Ali Babacan, líder opositor: “Haremos lo que haga falta para que la democracia vuelva a ganar en Turquía”
El dirigente del partido turco Democracia y Progreso, anteriormente ministro de Economía de Erdogan, cree que ese sistema político en su país está “enfermo, pero sigue vivo”
Son tiempos difíciles para la democracia en el mundo, con síntomas de erosión en muchos países. Turquía es uno de ellos. En diciembre, la justicia dictó la inhabilitación política de Ekrem Imamoglu, el popular alcalde de Estambul, que se perfilaba como un creíble candidato para competir contra Recep Tayyip Erdogan en las presidenciales previstas para mayo, por haber llamado “estúpidos” a los miembros de la junta ...
Son tiempos difíciles para la democracia en el mundo, con síntomas de erosión en muchos países. Turquía es uno de ellos. En diciembre, la justicia dictó la inhabilitación política de Ekrem Imamoglu, el popular alcalde de Estambul, que se perfilaba como un creíble candidato para competir contra Recep Tayyip Erdogan en las presidenciales previstas para mayo, por haber llamado “estúpidos” a los miembros de la junta electoral. Este mes, el Tribunal Constitucional ha decretado la congelación de los fondos al HDP, partido prokurdo que es el tercero en representación parlamentaria.
Ali Babacan (Ankara, 55 años), que fue durante más de una década ministro responsable del área económica de Erdogan y se distanció de él en 2019 por su deriva autoritaria, cree que “la democracia turca está enferma, pero sigue viva”. El político opositor ha fundado un partido ―Democracia y Progreso― que, junto a otros cinco de diferentes ideologías, intenta conformar una plataforma común contra Erdogan y su formación, el AKP. “Haremos lo que haga falta para lograr que la democracia vuelva a ganar en Turquía”, dice en una entrevista concedida en el Foro de Davos (Suiza).
Pregunta. En pocas semanas se han producido la inhabilitación del alcalde Imamoglu y la congelación de las finanzas al HDP. ¿En qué estado se halla la democracia en Turquía?
Respuesta. Nuestra democracia está enferma, pero sigue viva. Tendremos elecciones el 14 de mayo. Hay partidos de oposición como el nuestro que se preparan. Las circunstancias para la oposición, para las ONG o para la prensa libre no son sencillas. Aun así, nos preparamos y nos movemos hacia ellas. Estas elecciones son importantes para Turquía y para todos los que sustentan la democracia en Europa y más allá. Turquía es un país fuerte, con una fuerte tradición de democracia. Tenemos una sociedad abierta. Nuestra juventud es muy consciente del mundo y quiere que Turquía sea una democracia y una economía fuerte. Tenemos la esperanza de que estas elecciones presidenciales y legislativas sean un momento de cambio.
P. ¿Serán unas elecciones justas?
R. El sistema electoral en Turquía, por lo general, es bastante seguro. Hay vías muy limitadas que puedan afectar los resultados. Por eso nosotros tenemos el objetivo de una victoria clara, no reñida. Si hay una victoria clara, no espero ningún problema.
P. ¿La reciente sentencia sobre el HDP es una sentencia política?
R. Fue dictada por el Tribunal Constitucional. El jefe del tribunal votó contra ella. ¿Qué más puedo decir?
P. ¿Por qué se distanció de Erdogan y su partido? ¿Se siente cómodo haciendo política en un marco como el actual en Turquía?
R. Yo y mis amigos ―nuestro partido tiene 180.000 afiliados oficialmente registrados― somos patriotas para la democracia. Haremos lo que haga falta para lograr que la democracia vuelva a ganar en Turquía.
P. A cuatro meses de las elecciones, la coalición todavía no ha decidido un candidato a la presidencia. ¿Qué ocurre?
R. Tenemos prioridades y una cronología clara en la coalición. La primera que teníamos era presentar un paquete de reforma constitucional para volver hacia un sistema parlamentario. Lo presentamos en noviembre, con un consenso del 100% en la coalición. Ahora estamos en la segunda fase. En ella, trabajamos en dos aspectos. Un programa común de Gobierno y también un marco para cómo gobernar el país. El primero define cómo alineamos nuestras políticas económicas, de educación, sanidad, política exterior, etc. El segundo, el modo de gobierno. La Constitución da todos los poderes al presidente, pero nosotros queremos que nuestro presidente use esos poderes en consulta con los partidos que lo respaldan. Queremos definir este marco en detalle para que después de las elecciones no haya confusión. El tercer paso es elegir candidatos comunes para la presidencia y para miembros del Parlamento en algunas circunscripciones.
P. ¿Qué posición tomaría la coalición en política exterior si gana, especialmente en relación con Rusia y la candidatura de Suecia y Finlandia a la OTAN?
R. Como grupo de seis partidos hemos declarado que estamos a favor de la membresía de la UE y somos pro OTAN. Luego, en materias más precisas, como la cuestión [de la incorporación] de Suecia y Finlandia, nosotros no tenemos acceso a la información de seguridad del Gobierno, así que no sabemos los detalles de las negociaciones. Cuando accedamos al poder, miraremos esa información. Por supuesto, el PKK es una organización terrorista. Tenemos que ser cuidadosos y nos gustaría que nuestros aliados de la OTAN sean cuidadosos con respecto a nuestras inquietudes de seguridad.
P. Y acerca de la relación con Rusia, ¿está de acuerdo con la gestión de Erdogan o cambiaría algo?
R. La guerra entre Rusia y Ucrania es de enorme preocupación para nosotros porque ambos son vecinos cercanos y con relaciones desde hace tiempo, con importantes relaciones en términos comerciales y de inversión. Nuestra prioridad sería parar la guerra lo antes posible. Turquía tiene esta posición única de poder hablar con ambos, un activo importante. Si se usa de forma sabia, puede producir buenas consecuencias.
P. La economía ha sufrido graves turbulencias por una inflación desbocada tras decisiones de política monetaria muy polémicas. ¿Cómo ve la perspectiva económica?
R. Fui el jefe de la economía turca durante 11 años. La de Turquía es una economía fuerte. Hemos atravesado la pandemia, la guerra, la crisis energética, y el país sobrevive. Con mejores políticas, Turquía tiene potencial para desempeñarse mucho mejor. Con un programa económico racional, con reformas en un marco de libertades, derechos humanos, Estado de derecho, se puede dar un gran impulso a Turquía.
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