Sergio Fajardo lucha por mantenerse a flote en busca de la presidencia de Colombia
El candidato de la coalición de centro se propone remontar en una campaña que se inclina a la polarización entre Gustavo Petro y Federico Gutiérrez
Sergio Fajardo ha salido de su zona de confort. Forzado por la debilidad de la coalición de centro en la consulta que lo convirtió en su candidato presidencial, el exgobernador de Antioquia se muestra por primera vez dispuesto a subirse a la tarima como parte de una nueva etapa de su campaña, que promueve como “la remontada” y busca acortar distancias con los aspirantes de izquierda y derecha que lo superan en las encuestas, ...
Sergio Fajardo ha salido de su zona de confort. Forzado por la debilidad de la coalición de centro en la consulta que lo convirtió en su candidato presidencial, el exgobernador de Antioquia se muestra por primera vez dispuesto a subirse a la tarima como parte de una nueva etapa de su campaña, que promueve como “la remontada” y busca acortar distancias con los aspirantes de izquierda y derecha que lo superan en las encuestas, Gustavo Petro y Federico Gutiérrez. El centro precisa un vuelco para cerrar la brecha con Fico Gutiérrez en el pulso por un cupo en la segunda vuelta que Petro parece tener asegurado.
Fajardo, un matemático que incursionó hace más de 20 años en la política, se ha distinguido por sus actividades de volanteo en las calles, como se conoce en Colombia la repartición de folletos y el intercambio espontáneo con los ciudadanos. Así llegó a la alcaldía de Medellín y la gobernación de Antioquia, pero ahora no parece ser suficiente. “Voy a hacer algo que nunca en la vida he hecho”, reconocía el propio Fajardo antes de lanzar arengas, en medio de una lluvia de confeti, el pasado 30 de marzo en el Astor Plaza, un tradicional teatro de Bogotá. Al día siguiente celebró el apoyo de 300 intelectuales y líderes de opinión. Ese evento fue el lanzamiento de una estrategia que todavía no ha evidenciado su impacto en los sondeos de opinión de cara a la primera vuelta del 29 de mayo.
“Voy a ensayar mi nueva forma de saludar, con los ojos bien abiertos, sonriente y con toda la alegría que tengo”, bromeaba el candidato este domingo al intervenir en un encuentro nacional de voluntarios, con algo de timidez, pero dispuesto a dar la pelea. “Nos quieren acabar, nos quieren sacar, nos quieren arrodillar, nos quieren amilanar, nos quieren destruir, nos quieren moler. Y no han podido, ni van a poder. Saben muy bien de lo que somos capaces. Hace cuatro años ya vimos la película. En condiciones más difíciles de las que estamos hoy, fuimos capaces de remontar y por muy poquito no pasamos a la segunda vuelta”, señaló. Se refería a la primera vuelta de 2018, cuando obtuvo más de 4,5 millones de votos y se quedó a solo 200.000 de Petro, que disputó el ballotage con el presidente Iván Duque. En ese entonces, las encuestas no lograron capturar el crecimiento de Fajardo, que le permitió ascender en la recta final.
“Tanto a la derecha como a la izquierda le conviene comenzar a decir que esto ya es entre Petro y Fico, y que el voto útil tiene que entrar en acción. Fico necesita hacernos creer a todos que el centro ya no existe, y Petro también”, apuntaba Juanita León, directora del portal político La Silla Vacía, en una reciente entrevista con este periódico. “Ahora, hay razones para pensar que el centro no tiene grandes posibilidades”, agregaba al recordar que en las consultas de los tres grandes bloques Gutiérrez triplicó los votos de Fajardo, y Petro los quintuplicó. Ambos salieron catapultados de esa suerte de primarias, mientras que Fajardo, a pesar de ganar dentro de su alianza, lució rezagado con 723.000 votos.
El analista León Valencia coincide en que “los extremos se ayudan mutuamente a polarizar la campaña para hundir al centro”. “Esa suele ser la estrategia”, apunta: precipitar de manera prematura un escenario de segunda vuelta. “Lo nuevo es que el uribismo está en decadencia, que es el sector que tiene mayor músculo de polarización, y en esa realidad Petro ha logrado una ventaja grande. En este momento, Petro está en segunda vuelta y la disputa es quién pase con él”, añade.
Aunque la mayoría de los colombianos manifiestan considerarse de centro en los estudios de opinión, y los demás miembros de la alianza han cerrado filas en respaldo a su candidato –después de superar numerosos desencuentros–, las encuestas publicadas desde entonces no han sido particularmente prometedoras para la Coalición Centro Esperanza. Mientras Petro ha marcado entorno al 35% de las preferencias y Gutiérrez el 24%, Fajardo logra el 10% de los apoyos, empatado con el exalcalde de Bucaramanga Rodolfo Hernández, que se ha mantenido al margen de cualquier bloque.
Fajardo parte con los más de dos millones de votos que obtuvieron los cinco precandidatos del centro, y se propone cortejar a los que no participaron en las consultas. “La estrategia está más orientada a convencer a un sector del electorado que aún no se ha definido por una alternativa presidencial, porque está esperando propuestas por fuera de la polarización”, ha señalado a EL PAÍS Luis Gilberto Murillo, la fórmula vicepresidencial del exgobernador de Antioquia. Asegura que Fajardo es el que tiene mayor espacio para crecer. En su opinión, el paso a segunda vuelta prácticamente garantizaría la presidencia. Su campaña ha insistido en la idea de que no hay otro aspirante más competitivo en esa instancia, pero para eso tiene que ser uno de los dos candidatos más votados en la primera vuelta del 29 de mayo –y que el primero no supere la mitad de los votos–.
Esta temporada electoral tiene la peculiaridad de que las consultas quedaron en el imaginario de muchos como si esa hubiera sido una primera vuelta, señala el consultor y analista político Andrés Mejía Vergnaud. Con ese antecedente, que pesa como un lastre, la gente asume que Petro y Fico van a ser las opciones más votadas. “Mi impresión es que todos los incentivos están dados para que la gente busque un extremo. Eso para Fajardo es un obstáculo muy difícil, por más que cambie su campaña”, advierte. “La remontada es posible, por ahora no parece probable”.
“Ni más de lo mismo ni un salto al vacío”, reza uno de los mensajes que intenta posicionar la campaña de Fajardo, que se presenta como la opción de cambio responsable. El vuelco que busca incluye la publicitada llegada del estratega Teddy Goff, que ha asesorado a Barack Obama en Estados Unidos. También una ofensiva en las regiones de la mayoría del partido Alianza Verde, con esfuerzos importantes en lugares como el Valle del Cauca, Antioquia, Santander, el Eje Cafetero y Bogotá. “Lo que ha hecho él es resistir en estos primeros embates, mantenerse ahí con un 10%. Las próximas encuestas dirán si empieza a reaccionar y crecer, eso se tendría que ver en los próximos 15 días”, apunta Valencia. Fajardo necesita que la Semana Santa sea también su semana de resurrección.
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