Biden y Xi dialogan para evitar el “conflicto” en una rivalidad cada vez más tensa

Los presidentes de Estados Unidos y China conversan por teléfono por segunda vez desde la llegada al poder del mandatario norteamericano

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, junto al presidente chino, Xi Jinping, en una imagen tomada en 2013 en Pekín.POOL (REUTERS)

El presidente de EE UU, Joe Biden, y el de China, Xi Jinping, han conversado por teléfono este viernes para tratar de relanzar una relación bilateral cada vez más tensa y llena de rivalidad, y evitar que los desacuerdos puedan acabar degenerando en un conflicto de consecuencias incalculables. La charla era solo la segunda entre los dos líderes desde el comienzo del mandato del demócrata en Washington a comienzos de este año: la primer...

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El presidente de EE UU, Joe Biden, y el de China, Xi Jinping, han conversado por teléfono este viernes para tratar de relanzar una relación bilateral cada vez más tensa y llena de rivalidad, y evitar que los desacuerdos puedan acabar degenerando en un conflicto de consecuencias incalculables. La charla era solo la segunda entre los dos líderes desde el comienzo del mandato del demócrata en Washington a comienzos de este año: la primera había tenido lugar en febrero, poco después de la investidura.

La llamada, relativamente larga, duró 90 minutos y se celebró por iniciativa de la Casa Blanca, frustrada ante la falta de progresos hasta ahora en cada ronda de contactos de sus respectivos altos funcionarios. La idea central de la conversación era examinar cómo sacar adelante en el futuro próximo la relación entre los dos Gobiernos más poderosos del mundo y evitar que los desacuerdos puedan llegar a quedar fuera de control.

Desde la llegada de Biden a la Casa Blanca, las relaciones entre Washington y Pekín, ya muy agrias durante el mandato de Donald Trump, no han dejado de endurecerse. Los desacuerdos son numerosos. A las tensiones de la era Trump por la guerra comercial y tecnológica, o por las causas y la gestión de la pandemia de coronavirus, se suman este año las acusaciones de que piratas informáticos desde China perpetraron graves ataques contra compañías estadounidenses. Estados Unidos acusa al gigante asiático de graves violaciones de los derechos humanos de la minoría uigur en la región china de Xinjiang, de limitación de las libertades en Hong Kong y de hostigamiento a Taiwán. A su vez, Pekín acusa a la superpotencia de querer impedir su auge, y ambos rivalizan por la influencia en la zona Asia-Pacífico.

Según ha indicado la Casa Blanca en un comunicado de un solo párrafo, los dos presidentes abordaron en un “debate amplio, estratégico”, la “responsabilidad de ambos países para asegurarse de que la competición no degenera en conflicto”. Biden subrayó, según el texto, “el interés duradero de Estados Unidos en la paz, estabilidad y prosperidad de [la región de] Indo-Pacífico”.


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“Ambos abordaron áreas en las que nuestros intereses confluyen, y áreas en las que nuestros intereses, valores y perspectivas divergen. Ambos se mostraron de acuerdo en abordar ambas series de cuestiones de manera abierta y directa”, añade el comunicado estadounidense, que no precisa los asuntos en cada campo.

Por su parte, el Ministerio de Exteriores chino ha indicado en su versión de la charla que en la “franca y profunda” conversación Xi reprochó a su homólogo que las políticas estadounidenses hacia Pekín han sido las causantes de las “graves dificultades” que atraviesan los lazos bilaterales.

“El mundo se verá beneficiado si China y Estados Unidos cooperan. Pero el mundo saldrá perjudicado si China y Estados Unidos se enfrentan”, indicó el presidente chino. Ambos países deben mostrar “valentía estratégica y política para llevar de nuevo y lo antes posible los lazos bilaterales al buen camino de un desarrollo estable”, agregó, siempre según el comunicado de Exteriores.

La versión de Pekín sobre la conversación precisa que los dos líderes abordaron la situación de Taiwán, entre otras cuestiones, e incluye la recuperación económica tras la pandemia, el control de la covid y el cambio climático como áreas de interés mutuo en la que ambos países pueden continuar la colaboración.

“Ambas partes acelerarán la coordinación y el diálogo en los niveles de trabajo para crear condiciones que faciliten el desarrollo de las relaciones bilaterales”, agrega el texto de la cancillería china.

Un alto cargo estadounidense que habló bajo la condición del anonimato con periodistas en Washington indicó que Biden había iniciado la llamada ante la falta de resultados en las conversaciones que los funcionarios de EE UU han mantenido con sus homólogos chinos.

Una primera reunión en Alaska entre los responsables de Exteriores de los respectivos países -el consejero de Estado, Yang Jiechi, y el ministro Wang Yi de un lado, y el secretario de Estado, Antony Blinken, y el asesor de Seguridad Nacional Jack Sullivan del otro- comenzó con un intercambio público de reproches mutuos y concluyó sin grandes resultados tangibles. La visita de la número dos del Departamento de Estado, Wendy Sherman, a la ciudad de Tianjin también concluyó en desencuentro. La semana pasada el enviado de la Casa Blanca para el cambio climático, John Kerry, se desplazó por segunda vez en lo que va de año a China, sin progresos aparentes.

La conversación entre los dos presidentes tiene lugar un día antes del vigésimo aniversario de los atentados del 11 de septiembre de 2001 contra las Torres Gemelas de Nueva York, que precipitaron la invasión de Estados Unidos y sus aliados sobre Afganistán. China ha criticado duramente como “irresponsable” la retirada definitiva que Washington completó el mes pasado en medio del caos.

El diálogo de las últimas horas era el primero de Biden y Xi desde el que mantuvieron en febrero, hace siete meses. Aunque los dos jefes de Estado se conocen personalmente desde los tiempos en los que ambos ocupaban la silla de número dos en sus respectivos Gobiernos, hace más de una década, no se han reunido personalmente aún como presidentes. Esa ocasión podría llegar durante la cumbre del G-20 en Roma, los próximos 30 y 31 de octubre.

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