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El Kremlin admite un estancamiento en sus conversaciones con la Administración Trump

El Gobierno ruso subirá el IVA en 2026, en contra de lo prometido hace un año, para financiar la prolongación de su guerra contra Ucrania

Rusia afirma que los intentos de mejorar sus relaciones con Estados Unidos no progresan, aunque en la práctica se haya visto beneficiada este año del alejamiento interesado de Donald Trump de Ucrania y Europa. “Los obstáculos que hay en nuestras relaciones, acumulados durante las últimas décadas bajo administraciones anteriores, son realmente muy graves y obstaculizan el progreso”, ha dicho este miércoles el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, en respuesta al comentario vertido la víspera por el presidente estadounidense, que calificó a Rusia como “un tigre de papel” y aseguró que ...

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Rusia afirma que los intentos de mejorar sus relaciones con Estados Unidos no progresan, aunque en la práctica se haya visto beneficiada este año del alejamiento interesado de Donald Trump de Ucrania y Europa. “Los obstáculos que hay en nuestras relaciones, acumulados durante las últimas décadas bajo administraciones anteriores, son realmente muy graves y obstaculizan el progreso”, ha dicho este miércoles el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, en respuesta al comentario vertido la víspera por el presidente estadounidense, que calificó a Rusia como “un tigre de papel” y aseguró que Ucrania podría recuperar todo el territorio perdido durante la guerra. Según Moscú, Trump lanzó ese inesperado ataque bajo “la influencia” de su conversación minutos antes con el presidente ucranio, Volodímir Zelenski.

La Administración de Trump y el Kremlin separaron desde el principio sus conversaciones bilaterales de las negociaciones sobre el futuro de Ucrania. Aparte de este asunto, ambos mandatarios comparten una visión parecida sobre el reparto de áreas de influencia entre las potencias y el desprecio a los estándares democráticos. Sin embargo, sus afinidades no han ayudado ni siquiera a que se produzca un avance sustancial en el restablecimiento de sus misiones diplomáticas en Moscú y Washington, uno de los primeros puntos que intentaron solventar al comenzar sus reuniones en primavera.

“Debemos acelerar nuestro trabajo para abordar los obstáculos que existen en nuestras relaciones bilaterales”, ha admitido Peskov en una entrevista concedida a la radio rusa RBK. Su próximo intento será el encuentro bilateral en Nueva York de este mismo miércoles entre el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, y el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, con la Asamblea Anual de la ONU de fondo.

Mientras prolonga su guerra contra Ucrania, Moscú trata de encandilar a Trump con la música que más le gusta. “Lamentablemente, las negociaciones avanzan mucho más lento de lo que desearíamos [...] Aunque, al mismo tiempo, existen muchas áreas a las que beneficiaría una cooperación con las empresas estadounidenses. La Administración actual [estadounidense] está orientada a los negocios, y no se puede ignorar los beneficios de esta posible cooperación comercial bilateral con Rusia”, ha manifestado Peskov.

Pese al supuesto giro proucranio de Trump en las últimas horas, Moscú ha logrado en la práctica parte de lo que quería en estos nueve meses de presuntas negociaciones. En este precioso tiempo para Kiev, Rusia no ha hecho ninguna concesión, Washington ha suspendido su apoyo militar a Ucrania y Europa se ha mantenido a la expectativa, sin dar un paso firme a la espera de los movimientos de la Casa Blanca.

Trump volvió a evidenciar el lunes que quiere desvincularse de la defensa de Ucrania y delegar todo el apoyo militar al Viejo Continente. “Creo que Ucrania, con el apoyo de la Unión Europea, está en posición de combatir y RECUPERAR todo [el suelo] de Ucrania de vuelta a su forma original”, dijo Trump.

Moscú intenta convencer a Washington de que no le merece la pena apoyar a Kiev porque la victoria rusa es inevitable, aunque sus escasos avances en un frente enquistado pongan en duda esa convicción. “La idea de que Ucrania pueda recuperar algo es, desde la perspectiva de Moscú, errónea”, ha declarado Peskov.

Durante su entrevista, el portavoz de Putin ha mantenido la línea del Kremlin desde que Trump llegó al poder en enero de este año: alabar al mandatario actual y culpar de todos los problemas a sus predecesores en la Casa Blanca y a Kiev. “El presidente Vladímir Putin valora enormemente la voluntad política de Trump de promover una solución pacífica y está abierto a encontrar vías para la paz, pero Ucrania se niega a negociar”, ha enfatizado el alto cargo ruso.

Más impuestos

Peskov reiteró en la entrevista que el Kremlin no pondrá fin a la invasión hasta que logre todos sus objetivos sobre Ucrania, es decir, su sometimiento de facto a Moscú. “Necesitamos ganar por el bien de nuestros hijos, nuestros nietos, por su futuro”, dijo el portavoz de Putin.

La guerra dura ya más de tres años y medio, y la economía ”se ha reestructurado en gran medida para satisfacer las necesidades de la operación militar especial", en palabras de Peskov.

Sin embargo, el presupuesto no da para más. Aproximadamente un tercio del gasto del Gobierno se destina a la maquinaria bélica, y Moscú necesita encontrar nuevos ingresos en una economía donde el consumo, fuera de las fábricas de armas, se ha hundido.

Para tapar este agujero, el Ministerio de Finanzas ha propuesto este miércoles subir el IVA del 20% al 22% y abolir el sistema tributario simplificado para los negocios con ingresos anuales de hasta 60 millones de rublos (600.000 euros). Esto obligará a apretarse el cinturón aún más al pequeño y mediano comercio, lo que repercutirá la factura final de la guerra en la clase media rusa.

El Kremlin trata de aparentar que todo está bajo control, pero este aumento de impuestos refleja que la guerra no marcha acorde a sus planes. Hace un año, Putin exigió a la Asamblea Federal, las dos cámaras de su parlamento, que los indicadores claves de la economía, incluido el IVA, se mantuvieran sin cambios hasta 2030. Y, hace unos días, el presidente ruso reclamó a sus ministros que los nuevos ingresos no fueran a expensas de más impuestos sobre los ciudadanos. Ahora ha tenido que renunciar a esos compromisos.

La responsabilidad de esta impopular decisión recaerá, en todo caso, en el Ministerio de Economía, igual que el castigo por los tipos de interés al 17% es asociado por la propaganda rusa a la gobernadora del banco central, Elvira Nabiúllina, y no a la política del Kremlin.

“Rusia está experimentando ciertos puntos de tensión y áreas problemáticas en varios sectores económicos debido a las sanciones y la crisis económica mundial”, ha puesto como excusa Peskov.

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