Rusia aprueba una ley que prohíbe cualquier declaración en apoyo al colectivo LGTBIQ

La norma veta también toda obra cultural que muestre “relaciones o preferencias sexuales no tradicionales” y prevé multas a los que hagan declaraciones a favor de más de 80.000 euros

Pleno de la Duma estatal en el que se aprobaron ayer las restricciones sobre las actividades del colectivo LGTBI.AP
Moscú -

La guerra del Kremlin contra todo lo que tacha como “cultura occidental” ha llevado a un nuevo nivel la represión de derechos universales entre su propia población. La Duma estatal rusa, la Cámara baja, ha aprobado una nueva versión de su “ley contra la propaganda LGTBIQ”. Una vez entre en vigor, ya no solo estará prohibida cualquier declaración a favor “de las relaciones o de las preferencias sexuales” de e...

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La guerra del Kremlin contra todo lo que tacha como “cultura occidental” ha llevado a un nuevo nivel la represión de derechos universales entre su propia población. La Duma estatal rusa, la Cámara baja, ha aprobado una nueva versión de su “ley contra la propaganda LGTBIQ”. Una vez entre en vigor, ya no solo estará prohibida cualquier declaración a favor “de las relaciones o de las preferencias sexuales” de ese colectivo delante de menores, que ya es ilegal, sino que también estará vetada entre adultos; y la censura llegará incluso a todas las obras culturales, desde las películas a los libros. Para los legisladores y el propio presidente ruso, Vladímir Putin, se trata de defender “las fronteras” frente al “satanismo” de Occidente.

Durante una intervención este jueves en la reunión anual del club de debate Valdái, una cita de políticos y politólogos celebrada a las afueras de Moscú, Putin cargó contra esta minoría. ”Si las élites occidentales creen que pueden introducir en la conciencia de su gente esas extrañas tendencias, como las docenas de géneros y los desfiles gay, que así sea, que hagan lo que quieran. Lo que no pueden exigir de los demás es que sigan la misma dirección”, dijo el mandatario al defender lo que llamó “el mundo de los valores tradiciones”.

El Parlamento ruso ha aprobado el proyecto de ley en la primera de las tres lecturas que debe realizar del documento. Para ahondar en lo que los sociólogos llaman un “problema de cuña”, un debate que divide a la sociedad y permite distraer la atención de otras cuestiones, como por ejemplo las guerras, los legisladores han incluido en el paquete de reformas un endurecimiento de los castigos por delitos de pedofilia, que se intenta relacionar con el colectivo LGTBIQ.

En la elaboración de la ley han participado todos los partidos que conforman el arco parlamentario. “Hemos tomado una decisión únicamente en interés de nuestros ciudadanos, en interés de nuestro país”, dijo durante la sesión el presidente de la Cámara, Viacheslav Volodin. El comunicado difundido por la Duma sostiene que, “según las encuestas, el 16% de los europeos de 14 a 29 años se identifican como LGTBIQ”. “Debemos hacer todo lo posible para proteger a nuestros hijos y a aquellos que quieren vivir una vida normal. Todo lo demás es pecado, sodomía, tinieblas, y nuestro país lucha contra esto”, afirmó Volodin. El líder de la Duma añadió que no descarta que en una segunda lectura “haya enmiendas que endurezcan” el contenido de la norma.

El promotor de la ley, el jefe del comité para la política de información, Alexánder Jinshtein, fue más allá en su canal de Telegram. “Nuestra iniciativa no es un acto de censura, no prohibimos la mención de personas LGTBIQ como fenómeno; prohibimos precisamente la propaganda”, afirmó antes de asegurar que esto es una forma de “defender” las “fronteras” rusas y de “proteger la natalidad” de un país que ha movilizado a cientos de miles de hombres para la guerra.

La operación militar especial tiene lugar no solo en los campos de batalla, sino también en la mente de las personas, en sus almas (…). Esto demuestra una vez más nuestro choque de civilizaciones con Occidente, donde se está formando una conciencia de la superioridad de la orientación sexual no tradicional y transgénero como factor individualizador”, afirmó Jinshtein.

La Duma tituló su comunicado Aprobación del proyecto de ley para la protección de los valores tradicionales. La comunidad LGTBIQ siempre ha sido una obsesión para el Kremlin. El presidente Vladímir Putin no pudo evitar referirse a ella durante su discurso a la nación por la anexión de los territorios de Ucrania del pasado 30 de septiembre. “¿Queremos tener aquí, en nuestro país, en lugar de un papá y una mamá, un padre número uno, padre número dos y padre número tres? ¿Están completamente locos allí?”, se dirigió a sus ciudadanos. Y preguntó de forma retórica: “¿Realmente queremos que se impongan perversiones que llevan a la degradación y extinción de los niños en nuestras escuelas? ¿Qué les inculquen supuestamente otros géneros, además de mujeres y hombres, y les ofrezcan el cambio de sexo?”.

Para Putin, respetar la libertad de esa minoría supone “una supresión de la libertad que adquiere las características de una religión inversa, el satanismo absoluto”. Como contraposición, el mandatario juró defender “la fe y los valores tradicionales” frente a EE UU y Europa, cuyo campo de batalla considera hoy Ucrania. Para el líder ruso, la antigua república soviética solo puede existir bajo el paraguas de Moscú. “Francamente, el único garante real y serio del Estado, la soberanía y la integridad territorial de Ucrania solo puede ser Rusia, que creó la Ucrania de hoy”.

Nueva ola de restricciones

Desde la organización LGBT Network, que ofrece apoyo legal a las personas del colectivo, consideran que la norma rusa representa “humillación y discriminación”. “Lo que está ocurriendo es la abolición total de lo LGTB+”, ha dicho un representante de la ONG a la agencia Reuters. “Quieren prohibir que hablemos de nosotros, que mostremos nuestros sentimientos a nuestras parejas, pero también borrar cualquier mención en libros, películas o medios. Los legisladores sugieren que la población adulta no está en posición de elegir qué decir, ver o leer”, ha agregado.

La nueva ley prohíbe que la publicidad muestre “relaciones o preferencias sexuales no tradicionales”, y las películas que las traten no recibirán permiso para su exhibición. Películas como Rocketman (basada en la vida del cantante Elton John) han sufrido grandes tijeretazos antes de llegar a los cines rusos, y hace un año, una cadena de alimentación muy popular pidió perdón por “herir” a los ciudadanos al mostrar a una pareja de lesbianas en un anuncio. Las dos mujeres se vieron obligadas a huir del país por la campaña de acoso desatada en su contra.

Activistas LGTBIQ son detenidos en San Petersburgo (Rusia) el 17 de mayo de 2019.

Por otro lado, solo se podrá acceder a contenidos favorables al colectivo LGTBIQ en plataformas de pago cuando se compruebe la edad del usuario mediante un código especial. Además, los agregadores de noticias con más de un millón de usuarios, y las redes sociales con más de medio millón, deberán quitar todas las publicaciones sobre ese asunto.

La prohibición ha sido respaldada por el regulador de los medios de comunicación, Roskomnadzor, que ya ha eliminado o bloqueado más de 7.200 sitios web. La aplicación de vídeos Tik Tok ha sido multada con tres millones de rublos por promover vídeos de temática LGTBIQ. La norma le concede nuevos instrumentos para perseguir lo que las autoridades califican de “propaganda LGTBIQ”. Así, el regulador ha pedido a las editoriales la retirada de la venta de cualquier publicación que la contenga. Respecto a las obras clásicas, Jinshtein aseguró que libros como Lolita, de Vladímir Nabokov, “no pueden ser propaganda” porque la prohibición persigue “la difusión de información destinada a la formación de actitudes sexuales no tradicionales”. Sin embargo, los libreros advierten de que la decisión final dependerá de cómo juzgue esta arbitrariedad un tribunal.

Por realizar declaraciones sobre el colectivo delante de adultos, la ley contempla multas de hasta 400.000 rublos (casi 6.500 euros al cambio actual), unos 13.000 euros, en el caso de ser funcionarios; para las empresas, la sanción puede ascender hasta los más de 80.000 euros y prevé la suspensión de la actividad de la empresa que mostrase estos mensajes durante 90 días. Las multas serán mayores en caso de que delante haya menores, y los extranjeros serán expulsados del país en todos los casos.

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