tenga que hacer”.

Ciudad de Gaza, cercada

Mientras la milicia palestina contesta, la ofensiva que incluso una comisión de la ONU define como un ”genocidio", prosigue. Este miércoles, el ministro israelí de Defensa ha anunciado en un tuit que sus tropas rodean casi por completo la capital, Ciudad de Gaza.

En su mensaje, Katz ha notificado a los gazatíes que la carretera Al Rashid, paralela a la costa y única vía de huida supuestamente “segura” —aunque Israel también ha lanzado ataques contra desplazados que trataban de escapar por ella— ha sido cerrada. El titular de Defensa ha precisado que los civiles pueden aún salir de la ciudad en dirección al sur, pero que tendrán que pasar por puestos de control militares.

“Esta es la última oportunidad para que los residentes de Gaza que lo deseen se dirijan hacia el sur y dejen a los terroristas de Hamás aislados en la ciudad de Gaza”, continúa un mensaje que hace temer que, cualquiera que no haya salido ya de la urbe sea considerado un “terrorista”. Un número indeterminado de personas —puede que varios centenares de miles; al menos decenas de miles, según el Comité Internacional de la Cruz Roja— sigue en la capital asediada. Los ataques israelíes en el territorio palestino suman ya más de 66.000 muertos, 65 en esta jornada y, de ellos, 47 solo en la casi cercada Ciudad de Gaza.

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