El ejército de Israel ordena la evacuación hacia el sur en 24 horas de más de un millón de habitantes en Gaza
El secretario general de la ONU ve “imposible” semejante movimiento de población “sin consecuencias humanitarias devastadoras”
El ejército israelí ha dado 24 horas a más de 1,1 millones de habitantes de Gaza para desplazarse hacia el sur, ha anunciado en la madrugada de este viernes Naciones Unidas. La medida ―inédita y previsible antesala de una invasión terrestre― afecta a casi la mitad de la población de la Franja e incluye la capital. Allí está el principal hospital, Al Shifa, que atiende más de 6.000 heridos y ha tenido que dejar cadáveres en el aparcamiento exterior por llenarse la morgue tras seis día...
El ejército israelí ha dado 24 horas a más de 1,1 millones de habitantes de Gaza para desplazarse hacia el sur, ha anunciado en la madrugada de este viernes Naciones Unidas. La medida ―inédita y previsible antesala de una invasión terrestre― afecta a casi la mitad de la población de la Franja e incluye la capital. Allí está el principal hospital, Al Shifa, que atiende más de 6.000 heridos y ha tenido que dejar cadáveres en el aparcamiento exterior por llenarse la morgue tras seis días de bombardeos, los más potentes lanzados en Gaza, que han causado más de 1.400 muertos.
La agencia de la ONU para los refugiados palestinos en Oriente Próximo (UNRWA) tilda el llamamiento de “horrendo”. Y Stéphane Dujarric, portavoz del secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, ve “imposible” que se produzca “sin consecuencias humanitarias devastadoras”. Desde los altavoces de las mezquitas de la Franja se llama a la población a quedarse, mientras Hamás habla de “propaganda dirigida a confundir a los ciudadanos y romper la cohesión interna palestina”.
“Civiles de Gaza, evacúen la ciudad hacia el sur por su propia seguridad y la de sus familias, y aléjense de los terroristas de Hamás que los están utilizando como escudos humanos. En los próximos días, el ejército va a operar de manera significativa en la ciudad. Se harán grandes esfuerzos para evitar daños a los civiles”, han advertido las Fuerzas Armadas en un llamamiento —a través de octavillas, radio, mensajes de móvil e internet— a quienes viven en la capital, Ciudad de Gaza. Ese plazo de 24 horas divulgado por la ONU no figura en el comunicado del ejército israelí, que alude, de manera más general, a “los próximos días”.
Las Fuerzas Armadas justifican la medida en la “seguridad y protección” de los residentes al norte de Wadi Gaza, unos cinco kilómetros al sur de la capital. “Entendemos que llevará tiempo”, ha señalado a media mañana su portavoz, Daniel Hagari, que ha evitado definir una hora tope. Hagari tampoco ha dicho si seguirían los bombardeos en el sur de Gaza durante el desplazamiento, señalando en cualquier caso a Hamás ―que gobierna Gaza desde 2007― como “único responsable”. “Es una zona de guerra, pero estamos mirando las fotografías [de satélite] y nos aseguraremos de que se haga con seguridad”, ha señalado, en una videoconferencia con periodistas.
Hamás es el grupo armado islamista que el pasado sábado efectuó el mayor ataque sobre territorio israelí, con 1.300 muertos y un centenar de secuestrados. Su brazo armado, las Brigadas de Ezedin Al Qasam, han anunciado este viernes la muerte de 13 (extranjeros, entre ellos) del centenar de rehenes en Gaza por alguna de las 6.000 bombas lanzadas sobre Gaza desde el sábado, según datos del comandante general de la aviación militar, Tomer Bar.
La Franja ―que el ejército de Israel está bombardeando con “énfasis en el daño, no en la precisión”, en palabras de su portavoz, Daniel Hagari― es un hormiguero de personas y una sucesión de edificios muy juntos y superpoblados, particularmente en los campos de refugiados, más algunos barrios más amplios y espacios agrícolas. Tiene 5.500 personas por kilómetro cuadrado, 60 veces la densidad de población de España. Llama la atención la cantidad de niños y adolescentes: la mitad de la población tiene menos de 18 años.
Hasta el sábado, coches, camiones y algunos carruajes tirados por burros circulaban por una arteria que recorre los 42 kilómetros que separan sus puntas meridional y septentrional. Lleva por nombre Saladino, el líder musulmán que expulsó de la zona a los cruzados hace casi mil años.
Un eventual desplazamiento masivo de población conectaría, en la memoria colectiva de Gaza, con la Nakba, la huida o expulsión de unos 750.000 palestinos ―dos tercios de los que vivían en el actual territorio de Israel― y la destrucción de más de 400 localidades, entre 1947 y el final de la primera guerra árabe-israelí, en 1949. Sigue muy presente allí como elemento de identidad, incluso entre los jóvenes que solo la conocen por relatos. El 80% de la población de la Franja tiene estatus de refugiado, porque lo heredan los descendientes.
De momento, lo que se han registrado son desplazados por los bombardeos, bien porque sus casas han resultado destruidas, bien porque buscan refugio. Su número ha llegado este viernes a 423.000, un 25% más que el día anterior, según la Oficina de Coordinación de Ayuda Humanitaria (OCHA) de Naciones Unidas. Dos tercios están entre las 92 escuelas que gestiona la UNRWA.
A raíz del anuncio israelí, la UNRWA ―12 de cuyos empleados han muerto en los bombardeos masivos iniciados el sábado― ha anunciado que reubica al sur de la Franja su centro de operaciones y su personal internacional. “Exhortamos a las autoridades israelíes a proteger a todos los civiles y refugios, incluidas escuelas”, ha señalado la agencia, que recuerda que tanto esos colegios como “cualquier otro refugio de la ONU son instalaciones de la ONU”, por lo que “deben ser protegidas en todo momento y nunca ser atacadas, de acuerdo al derecho internacional humanitario”. Además, ha señalado que el llamamiento “solo lleva a niveles de miseria sin precedentes y empuja aún al abismo a la gente de Gaza”.
El embajador de Israel ante Naciones Unidas, Gilad Erdan, ha calificado de “vergonzosa” la respuesta de la ONU al llamamiento de evacuación. “Durante años, ignoró por completo el desarrollo militar de Hamás y su uso de todas las instalaciones civiles y de la población de Gaza para esconder sus armas y medios para asesinar. Y ahora, en vez de apoyar a Israel, que trata de minimizar el daño a civiles no involucrados [en los combates] tras la masacre que cometieron los terroristas de Hamás, nos da lecciones”.
El Programa Mundial de Alimentos de la ONU ha alertado además de la carestía de comida y agua en una Franja bajo “cerco completo” desde el lunes, sin suministro de alimentos, energía y combustible por orden del ministro israelí de Defensa, Yoav Gallant. “Dejar Gaza sin electricidad significa dejar a los hospitales sin electricidad, lo que a su vez significa poner en riesgo a los recién nacidos que están en incubadoras y a los pacientes mayores que necesitan oxígeno; interrumpir las diálisis renales; no poder tomar radiografías. Sin electricidad, los hospitales podrían convertirse en morgues”, avisó el jueves Fabrizio Carboni, director regional para la zona del Comité Internacional de la Cruz Roja.
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