Cumbia y vallenato a tiros en Paraguay
Un concierto para 20.000 personas termina con un atentado donde mueren asesinados una modelo y un presunto criminal. Detrás de este drama de película hay una historia compleja de violencia y narcotráfico en Sudamérica
Poco antes de que empezaran los disparos, el lateral izquierdo del equipo de fútbol Olimpia, Iván Tito Torres, besaba a Cristina Aranda, modelo paraguaya de 29 años y madre de sus tres hijos, más conocida como Vita por sus cientos de miles de seguidores en redes sociales. Era el domingo pasado y escuchaban música sin preocupaciones. Aunque estaban en proceso de divorcio tras 10 años de matrimonio, sonaba el acordeón a ritmo del vallenato Cómo te olvido de la banda colombiana Binomio de Oro y ellos se la cantaban el uno al otro. Parecía que se estaban reconciliando, pero es...
Poco antes de que empezaran los disparos, el lateral izquierdo del equipo de fútbol Olimpia, Iván Tito Torres, besaba a Cristina Aranda, modelo paraguaya de 29 años y madre de sus tres hijos, más conocida como Vita por sus cientos de miles de seguidores en redes sociales. Era el domingo pasado y escuchaban música sin preocupaciones. Aunque estaban en proceso de divorcio tras 10 años de matrimonio, sonaba el acordeón a ritmo del vallenato Cómo te olvido de la banda colombiana Binomio de Oro y ellos se la cantaban el uno al otro. Parecía que se estaban reconciliando, pero ese sería su último beso.
Tito y Vita bailaban y se abrazaban rodeados de amistades en el VIP de un concierto para 20.000 personas en el anfiteatro a cielo abierto de San Bernardino -a unos 50 km de la capital de Paraguay-, la urbe preferida por las clases medias y altas para pasar los fines de semana del verano o vivir lejos del caos y la desigualdad de Asunción. Era el “Ja’umina Fest”, bebamos por favor, en guaraní (el idioma más hablado del país y cooficial junto al español). Le tocaba subir al escenario a los argentinos Pablo Lescano y Damas Gratis con su cumbia villera. Él y todo su personal estaba ya en el recinto y aún faltaban por sonar Los Mier, un grupo icónico mexicano. Frente al escenario todos coreaban a Binomio de Oro y se veían felices en los vídeos subidos a las redes sociales por el público.
Tras esa canción, Vita y Tito se fueron de la mano camino al baño alejándose de la multitud.
“Entro al baño y en contados segundos escucho un alboroto, escucho que la gente grita. Lo primero que me dicen es: Vita, Vita, Vita”, contó luego Tito en un vídeo publicado en sus redes sociales. Salió desesperado sin saber qué ocurría. La gente no le dejaba ver, no le dejaban llegar a ella. Hasta que la vio en el suelo. ”Pude sentir un calvario realmente, no sabía qué hacer. Pensaba en ella y en mis hijos, fue realmente devastador ese momento”.
El volumen de la canción Olvídala que interpretaba la banda colombiana impidió al futbolista, jugador de uno de los clubs más importantes del Sur del continente, escuchar la decena de disparos del calibre 9mm que un sujeto realizó de forma más precisa de lo que parece antes de escapar impune.
Según las autoridades, los disparos buscaban a Marcos Rojas Mora, un presunto distribuidor de drogas local, y tras encontrarlo y alcanzarle el cráneo ocho veces, un plomo atravesó su cuerpo y llegó hasta la cabeza de la joven empresaria y modelo. Además, hubo cuatro heridos, algunos como José Luis Bogado Quevedo, otro posible objetivo y quien posee orden de captura internacional desde 2018 y pedido de extradición de Brasil, donde debería estar cumpliendo 17 años de condena. Las autoridades del vecino país aseguran que es líder de una banda criminal que trafica drogas y armas a nivel internacional.
Resulta que su archivo policial en Paraguay fue modificado 27 veces anulando la alerta roja de Interpol y del juzgado, según ha informado el Ministro del Interior y lo confirman fuentes policiales y fiscales. La última modificación data de abril del año pasado y la hizo un policía que rebajó su pedido de captura por 30 procesos abiertos a un delito menor. Dice que lo hizo por error y que su falta fue no avisar del error a “la superioridad”. El fiscal de delitos internacionales, Manuel Doldán, dijo que no le cree y lo ha mandado detener. El jefe de la policía ha sido destituido y el jefe de informática también.
Gracias a los supuestos errores policiales, Bogado Quevedo vivía tranquilo en Paraguay con un documento brasileño falso e incluso tributaba al Estado paraguayo como empresario ganadero. Herido de bala en la espalda fue internado en un hospital privado de Asunción en estado grave y rodeado de un contingente policial. Otro herido por un tiro fue Marcelo Monteggia, con orden de captura en Bolivia y condenado allí a 10 años de prisión por homicidio, según los fiscales que investigan la causa.
Ambos, ahora detenidos en la única prisión de máxima seguridad del país, acudieron al concierto con sus esposas y reconocieron que se conocían porque son oriundos de Pedro Juan Caballero, la pequeña ciudad fronteriza con Brasil donde más sicariatos se producen. Pero dicen que no fueron juntos al concierto, según han declarado a la Fiscalía.
En los vídeos grabados el día del suceso que circulan por las redes sociales se ve a los músicos colombianos perplejos seguir tocando hasta que se dan cuenta de que es algo grave. Empiezan los gritos y las caras de espanto: “pistola, pistola”, “disparos” y una avalancha de personas que comienza a bajar las gradas tras ver cómo trasladan a los heridos.
“La gente empezó a correr, algunos manchados de sangre, tiraban cosas, abucheaban, los nervios se apoderaron de mí. Hoy valoro mucho más la vida”, dijo en su Twitter una testigo.
Por primera vez un atentado narco afecta a un famoso
Dice el futbolista que uno de los médicos de su club estuvo socorriendo a Vita hasta la llegada de la ambulancia y durante el traslado. Dice que la ambulancia era “muy precaria”, que había un balón de oxígeno, pero no había para intubarla. Dice que el conductor no sabía ni a qué hospital ir ni dónde estaba, que el tráfico era terrible y los coches no se apartaban. Dice que él mismo tuvo que buscar el hospital en el GPS y guiar el rumbo del vehículo. Tardaron más de 35 minutos en llegar al hospital. Vita estaba muy grave y no pudieron salvarla.
El Ministerio de Salud ha confirmado que la ambulancia no tenía habilitación desde 2020. Los dueños de la empresa productora del concierto “G5PRO”, que se denominan GrupoCinco, “el mayor holding de gastronomía y entretenimiento del país”, y que prevé traer al artista puertorriqueño Bad Bunny en noviembre, aún no han dado explicaciones sobre lo ocurrido. El hermano de la modelo ha dicho que estudia tomar acciones legales y también anunció que el sábado por la tarde se manifestarán con su familia frente a la residencia presidencial.
“Un pedazo de mi alma y de mi vida se fue con ella”, declaró Tito sobre Vita. La joven empresaria trabajaba en las redes sociales con anunciantes, era apasionada del ejercicio saludable y de compartir sus rutinas de entrenamiento o cuidado personal.
Las especulaciones sobre los responsables son muchas, cada día más: que era una discrepancia interna de una banda de narcotraficantes o un enfrentamiento entre rivales y lo de Vita fue un accidente; que era un concierto con armas liberadas para que pudiera venir gente del crimen organizado fronterizo sin dejar sus pistolas en casa; que la policía lo sabía y por eso casi no había agentes cerca del anfiteatro; o la hipótesis que más pesa en un país tan acostumbrado a la violencia de sicarios: que lo provocó alguien para sacar provecho político. Un dato que alimenta aún más rumores es que el padre de la modelo es el comisario general Cristino Aranda, imputado por haber ideado y ejecutado un operativo de extorsión a una red de narcos a los que pedían 100.000 dólares a cambio de liberar una avioneta con 302 kilos de cocaína.
En Paraguay ocurre un sicariato cada dos días, a veces más, según datos de Jorge Rolón Luna, exdirector del Observatorio de Seguridad del Ministerio del Interior. En 2020 hubo 140 muertos vinculados al narco y en 2021 subió a 150 en un país de siete millones de habitantes pero del tamaño de España. Aunque tiene una de las tasas de homicidios más bajas de América Latina –parecidas a las de Uruguay, por ejemplo, con 8 homicidios por cada 100.000 habitantes–, en la frontera con Brasil se concentran tantas ejecuciones que solo es comparable a una guerra. Y, de hecho, la hay o si no ¿por qué se producen 85 asesinatos por cada 100.000 habitantes en el departamento de Amambay, donde está la ciudad Pedro Juan Caballero?.
El mismo día del ataque en San Bernardino, pero un poco antes, un comerciante de 26 años era asesinado frente a su tienda en Pedro Juan Caballero, a plena luz del día, por dos hombres que bajaron de una moto con pistolas 9mm. Fue justo en la calle que marca frontera entre los dos países, una frontera ilusoria, pues no hay controles en la ciudad, ni forma humana de limitar los 1.365 kilómetros de tierras, ciudades, humedales y ríos que comparten ambos países. Durante la noche, casi al mismo tiempo que el concierto, otros dos sicarios asesinaron a dos hombres en la misma ciudad.
Una historia más compleja de narcotráfico regional
Esta geografía y 34 años de dictadura militar del Partido Colorado (1954-1989), cuyos jerarcas promovieron el contrabando y el narcotráfico, y que ha seguido en el poder hasta hoy con una sola excepción entre 2008 y 2012, explica en parte por qué los paraguayos se auto perciben como el segundo país más corrupto de América del Sur, solo por detrás de Venezuela, según Trasparencia Internacional.
La corrupción y la sucesión de gobiernos ultraconservadores del Partido Colorado han convertido a Paraguay, enclavado entre Bolivia, Brasil y Argentina, en el mayor productor de marihuana de la región y en el principal exportador de cocaína a Europa, a pesar que aquí no se plantan hojas de coca, pero sí se mezcla la pasta base con los precursores químicos que corresponden, según la Secretaría Antidrogas paraguaya (Senad).
Peso a esto, en los últimos 20 años la tasa de homicidios ha descendido de forma sostenida, de los más de 1.314 homicidios de 2001 a los 481 de 2020. El país es cada vez más seguro, pero la población tiene más miedo de la delincuencia según una investigación de 2018 financiada por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y titulada Atlas de la violencia e inseguridad en Paraguay.
“La historia del narco y el poder se remonta a la dictadura de Alfredo Stroessner cuando los militares usaban la aerolínea Líneas Aéreas Paraguaya (LAP) para llevar heroína a Estados Unidos y a Europa. Ese es el origen de todo esto”, explica a EL PAÍS el autor de la investigación, Juan A. Martens Molas, abogado paraguayo y doctor en criminología por la Universidad de Barcelona. El fenómeno que crece es el del crimen organizado y no los asaltos o robos, insiste.
Martens cuenta que el narcotráfico estuvo “muy centralizado en grandes patrones” hasta que en 2016 cayó el gran varón de la droga de la frontera, Jorge Rafaat Toumani, asesinado con una ametralladora pesada por cien sicarios del Primer Comando Capital (PCC), la mayor organización criminal de Brasil. ¿Dónde fue asesinado? En Pedro Juan Caballero.
“Ahora se multiplican los patrones y los nuevos emprendedores que pelean por las rutas porque Paraguay es un centro de recepción y reenvío de cocaína andina de Perú, Bolivia y Colombia con destino a Brasil y Argentina; y desde los puertos de Buenos Aires y Montevideo para Europa e incluso oriente y Australia. El sueño de un narco es hacer llegar cocaína a la China”, resume Martens.
Pese a esto, es difícil encontrar un suceso parecido en la historia reciente de Paraguay a lo que ocurrió en el concierto. Normalmente los sicarios procuran no llamar la atención, cuenta el exfiscal antidrogas y actual ministro del Interior de Paraguay, Arnaldo Giuzzio.
“Como desaparecieron los lideres de los carteles se crearon pequeñas organizaciones que intentan imponer el liderazgo a la fuerza y comparando lo anterior con ahora, antes había disciplina, había código. En la frontera se prohibía matar mujeres y niños porque eso visibilizaba a las organizaciones criminales, trataban de no ser visibles, pero sin embargo hoy eso ya no se da. Hay una estructura criminal desorganizada”, explicó el ministro por teléfono tras abandonar la residencia presidencial el jueves y dedicar varias horas a explicar la investigación en el Congreso.
En el ojo del huracán
Giuzzio está en el ojo del huracán desde un poco antes del atentado. Ya son nueve días desde que denunció por contrabando de tabaco y lavado de dinero al expresidente Horacio Cartes. Dice que lo hizo a título personal, no como Gobierno. Dice que el tabaco de Tabacalera del Este (Tabesa), la empresa de Cartes, viaja desde la frontera paraguaya a todo Brasil y a una pequeña isla frente a Venezuela llamada Aruba desde donde fluye, con la aquiescencia de los grupos narcotraficantes de la zona, hasta Colombia y México y quién sabe aún a dónde más. El dinero sucio que regresa de esta actividad es lavado a través de una estructura financiera que apunta directamente al banco paraguayo Basa, del expresidente Cartes, según Giuzzio. “Hay informes de que el cigarrillo se cambia por droga en Colombia y en México”, insiste. Cartes fue investigado en el pasado por agencias de Estados Unidos por cargos similares de lavado de dinero, como lo reveló en 2011 Wikileaks.
“El discurso de las autoridades es pedir dinero para prevenir el narcotráfico y secuestros, pero después miras los datos objetivos de las instituciones y esos crímenes ni siquiera aparecen en sus mapas de hechos punibles”, dice Diana Vargas, abogada paraguaya especialista en derechos humanos, con experiencia en materia de seguridad y acceso a la justicia. ¿Y por qué no es prioridad la investigación de lavado de dinero? “Porque es absolutamente funcional porque hoy financia a los principales partidos políticos”, responde. “La participación del narcotráfico en las instituciones paraguayas ha crecido en estos 20 años sobre todo desde el Partido Colorado y el Ministerio Público ha sido funcional en no investigar este tipo de hecho”.
Volviendo a la tragedia del domingo pasado en San Bernardino, los medios de comunicación paraguayos y las principales figuras de las pantallas y las redes sociales han dado una cobertura nunca vista al caso. Los mensajes de solidaridad hacia la familia de la modelo y del jugador de fútbol son millones. Los mensajes contra la corrupción miles. Y el número de gente en la calle protestando estos días, decenas.
La agrupación colombiana de vallenatos Binomio de Oro se acercó al funeral de Vita para ofrecer sus condolencias y cantarle una última canción. Le cantaron Niña Bonita, a capela, una de sus canciones favoritas: “Ojos expresivos, carita sonriente, mirada agradable. Por eso, aquí tienes lo que me pediste, que en ti me inspirara una canción linda que llegara al alma”.
Suscríbase aquí a la newsletter de EL PAÍS América y reciba todas las claves informativas de la actualidad de la región