Quién es quién: así llegan al primer debate de las primarias los candidatos republicanos

Ocho aspirantes, aparte del ausente Trump, han alcanzado los mínimos de intención de voto y donaciones que exigía el partido para participar

Los participantes en el primer debate de las primarias presidenciales republicanas. De izquierda a derecha, arriba, Tim Scott, Ron DeSantis, Nikki Haley y Vivek Ramaswamy. Abajo, Chris Christie, Mike Pence, Doug Burgum y Asa Hutchinson.AP

Pese al dominio de Donald Trump, las primarias republicanas para las elecciones presidenciales de 2024 están muy concurridas. Más de una decena de candidatos se han registrado para iniciar la carrera a la Casa Blanca, aunque muchos no tengan la más mínima posibilidad. De ellos, hay ocho que han superado los listones mínimos exigidos de intención de voto y de donaciones de simpatizantes para participar en el debate. Todos, salvo Trump, se batirán es...

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Pese al dominio de Donald Trump, las primarias republicanas para las elecciones presidenciales de 2024 están muy concurridas. Más de una decena de candidatos se han registrado para iniciar la carrera a la Casa Blanca, aunque muchos no tengan la más mínima posibilidad. De ellos, hay ocho que han superado los listones mínimos exigidos de intención de voto y de donaciones de simpatizantes para participar en el debate. Todos, salvo Trump, se batirán este miércoles durante cerca de dos horas en un debate retransmitido por Fox News.

El pabellón Fiserv Forum, donde juegan los Milwaukee Bucks de Giannis Antetokoumpo, en el centro de la ciudad, será el escenario donde se desarrollará la batalla dialéctica. Estos son los candidatos que participarán:

Ron DeSantis, la semana pasada en un acto de campaña en Newport (New Hampshire).BRIAN SNYDER (REUTERS)

Ron DeSantis

El gobernador de Florida, Ron DeSantis, es el principal rival de Trump en las primarias, pero a una distancia enorme del expresidente. De 44 años, casado y padre de tres niños, parecía la gran promesa republicana tras su arrollador éxito en la reelección como gobernador en noviembre de 2020. Pero retrasó su entrada en la carrera, su campaña empezó mal y ha ido empeorando. Su primer acto fue un chapucero foro en Twitter con el excéntrico Elon Musk que quedó totalmente deslucido por los problemas técnicos. La campaña de Trump sacó la artillería con publicidad negativa sobre DeSantis para evitar su despegue y, ayudada por los errores del gobernador, lo ha conseguido.

DeSantis no ha conseguido dar con el tono de la campaña. Se debate entre defender a Trump por las imputaciones o criticarlo, mientras que el expresidente se mofa de él hasta por cambiar la forma en que pronuncia su nombre. Su última metedura de pata ha sido criticar no a Trump, sino a sus seguidores, sugiriendo que son un rebaño que sigue ciegamente a su líder. El problema es que necesita los votos de buena parte de ellos si quiere lograr la nominación.

Su estrategia pasaba por señalar que Trump no tiene posibilidades de ganar frente a Joe Biden por el rechazo que provoca entre los votantes moderados e independientes. Le señala como perdedor por su derrota de 2020 y los malos resultados de las legislativas de 2022 y se presenta como contraste por su amplia victoria en Florida, un Estado que antes estaba igualado entre demócratas y republicanos. Sin embargo, él mismo es muy conservador y provoca recelos entre los votantes moderados. Además, sus errores de campaña le han pasado factura. La distancia se ha ampliado y hasta empieza a peligrar la segunda posición en las primarias. Según la media de grandes encuestas que calcula FiveThirtyEight, su intención de voto es del 15,2%, frente al 52,5% de Trump.

Por si faltaba algo para arruinar el tono con que llega al debate, el New York Times ha desvelado documentos de estrategia de su campaña, incluido uno con recomendaciones para el debate: “1. Atacar a Joe Biden y a los medios de comunicación 3-5 veces. 2. Exponer la visión positiva del GRD [gobernador Ron DeSantis] 2-3 veces. 3. Machacar a Vivek Ramaswamy en una respuesta. 4. Defender al ausente Donald Trump en respuesta a un ataque de Chris Christie”. ¿Cumplirá el guion?

Mike Pence, la semana pasada, en una conferencia política en Atlanta (Georgia).CHENEY ORR (REUTERS)

Mike Pence

Mike Pence, de 64 años, fue un vicepresidente leal a Trump durante toda su presidencia hasta que el jefe le pidió saltarse la ley y subvertir los resultados electorales para impedir la certificación en el Congreso de la victoria de Joe Biden en las presidenciales. En aquel momento decisivo, Pence prefirió ser leal a la Constitución. Los trumpistas no se lo han perdonado.

Pence dice que sus diferencias con Trump van mucho más allá de lo ocurrido el día del asalto al Capitolio. Es un conservador tradicional, evangélico, antiabortista, cuyas convicciones contrastan con el relativismo moral del expresidente.

El exvicepresidente es a la vez rival de Trump y testigo en uno de los casos por los que está imputado. Intentó negarse a declarar, pero al final tuvo que hacerlo y además el fiscal ha tenido acceso a las notas que tomó sobre las presiones que recibía de su jefe para anular las elecciones.

Pence ha tenido apuros incluso para clasificarse para el debate por las pocas aportaciones de simpatizantes. En las encuestas de las primarias republicanas se sitúa algo por debajo del 5% en intención de voto.

Vivek Ramaswamy, en una imagen de archivo.EDUARDO MUNOZ (REUTERS)

Vivek Ramaswamy

Es la principal sorpresa de las primarias republicanas. Vivek Ramaswamy, de 38 años, hijo de inmigrantes indios, se presenta como una especie de Trump milenial, un empresario multimillonario, inversor de éxito en el campo de la biotecnología, amante del libre mercado y azote de la ideología woke, de las ideas progresistas sobre cambio climático, diversidad, igualdad que él combate. Está en contra de la responsabilidad social de las empresas, que considera pervertida por la carga ideológica. Y con su labia, su dinero y su defensa de Trump por encima de todas las cosas ha ido ganando terreno en las encuestas. Tiene un 9,2%, según la media de FiveThirtyEight, así que supera con claridad a Pence y se acerca a DeSantis. No se muerde la lengua, así que se espera que sea uno de los animadores del debate.

Nikki Haley, este mes, en un acto de campaña en Des Moines (Iowa).SCOTT MORGAN (REUTERS)

Nikki Haley

La exembajadora de Trump ante la ONU y exgobernadora de Carolina del Sur, Nikki Haley, está entre quienes creen decididamente que el Partido Republicano debe pasar la página del trumpismo, pero también mide mucho sus críticas al expresidente. Fue una de las primeras en dar el paso y al inicio de su campaña hizo ruido al pedir un test de capacidad cognitiva para los candidatos de más de 75 años (léase Biden y Trump). El presentador estrella de las mañanas de la CNN dijo que ella, a sus 51 años, tampoco estaba ya en la flor de la vida. Entre eso y su baja audiencia acabó despedido.

Haley, la única mujer de los ocho candidatos, no ha logrado levantar el vuelo. Tiene un 3,5% de intención de voto entre las bases republicanas, según la media de las encuestas. Como Ramaswamy, es hija de inmigrantes indios. Su nombre original es Nimarata Nikki Randhawa. Adoptó el segundo nombre y el apellido de su marido, el militar Michael Haley.

Chris Christie, la semana pasada en una conferencia política en Atlanta (Georgia).CHENEY ORR (REUTERS)

Chris Christie

En la campaña de 2016, Chris Christie, exgobernador de Nueva Jersey, de 60 años, ayudaba a Trump a preparar los debates, después de abandonar su propia campaña. Ahora, será la voz más crítica con el expresidente en el debate de la Fox. Ha llamado “cobarde” a Trump por no asistir, pero sobre todo cuestiona abiertamente al expresidente.

El candidato rompió con Trump tras su negativa a aceptar la derrota en las elecciones de 2020. Cree que el expresidente tiene secuestrado al Partido Republicano por su megalomanía y sus intereses personales. “Me presento porque nos ha defraudado”, dijo recientemente Christie en un acto político de un influyente grupo evangélico. “Nos ha defraudado porque no está dispuesto a asumir la responsabilidad de ninguno de los errores cometidos, de ninguno de sus defectos y de ninguna de las cosas que ha hecho. Eso no es liderazgo. Eso es un fracaso de liderazgo”, añadió. Esa posición no es muy popular en el partido. Fue abucheado y tiene un 3,5% de intención de voto.

Tim Scott, este mes haciendo campaña en Des Moines (Iowa).SCOTT MORGAN (REUTERS)

Tim Scott

El único senador negro del Partido Republicano, Tim Scott, de 57 años, goza de una brillante oratoria. Es un candidato profundamente religioso y conservador, que cita a menudo la Biblia en los actos de campaña y se ha manifestado a favor de una ley federal que prohíba los abortos después de las primeras 15 semanas de embarazo (en España, la ley de plazos permite el aborto en las primeras 14 semanas de gestación sin otro requisito).

Senador por Carolina del Sur, es nieto de un trabajador en los campos de algodón del sur profundo de Estados Unidos. Vende su historia personal de éxito y superación —fue criado por una madre divorciada que trabajaba muchas horas como auxiliar de enfermería para mantenerlos a él y a su hermano— como supuesta prueba de que en su país no hay un racismo que impida prosperar a quien se esfuerza. Tiene solo un 3,4% de intención de voto.

Asa Hutchinson, en un acto de campaña en Des Moines (Iowa), la semana pasada.SCOTT MORGAN (REUTERS)

Asa Hutchinson

Será, con Christie, la otra voz del debate más decididamente crítica con Trump. Ha sido el último en cumplir los requisitos para entrar en el debate, pero solo tiene un 0,7% de intención de voto. El exgobernador de Arkansas, Asa Hutchinson, de 72 años, cree que nominar a Trump sería un gran error que acabaría sirviendo en bandeja a los demócratas la reelección de Biden.

“Donald Trump no se presenta a la presidencia para volver a hacer grande a Estados Unidos (...) Donald Trump se presenta para no ir a la cárcel”, dijo en un acto reciente de campaña en Iowa. Fue abucheado una y otra vez.

Doug Burgum, este mes haciendo campaña en Des Moines (Iowa).EVELYN HOCKSTEIN (REUTERS)

Doug Burgum

El gobernador de Dakota del Norte, Doug Burgum, sacó el talonario para conseguir las suficientes donaciones con las que acceder al debate. Ofreció 50.000 tarjetas regalo de 20 dólares a quienes le donasen un dólar y así superar holgadamente el mínimo de 40.000 aportaciones requerido.

Burgum, multimillonario de 67 años, arrasó en la elección como gobernador de Dakota del Norte, un Estado claramente republicano, pero es muy desconocido en el resto del país. Su presencia en la campaña es testimonial. La media de las encuestas le da un 0,4% de intención de voto.

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