El académico progresista Alejandro Gaviria competirá por la presidencia de Colombia
El hasta ahora rector de la Universidad de los Andes aspira pelearle la izquierda al favorito en las encuestas, Gustavo Petro
A Gustavo Petro le ha salido un competidor, uno bastante atípico. Alejandro Gaviria, hasta ahora rector de la Universidad de los Andes, ha anunciado este viernes su intención de presentarse como candidato independiente a las elecciones presidenciales de 2022. Se trata de un intelectual con ideas revolucionarias sobre temas claves en Colombia como el de las drogas, que le disputará el electorado progresista al ahora favorito en las e...
A Gustavo Petro le ha salido un competidor, uno bastante atípico. Alejandro Gaviria, hasta ahora rector de la Universidad de los Andes, ha anunciado este viernes su intención de presentarse como candidato independiente a las elecciones presidenciales de 2022. Se trata de un intelectual con ideas revolucionarias sobre temas claves en Colombia como el de las drogas, que le disputará el electorado progresista al ahora favorito en las encuestas. Gaviria representa para muchos la esperanza de una izquierda moderada alejada del histrionismo de Petro.
El candidato se lanza casi con un año de antelación. Con eso busca amortiguar algunas de sus debilidades, como es la de no ser conocido en muchas partes del país. Gaviria posee un enorme crédito entre las élites intelectuales, pero es un rostro poco reconocible entre sectores más populares. Durante seis años fue ministro de Sanidad del presidente Juan Manuel Santos, donde representó el ala más moderna del Gobierno. Se mostró a favor de la eutanasia, la marihuana medicinal y dio batalla contra del glifosato, un herbicida que las autoridades usaban para dañar los cultivos de coca, aunque potencialmente cancerígeno para los humanos.
En un país de talante conservador, algunas de sus creencias pueden levantar más de una ceja. Se ha declarado ateo, cuando el actual presidente, Iván Duque, reza a diario en un oratorio y se santigua y besa unos medallones de la virgen. En un libro ha contado sus experiencias con el LSD. En una entrevista reciente con EL PAÍS aventuró que esas reflexiones alrededor del consumo de drogas psicodélicas podrían ser utilizadas por sus adversarios políticos llegado el momento: “Si yo llego a aventurarme en ese Brave new world, ese mundo no feliz de la política, esto puede ser distorsionado y presentado de muchas maneras”. En esa conversación calificó de atípica su candidatura, no solo en Colombia, “sino en el mundo” entero.
El voto de izquierdas se lo peleará con Petro, pero en el centro se encontrará con su amigo Sergio Fajardo, otro académico de ideas progresistas con más experiencia en elecciones, a diferencia de Gaviria. Fajardo, matemático, fue alcalde de Medellín, gobernador de Antioquia y tercero en la primera vuelta de las presidenciales de 2018. Se le atribuye gran parte de la transformación de Medellín en una ciudad próspera y emprendedora, dejando atrás los años del narcotráfico. En estos años ha cultivado el centro del espectro político y apoyó el acuerdo de paz sellado hace cuatro años con la guerrilla de las FARC.
En eso son candidatos parecidos, aunque con experiencias vitales distintas. A Gaviria le diagnosticaron en 2017 un cáncer linfático. Cuando acabó la quimioterapia se tatuó una frase en el brazo: “Your time is limited”. Ese parece ser el combustible que alimenta su candidatura. Desde hace meses meditaba sobre esta posibilidad. Hace unos días, cuando ya lo tenía casi decidido, escribió un mensaje por WhatsApp: “inclinado a saltar al vacío”. Los políticos suelen enmascarar su ambición detrás del deseo de la gente que quiere verlo ocupar un cargo. En el caso de Gaviria hay algo de verdad en eso. Políticos e intelectuales, en público y en privado, le han animado a dar el salto. La incógnita radica en el efecto que tendrá en otras esferas de Colombia.
Por ahora ha decidido presentarse sin partido, por lo que deberá recabar firmas. Se especula con que más adelante pueda incorporarse a un partido recién revivido, el Nuevo Liberalismo, un movimiento que generó a finales de los ochenta una enorme ilusión de la mano de Luis Carlos Galán, un orador brillante. Galán fue asesinado a tiros en la tarima de madera en la que iba a dar un mitin en el sur de Bogotá. Sus hijos han recuperado ahora su legado. El Partido Liberal, los verdes y algunos miembros de la Coalición de la Esperanza, una plataforma de centro progresista, también le han ofrecido su apoyo.
El inicio de Gaviria, que por primera vez opta a un cargo de elección popular, arranca con una renuncia. Este viernes dejará de ser rector de los Andes. En un discurso grabado que difundirá por redes sociales durante el día de hoy hará hincapié en la necesidad de superar con unidad los estragos de la pandemia y mejorar el debate público. La discusión política en Colombia, como en muchas otras partes del mundo, sufre una gran polarización. Gaviria recurrirá al buen talante para enfrentar los ataques con la vista puesta en la Casa de Nariño, la residencia presidencial.
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