La indignación en Israel tras la recuperación de seis rehenes sin vida genera la primera huelga general de la guerra contra Netanyahu

La indignación contra el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, por el hallazgo de otros seis cadáveres de rehenes en un túnel de Gaza, se materializará este lunes en una huelga general, la primera en casi 11 meses de guerra. Durará inicialmente un día y comenzará a las 6.00 (una hora menos en la España peninsular). Dos horas después se extenderá al principal aeropuerto del país, Ben-Gurión, cerca de Tel Aviv. Y afectará tanto a los aterrizajes como a despegues. Lo ha anun...

La indignación contra el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, por el hallazgo de otros seis cadáveres de rehenes en un túnel de Gaza, se materializará este lunes en una huelga general, la primera en casi 11 meses de guerra. Durará inicialmente un día y comenzará a las 6.00 (una hora menos en la España peninsular). Dos horas después se extenderá al principal aeropuerto del país, Ben-Gurión, cerca de Tel Aviv. Y afectará tanto a los aterrizajes como a despegues. Lo ha anunciado Arnon Bar David, el presidente de la gran central sindical, la Histadrut, tras reunirse con familiares de los secuestrados en Gaza, que reclamaban el paro desde esta mañana.

Esta es la principal consecuencia, hasta el momento, de la recuperación de los seis cuerpos sin vida, que ha despertado en pocas horas una indignación contra el jefe de Gobierno que el país no vivía desde hace meses, por su bloqueo de facto de un acuerdo de alto el fuego en Gaza que permita el regreso de los rehenes. Hay también una manifestación convocada para esta tarde en Tel Aviv que se prevé multitudinaria.

La Histadrut, poco amiga de convocar parones generales, ha recibido presiones durante dos años para convocar huelgas contra el Ejecutivo: primero, contra la controvertida reforma judicial; este año, para forzar al primer ministro a acordar un canje de rehenes con Hamás. Solo una vez accedió: en marzo de 2023, antes de la guerra y en uno de los puntos álgidos de las protestas masivas contra la divisiva reforma.

Ya a última hora del sábado las redes sociales hervían con la información sobre la recuperación de los cadáveres, que aún no había confirmado el ejército y añadía más leña el fuego: una semana antes, también fueron recuperados otros seis rehenes en la Franja. Los 12 habían sido capturados con vida por Hamás durante su ataque del 7 de octubre de 2023. Y su regreso en ataúdes, 11 meses más tarde, es para el Foro de Rehenes y Desaparecidos —la principal organización que presiona por un acuerdo con Hamás— una “consecuencia directa” de que Netanyahu no haya firmado ese pacto para su liberación.

“Hace más de dos meses que está sobre la mesa un acuerdo para devolver a los rehenes. Si no fuera por la locura, las excusas y las idas y vueltas, los secuestrados de cuyas muertes nos hemos enterado esta mañana probablemente estarían vivos”, ha señalado el Foro en X, la red social antes llamada Twitter. Según los sondeos, Netanyahu ha recuperado buena parte de su popularidad, pero la mayoría de israelíes sigue pensando que prolonga la sangrienta invasión de Gaza por su propia supervivencia política, no por consideraciones militares.

Sus nombres son Hersh Goldberg-Polin, Eden Yerushalmi, Ori Danino, Alex Lubnov, Carmel Gat y Almog Sarusi. No es solo que llueva sobre mojado. Es también que, a diferencia de los recuperados sin vida la semana pasada, con edades —cuatro de ellos tenían entre 75 y 80 años- que hacían más difícil su supervivencia entre bombardeos en una Gaza donde faltan comida, agua y medicamentos, la mayoría en esta ocasión estaba en la veintena, por lo que el impacto simbólico de sus fotografías sonrientes aún con vida ha sido mayor. Los milicianos los capturaron en Nova, el festival al aire libre junto a la frontera con Gaza en el que la gente seguía bailando al alba del 7 de octubre de 2023 y que acabó convertido en matanza y huida desesperada.

La mayor, Gat, tenía 40 años; el menor, Goldberg-Polin, 23. Este último era de los más conocidos, porque su familia se volcó en la causa de su regreso (en un vídeo difundido en abril por Hamás aparecía con un muñón, pero con vida) y tenía también nacionalidad estadounidense. De hecho, ha sido el presidente Joe Biden quien ha hecho el anuncio, “destrozado e indignado”. Kamala Harris, la vicepresidenta y candidata demócrata a las elecciones presidenciales de noviembre, que ―al igual que Biden― se había reunido con la familia del rehén, ha condenado “enérgicamente la brutalidad continua” de la “malvada organización terrorista” Hamás.

Netanyahu parece haberse puesto en modo control de daños, llamando a los familiares de los seis rehenes muertos y haciendo público un comunicado en el que usa un tono distinto con los padres de Lobanov: “Quiero decirte cuánto lo siento y pedir perdón por no haber podido traerlo de vuelta a casa con vida”.

Otra familia, la de Gat, ha rechazado cogerle el teléfono. “No tenemos interés en hablar con quién lo mató, ni en formar parte de su circo mediático. No dejaremos que nos utilice para legitimar el asesinato del próximo rehén”, ha dicho su tío, Gil Dikman.

El ejército israelí asegura que los rehenes fueron asesinados hace pocos días. Por eso, el Foro vincula su muerte al “retraso en firmar un acuerdo” y ha convocado una protesta en Tel Aviv a última hora de este domingo, que espera multitudinaria. También ha pedido a Netanyahu que comparezca públicamente para asumir su responsabilidad por “abandonar a los rehenes”. Este ha respondido con un mensaje grabado (no una rueda de prensa) en el que culpa a Hamás del fracaso de las negociaciones en Doha y en El Cairo, hoy estancadas: “Quienes asesinan a rehenes no quieren un acuerdo”. Un dirigente político de Hamás, Izzat al Rishq, ha asegurado en un comunicado que los rehenes murieron en “bombardeos” israelíes, no asesinados.

El líder de la oposición también llama a la huelga

El enfado originado por la noticia ha ido más allá de la calle o los personalmente implicados. El ex primer ministro y líder de la oposición, Yair Lapid, también ha llamado a todos quienes tengan “el corazón destrozado esta mañana” a paralizar el país. Y el ministro de Defensa, Yoav Gallant, del mismo partido que Netanyahu (Likud), ha emitido un comunicado para pedir al gabinete de seguridad que revierta “de inmediato” la decisión que tomó hace dos días y dificulta aún más un acuerdo de alto el fuego: convertir en línea roja infranqueable en la negociación que el ejército israelí mantenga tropas en la frontera de Gaza con Egipto, llamada Corredor Filadelfia, una vez acabe la guerra.

Gallant fue el único de 10 ministros del gabinete de seguridad que votó en contra, y este domingo ha salido públicamente a subrayar que, pese a ser “demasiado tarde para los rehenes que fueron asesinados a sangre fría”, no lo es para recuperar a los otros 100, de los que se calcula que al menos un tercio está ya sin vida. Hamás exige la retirada militar completa de la Franja y el propio ejército israelí no ve problema en que una fuerza multinacional vigile la entrada de armas bajo el Corredor Filadelfia, donde asegura haber inhabilitado el 80% de los túneles que conectan con el Sinaí, en Egipto. Es, de hecho, una exigencia introducida por Netanyahu a unas líneas maestras de borrador ya acordado.

La noticia ha coincidido además con uno de los atentados más letales contra israelíes de las últimas semanas. Varios palestinos abrieron fuego desde un coche que pasaba contra un vehículo policial cerca del puesto de control de Tarqumiya, en el sur de Cisjordania, territorio que Israel ocupa militarmente desde hace medio siglo. Mataron a tres policías.

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