Blinken concluye su séptimo viaje a Israel sin despejar el alto el fuego en Gaza

El jefe de la diplomacia de EE UU se acerca por vez primera durante la guerra a la frontera de la Franja y visita el paso fronterizo de Kerem Shalom, donde la ONU acusa a las autoridades israelíes de ralentizar la entrada de ayuda

El secretario de Estado de EE UU, Antony Blinken, junto al ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, en el cruce fronterizo de Kerem Shalom, este 1 de mayo.Evelyn Hockstein (REUTERS)

El jefe de la diplomacia de Estados Unidos, Antony Blinken, ha visitado este miércoles por séptima vez desde el inicio de la guerra en Gaza desatada el pasado 7 de octubre al primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, pero apenas se han anunciado avances, pues sigue sin anunciarse un alto el fuego en la Franja, el principal objetivo de buena parte de la comunidad internacional. Coincidiendo con el viaje del secretario de Estado, sí se ha abierto ...

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El jefe de la diplomacia de Estados Unidos, Antony Blinken, ha visitado este miércoles por séptima vez desde el inicio de la guerra en Gaza desatada el pasado 7 de octubre al primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, pero apenas se han anunciado avances, pues sigue sin anunciarse un alto el fuego en la Franja, el principal objetivo de buena parte de la comunidad internacional. Coincidiendo con el viaje del secretario de Estado, sí se ha abierto el paso de Erez, que permitirá el acceso al norte de Gaza de más ayuda humanitaria. Poner fin al bloqueo israelí es una de las principales exigencias de EE UU. En su primer acercamiento durante la contienda a la frontera entre los dos territorios, Blinken ha visitado un punto de distribución de ayuda en el paso de Kerem Shalom, que separa Israel de Gaza, donde ha podido escuchar el fuego de la artillería israelí, informa Reuters. Es en ese punto, según la ONU, donde Israel ralentiza las caravanas de camiones realizando largos controles antes de permitirles acceder al enclave palestino.

Mientras, a Netanyahu se le multiplican las espadas de Damocles tras casi siete meses de guerra en Gaza sin que logre sus objetivos. A las manifestaciones en la calle para que apueste de manera firme por traer a casa a los rehenes, los choques entre ministros que hacen pender de un hilo el Gobierno y la presión internacional para que no invada a sangre y fuego Rafah, se les une ahora el posible anuncio de sanciones contra autoridades israelíes, incluido el propio Netanyahu, por parte del Tribunal Penal Internacional (TPI). Tampoco hay respuesta por parte de Hamás a la última hoja de ruta propuesta por Israel para lograr la tregua, aunque los contactos se mantienen en Egipto, adonde ha viajado una delegación israelí.

Ese plan de alto el fuego en Gaza está ya bastante detallado. La iniciativa prevé, en tres fases (de 40, 42 y 42 días respectivamente) a lo largo de cuatro meses, la liberación escalonada de rehenes, la salida de tropas israelíes de los núcleos de población de Gaza, el retorno de los desplazados a sus lugares de origen y el comienzo de la reconstrucción de la Franja, según detalles adelantados este miércoles por el diario libanés Al Akhabar. La propuesta, que Estados Unidos y el Reino Unido han calificado de “muy generosa”, no recoge de manera expresa ni la retirada definitiva del ejército israelí del enclave ni el fin de la guerra, como exige Hamás.

Lo publicado por el periódico libanés coincide con algunos detalles que, en los últimos días, han salido a la luz de las partes negociadoras, como que, para la primera fase, Israel habría rebajado sus pretensiones de recibir 40 rehenes a 33. Eso sí, Netanyahu le ha recordado a Blinken que no aceptará liberarlos a cambio de poner fin a la guerra, según confirmaron fuentes oficiales israelíes a Times of Israel. El primer ministro insiste en que la invasión de Rafah sigue en sus planes pese a que no cuenta ni con el apoyo de EE UU, que recuerda a Israel la necesidad de aliviar la crisis humanitaria en la Franja, algo que ha incidido Blinken. Esa localidad, al sur de la Franja y fronteriza con Egipto, acoge en torno a 1,5 millones de desplazados. “Estados Unidos no puede apoyar una operación militar en Rafah en ausencia de un plan humanitario”, ha recordado el secretario de Estado.

Uno de los responsables de Hamás ha tirado de sorna para reaccionar a la presión que dice recibir el grupo palestino del principal aliado de Israel para que acepten el plan de alto el fuego. “No es extraño que Blinken, conocido como el ministro de Exteriores de Israel, no de Estados Unidos, realice tales declaraciones”, ironizó Sami Zuhri a la agencia Reuters, en referencia al ultimátum lanzado por el secretario de Estado para que den su visto bueno a la hoja de ruta para alcanzar la tregua.

En la primera fase de la tregua, según Al Akhbar, se liberaría a 33 cautivos entre mujeres (civiles y militares), enfermos, heridos y mayores de 50 años. Cada tres días y hasta la jornada 33, Hamás entregaría a tres de ellos. A su vez, Israel liberaría a prisioneros palestinos de sus cárceles, 20 a cambio de secuestrados civiles y 40 en el caso de las militares.

De forma paralela, el ejército israelí se retiraría de los núcleos de población y los habitantes podrían regresar a sus lugares de residencia mientras se abre el acceso a más ayuda humanitaria. Entre los convoyes, habría 50 camiones de combustible que ayudarán a retomar gracias a generadores la actividad en centros sanitarios o negocios esenciales como panaderías. Transcurridos 22 días, Israel se retiraría también del corredor Netzarim que divide el enclave palestino entre norte y sur, lo que facilitaría la asistencia a la zona septentrional de Gaza, la más necesitada.

Durante la segunda fase, Hamás seguiría entregando a los rehenes vivos, incluidos los soldados varones, a cambio de prisioneros palestinos. La propuesta de acuerdo, siempre según ese medio libanés, deja abierta la puerta a que los palestinos condenados a cadena perpetua puedan ser desterrados al extranjero o a Gaza, como ya ha ocurrido en acuerdos similares años atrás.

En esas semanas se buscaría que las partes amplíen el periodo de tregua. En la tercera fase se intercambiarían los cadáveres por ambas partes, tanto rehenes como detenidos palestinos en manos de Israel. De forma paralela, se intentaría abrir un periodo de cinco años de reconstrucción de la Franja en el que los palestinos se comprometen a no formar entidades con fines militares, añade el diario Al Akhbanr .

Encuentro con familias de rehenes

Blinken se ha reunido asimismo con familiares de secuestrados con nacionalidad estadounidense, a los que transmitió un “cauteloso optimismo” ante los contactos que se estaban manteniendo, según un comunicado del foro que agrupa a las familias. “Nunca debemos olvidar que hay 133 rehenes de más de 20 nacionalidades que languidecen en cautiverio bajo los terroristas de Hamás. Imploramos urgentemente los esfuerzos internacionales para garantizar la libertad de todas las personas inocentes detenidas injustamente”, añadieron tras esa cita con el jefe de la diplomacia estadounidense.

Durante el encuentro que Blinken ha mantenido con el presidente de Israel, Isaac Herzog, le ha transmitido los mismos mensajes que había recalcado en sus etapas previas del viaje en Arabia Saudí y Jordania. Para el jefe de la diplomacia de EE UU, es Hamás quien obstaculiza el acuerdo. “Al mismo tiempo, mientras trabajamos con una determinación incansable para lograr el alto el fuego que traiga a los rehenes a casa, también tenemos que centrarnos en la gente de Gaza que está sufriendo” para hacerles llegar ayuda humanitaria ha añadido.

Pese a que las autoridades del Estado judío anunciaron hace un mes que iban a habilitar el paso fronterizo de Erez, no lo han hecho hasta ahora, coincidiendo con la visita de Blinken, informó el ejército en un comunicado. Esas instalaciones dan paso al norte de Gaza, la zona más necesitada y donde la ONU alerta de que la hambruna está más próxima. Un convoy con ayuda procedente de Jordania fue atacado por colonos judíos que se oponen a que Israel permita el envío de ayuda a los gazatíes, pero pudo seguir su ruta hacia Erez, según la agencia Reuters.

Temor a sanciones del TPI

El jefe del Estado israelí le ha comentado a Blinken que la prioridad debe ser traer de vuelta a los secuestrados, pero, además, le transmitió la creciente preocupación en las altas esferas del poder israelí ante las posibles sanciones que puedan llegar del Tribunal Penal Internacional (TPI). “Tratar de utilizar el TPI contra Israel, que lucha contra el terrorismo, supone un claro peligro en nuestros días para las democracias y para las naciones libres amantes de la paz que siguen las normas del derecho internacional, y hago un llamamiento a todos nuestros aliados y amigos para que se opongan y rechacen cualquier esfuerzo de este tipo”, ha comentado Herzog.

Israel lleva días moviéndose al más alto nivel para tratar de frenar los planes del TPI, con sede en La Haya (Países Bajos). Algunos analistas sitúan a Netanyahu muy inquieto con la posibilidad de que se dicten posibles órdenes de detención contra él o contra otros altos mandos del gobierno o el ejército. La gestión del primer ministro sigue sin recibir el respaldo de la mayoría de los ciudadanos.

Medios locales ofrecen resultados de sondeos en los que el mandatario no sale bien parado ante una población que le exige irse y convocar elecciones. Más de la mitad de los consultados (54%) defienden el acuerdo de alto el fuego para liberar a los rehenes y, también, más de la mitad (53%) consideran que el primer ministro no está haciendo lo suficiente para sacarlos de Gaza, según una consulta de la radio pública Kan. En caso de celebrarse comicios en estos momentos, el partido Unidad Nacional, del centrista Benny Gantz, integrante del gabinete de guerra, obtendría 31 escaños frente a los 18 del Likud de Netanyahu, detalla otro sondeo en el Canal 12.

Desde primera hora de la mañana del miércoles, un grupo de manifestantes, entre los que se encontraban algunos familiares de los rehenes, se han concentrado en Tel Aviv a las puertas del hotel de Blinken, que, al salir, se acercó a conversar brevemente con ellos. Esta es su séptima visita a Israel desde que estalló la guerra el pasado 7 de octubre. Ese día, cientos de seguidores de Hamás asaltaron la frontera de Gaza, asesinaron a unas 1.200 personas y secuestraron a unas 250, según datos oficiales. En estos casi siete meses de contienda, la respuesta militar israelí en la Franja ha costado ya la vida a más de 34.500 palestinos. Las partes solo han acordado hasta ahora una semana de alto el fuego, la última de noviembre, cuando fueron liberados 105 de los secuestrados en la Franja.

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