El príncipe Carlos y Camila se enfrentan en Canadá al reto de la reconciliación con los pueblos indígenas
El primer ministro, Justin Trudeau, recalcó la “relación histórica” de su país con la Corona, en un momento en que la imagen de la monarquía está en horas bajas entre los canadienses
El príncipe de Gales y la duquesa de Cornualles finalizaron este jueves una visita a Canadá. La pareja llegó el martes y realizó actividades en la provincia de Terranova y Labrador, Ottawa –capital federal- y los Territorios del Noroeste. En las primeras horas de este viaje, el príncipe Carlos declaró que tanto él como su madre si...
El príncipe de Gales y la duquesa de Cornualles finalizaron este jueves una visita a Canadá. La pareja llegó el martes y realizó actividades en la provincia de Terranova y Labrador, Ottawa –capital federal- y los Territorios del Noroeste. En las primeras horas de este viaje, el príncipe Carlos declaró que tanto él como su madre sienten un vínculo estrecho con el país norteamericano. “Personalmente, Canadá y los canadienses han ocupado un lugar muy especial en mi vida desde mi primera visita aquí hace más de medio siglo”, expresó. “Una y otra vez, he visto lo que hace verdaderamente grande a este país: su gente y lo que representa”, añadió. Es la decimonovena ocasión en que pisa suelo canadiense.
El príncipe Carlos ha adquirido mayor protagonismo en fechas recientes a raíz de los problemas de salud de la reina. El viaje a Canadá se dio en el marco de la celebración de los 70 años de Isabel II como monarca. El primer ministro, Justin Trudeau, recalcó en distintos momentos la “relación histórica” de su país con la Corona británica. La Confederación canadiense nació en 1867. El Gobierno de Pierre Elliott Trudeau –padre del actual premier- repatrió en 1982 la facultad de enmendar su propia Constitución. Sin embargo, la reina Isabell II continuó como jefa del Estado. Su representación oficial en el país recae en la figura del gobernador general.
Un tema que ocupó amplios espacios en la agenda del príncipe Carlos y Camila de Cornualles fue la reconciliación entre Canadá y sus pueblos indígenas. La pareja sostuvo encuentros con líderes de algunas de estas comunidades en la provincia de Terranova y Labrador y con Mary Simon, gobernadora general de Canadá y primera persona de origen autóctono en ocupar el puesto. También participaron en una ceremonia para recordar a los niños indígenas que vivieron en la antigua red de internados federales.
“Sé que nuestra visita esta semana llega en un momento importante, en el que los pueblos indígenas y no indígenas de todo Canadá se comprometen a reflexionar honesta y abiertamente sobre el pasado, y a forjar una nueva relación para el futuro”, declaró el príncipe de Gales.
Jagmeet Singh, líder del Nuevo Partido Democrático, dijo apoyar las exigencias de diversos líderes autóctonos y exalumnos de los internados para que la monarquía se disculpe por su papel en estos centros. El primer ministro Trudeau prefirió hacer énfasis en el viaje como “una buena oportunidad” para que el príncipe Carlos y Camila discutieran el tema de la reconciliación con distintos actores.
Otro asunto de peso fue el cuidado medioambiental. El príncipe y la duquesa participaron en Ottawa en un encuentro sobre soluciones económicas relacionadas con el cambio climático. En Yellowknife y Dettah, localidades ubicadas en los Territorios del Noroeste, escucharon los impactos de la subida de los termómetros entre los pueblos de esta zona geográfica y se reunieron con productores de comida que hacen uso de técnicas innovadoras. El viaje a Canadá también incluyó una reunión con la diáspora ucrania, una ceremonia frente al monumento conmemorativo de la guerra y un espectáculo ecuestre de la Real Policía Montada de Canadá. Asimismo, una recepción en su honor tuvo lugar en la residencia de la gobernadora general.
El debate sobre los vínculos políticos e institucionales de Canadá con la Corona británica dista de ser reciente. Sin embargo, la visita de los príncipes de Gales lo ha vuelto a sacar a colación. “Hoy somos una sociedad multicultural cuyos lazos coloniales con el Reino Unido son una reliquia lejana”, escribió este miércoles en The Toronto Star el columnista Bob Hepburn. Un sondeo del Instituto Angus Ried -publicado a finales de abril- arrojó que el 51% de los consultados se declaró a favor de que Canadá se desvincule de la Corona (38% hace 12 meses). De acuerdo con esta misma encuesta, la reina Isabell II es la persona de la familia real que levanta más simpatías (63%); el príncipe Guillermo obtuvo el 60% y su padre, el príncipe de Gales, el 29%. En otra parte de este ejercicio, el 65% de los participantes no simpatiza con la idea que el príncipe Carlos acceda al trono, y el 76% se opone a que Camila de Cornualles se convierta en reina.
Justin Trudeau quiso enfriar el tema unas horas antes de que la pareja aterrizara en San Juan de Terranova. Trudeau dijo que Canadá goza de instituciones fuertes, “justamente en momentos donde la democracia está en peligro” en varios puntos del orbe, como es el caso de Ucrania. “Siendo honesto, mis mayores preocupaciones son el costo de la vida y el cambio climático. Sobre los cambios constitucionales, no hay mucha gente que me hable de eso regularmente”, apuntó el premier canadiense.
En el caso de que Canadá llegara a plantearse seriamente modificar sus vínculos con la monarquía, diversos expertos han señalado que sería necesaria una cirugía mayor en el plano constitucional. Un cambio de este tipo requeriría contar con la aprobación de la Cámara baja y del Senado; también de cada una de las provincias, aunque no está claro si los parlamentos provinciales podrían decidirlo o tendrían que someterlo a referéndum. Además, habría que determinar quién ocuparía la jefatura del Estado.
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