La polémica invitación de Ortega a un iraní imputado por un atentado en Buenos Aires que dejó 85 muertos
Mohsen Rezai, vicepresidente de Asuntos Económicos de Irán, viajó a Nicaragua como invitado para la investidura del presidente, que estrecha su relación con la república islámica frente al aislamiento internacional
La invitación de Mohsen Rezai, vicepresidente de Asuntos Económicos de Irán, a la cuarta toma de posesión de Daniel Ortega el pasado lunes ha levantado ampollas en Buenos Aires. Rezai forma parte de los imputados por su participación en el ...
La invitación de Mohsen Rezai, vicepresidente de Asuntos Económicos de Irán, a la cuarta toma de posesión de Daniel Ortega el pasado lunes ha levantado ampollas en Buenos Aires. Rezai forma parte de los imputados por su participación en el atentado terrorista de 1994 contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), que dejó 85 muertos. En un comunicado de la Cancillería, el Gobierno de Alberto Fernández expresó su “más enérgica condena” por la presencia de Rezai en Managua, a quien se le ve sonriente en las fotos de la ceremonia de investidura junto a Ortega, su esposa y vicepresidenta Rosario Murillo y otros invitados como el venezolano Nicolás Maduro.
“El Gobierno argentino lamenta profundamente tomar conocimiento de la presencia en la República de Nicaragua del Sr. Rezai, debiendo recordar que sobre este último pesa una orden de detención internacional, librada por la Justicia argentina, en tanto se encuentra imputado en el marco de la causa que investiga el peor atentado terrorista que la República Argentina ha sufrido en su territorio y que costó la pérdida de 85 ciudadanos argentinos y cientos de heridos”, afirma la Cancillería argentina en la nota de reclamo.
Tras la ceremonia del lunes, Ortega y Murillo sostuvieron un encuentro con Rezai, quien, según declaraciones divulgadas por medios oficialistas, ofreció a la pareja su apoyo para “vencer el imperialismo norteamericano”, en momentos cuando Washington ha impuesto fuertes sanciones a funcionarios nicaragüenses, a Rosario Murillo y a los hijos de ambos. “Estamos juntos en este camino. Tenemos toda la disposición de colaborar y cooperar para que podamos vencer al imperialismo norteamericano, y ese es nuestro deber como hermanos, nuestra obligación como hermanos, venir y cooperar juntos, nosotros lo consideramos nuestra obligación estar aquí con ustedes”, expresó el funcionario iraní.
El régimen de Daniel Ortega sufre un fuerte aislamiento internacional debido a las denuncias de violaciones de derechos humanos, la represión de las manifestaciones (que ha dejado más de 350 muertos), el encarcelamiento de candidatos de la oposición y otras voces críticas con el régimen y la organización de unas elecciones consideradas como una “farsa” tanto por la oposición como la mayoría de países del continente, que rechazaron sus resultados. Argentina ha expresado en varias ocasiones su preocupación por la crisis de Nicaragua. El año pasado llamó a consultas a su embajador en Managua y esta semana se negó a enviar una delegación oficial a participar en la investidura de Ortega. Debido a ese aislamiento, el mandatario nicaragüense ha vuelto la vista a países como Rusia e Irán en busca de apoyos y, de forma más reciente, hacia China, tras la ruptura de relaciones con Taiwán, que fue uno de los principales cooperantes del régimen.
Sobre Rezai pesa una orden de detención internacional, por lo que Argentina alertó de que su presencia en Nicaragua era suficiente para su captura. “Los hechos que se le imputan al Sr. Rezai constituyen un crimen de lesa humanidad en virtud del derecho internacional consuetudinario, razón por la cual, su presencia en la ciudad de Managua, aun cuando sea en su carácter de Vicepresidente de Asuntos Económicos de Irán, no lo exime de responder ante la Justicia argentina, lo que nos obliga a expresar nuestro enérgico reclamo”, explica la Cancillería en su reclamo.
El jueves, la prensa argentina cuestionó al Gobierno por no haber actuado contra Rezai tras su paso por Managua. La portavoz de la presidencia, Gabriela Cerruti, ha criticado el trabajo de la Interpol. Según ella, ese organismo debió capturar al funcionario iraní. “Habría que preguntarle a Interpol por qué no sabía que iba a estar ahí o por qué no llevó adelante la detención que tenía que llevar adelante”, ha dicho Cerruti en declaraciones difundidas por Efe. “Correspondía más a Interpol que a los servicios de inteligencia de Argentina resolver esa situación”, ha afirmado.
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