Bruselas concluye el veto temporal al grano ucranio en cinco países de la UE
Ucrania acepta controlar la exportación de cereal a la UE y evitar distorsiones del mercado que llevaron a Polonia, Hungría, Bulgaria, Eslovaquia y Rumania a amenazar con el cierre de sus fronteras, pero varios países no aceptan la decisión y anuncian nuevos vetos
La Comisión Europea ha anunciado este viernes que Ucrania ha accedido a adoptar medidas para controlar la exportación de cereales a la Unión Europea para evitar saturar los mercados de Polonia, Hungría, Bulgaria, Eslovaquia y Rumania. Por ello, Bruselas ha decidido dar por finalizado el veto temporal que, desde mayo, implicaba que el trigo, el maíz, la colza y las semillas de girasol originarios de Ucra...
La Comisión Europea ha anunciado este viernes que Ucrania ha accedido a adoptar medidas para controlar la exportación de cereales a la Unión Europea para evitar saturar los mercados de Polonia, Hungría, Bulgaria, Eslovaquia y Rumania. Por ello, Bruselas ha decidido dar por finalizado el veto temporal que, desde mayo, implicaba que el trigo, el maíz, la colza y las semillas de girasol originarios de Ucrania no podían venderse en esos países, aunque sí transitar por ellos rumbo a otros Estados miembros de la UE o a terceros. La decisión no ha sido bien recibida sin embargo por varios de los gobiernos afectados, que han anunciado ya nuevos vetos propios.
El veto temporal había sido aprobado en mayo y prolongado en junio, con la idea de que fuera desapareciendo “progresivamente” hasta su fin definitivo este viernes. No obstante, en los últimos días, varios de los países afectados, especialmente Polonia y Hungría, habían amenazado con aplicar de nuevo sus propias prohibiciones si no se prolongaban las medidas acordadas en Bruselas. Polonia, Hungría y Eslovaquia ya han anunciado, poco después del anuncio de Bruselas, que adoptarán medidas unilaterales.
El primero fue Budapest, que rápidamente decidió decisión, imponer un nuevo veto de importación nacional a 24 productos agrícolas ucranios, incluidos granos, vegetales y diversos productos cárnicos, informa Reuters. Poco después, similares noticias llegaban de Eslovaquia y Polonia.
“Tras la decisión errónea de la Comisión, de acuerdo con las instrucciones del [primer ministro] Mateusz Morawiecki y de todo el Consejo de Ministros, he firmado una ley nacional que mantiene el embargo”, ha anunciado en X (antiguo Twitter) el ministro polaco de Desarrollo, Waldemar Buda. Los tres nuevos vetos solo se limitan a las importaciones nacionales y no afectarán al tránsito de los productos ucranios hacia otros mercados, destaca Reuters. Aun así, la decisión choca de frente con la postura de Bruselas, que este mismo viernes recordaba que la política comercial es “competencia exclusiva” suya.
En un comunicado, la Comisión Europea ha indicado que, tras analizar los datos relacionados con el “impacto” de las exportaciones de esos cuatro productos al mercado europeo ha llegado a la conclusión de que “las distorsiones del mercado en los cinco países miembros fronterizos con Ucrania han desaparecido”.
Sin hacer mención a las amenazas emitidas los últimos días desde varias capitales afectadas, Bruselas subraya la “actitud constructiva” de todos los implicados, que ha permitido “resolver problemas concretos y garantizar que las importaciones a terceros países fuera de la UE fluyan e incluso se incrementen”.
Por ello, agrega, se ha acordado que las medidas “temporales y excepcionales” para los cuatro granos ucranios “expiren”, tal como estaba previsto, en la medianoche de este viernes.
A cambio, Ucrania “ha acordado introducir medidas legales”, como un sistema de licencia de exportaciones, en los próximos 30 días, para evitar que vuelva a haber aumentos en el flujo de cereales en los países vecinos miembros de la UE. Hasta entonces, Kiev implantará “medidas efectivas” para controlar la exportación de los cuatro grupos de cereales para evitar nuevas distorsiones, para lo que presentará, como tarde el lunes próximo, un “plan de acción” a Bruselas y a los cinco países implicados.
Mientras se cumplan estas condiciones, que serán vigiladas mediante la “plataforma conjunta de coordinación” de la UE y Kiev creada en junio para monitorizar la situación, la Comisión “se abstendrá de imponer nuevas restricciones”, ha prometido Bruselas.
Fisura en el apoyo a Ucrania
La pasada primavera, Polonia, primero, Hungría, después y progresivamente el resto de países mencionados, provocaron la primera fisura en el hasta entonces apoyo férreo de la UE a Kiev al anunciar que vetaban las importaciones de grano ucranio y otros alimentos procedentes del país en guerra. Estos productos están libres de aranceles y tasas en la UE desde junio de 2022, gracias a una de las medidas de apoyo europeo a la economía ucrania y para reducir la crisis alimentaria global, agravada por el bloqueo del Kremlin de los puertos de Ucrania, uno de los graneros del mundo. Sin embargo, esa exención provocó fuertes protestas de los agricultores de Polonia y Hungría, que alegaban que la llegada de estos productos sin aranceles desde Ucrania estaba saturando sus mercados y provocando caídas en los precios locales.
Tras arduas negociaciones, la Comisión Europea anunció un acuerdo el 2 de mayo por el que se adoptaban medidas “preventivas excepcionales y temporales” que afectaban a cuatro productos agrícolas —trigo, maíz, colza y semillas de girasol— de origen ucranio; a cambio de que los países que en ese momento se habían unido al veto a los alimentos ucranios (Bulgaria, Eslovaquia y Rumania, además de Polonia y Hungría) lo levantaran. El pacto temporal, originalmente en vigor hasta el 5 de junio y al que se sumaba un paquete de 100 millones de euros para los agricultores afectados, implicaba que estos cuatro productos no podían venderse en esos países, aunque sí transitar por ellos rumbo a otros Estados miembros de la UE o a terceros países.
Finalmente, en junio, a la par que se prorrogaba otro año la suspensión de aranceles y tasas a Ucrania, la Comisión decidió mantener el veto al grano ucranio en los cinco países, aludiendo a “circunstancias excepcionales de graves cuellos de botella logísticos y la limitada capacidad de almacenamiento de cereales antes de la cosecha”. Sin embargo, agregó, estas medidas excepcionales deberían ser eliminadas “progresivamente” hasta su desaparición total este 15 de septiembre.
Los cinco países beneficiados y la UE acordaron, además, la creación de una plataforma conjunta de coordinación, con la participación de Kiev, “para mejorar el flujo comercial entre la Unión y Ucrania, incluido el tránsito de productos agrícolas”. Dicha plataforma se ha reunido hasta en nueve ocasiones durante el verano; aun así, en los pasados días, la mayoría de los países participantes del veto —todos salvo Bulgaria— han manifestado su intención de mantenerlo, aunque la Comisión decida levantar el acuerdo temporal.
“No abriremos nuestras fronteras. Polonia no permitirá que nos inunden con cereales ucranios”, dijo el miércoles el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki. También Hungría, Eslovaquia y Rumania aseguraron esta semana que seguirán prohibiendo la entrada de trigo, maíz, colza y girasol. Solo Bulgaria se desmarcó y anunció su intención de levantar el veto. Ante las amenazas de prolongación de veto, que Hungría ya ha hecho real —y pese a que la Comisión ha recordado, también esta semana, que la política comercial es competencia suya—; Ucrania ha amenazado con acudir a la Organización Mundial del Comercio (OMC), según Efe, para denunciar a Polonia y a los países que “violen las normas” del comercio internacional.
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