Israel inaugura en Emiratos Árabes su primera embajada en un país del Golfo
Lapid realiza el primer viaje oficial de un miembro del Gobierno israelí a EAU desde la normalización de relaciones
El ministro israelí de Exteriores, Yair Lapid, ha inaugurado este martes en Abu Dhabi la primera embajada de su país en un Estado del Golfo. Lapid, que también va a abrir un consulado en Dubái y firmar un acuerdo de cooperación económica, es además el primer miembro del Gobierno de Israel en visitar Emiratos Árabes Unidos (EAU) desde la normalización de relaciones el pasado septiembre. A diferencia de entonces, sin embargo, los medios emira...
El ministro israelí de Exteriores, Yair Lapid, ha inaugurado este martes en Abu Dhabi la primera embajada de su país en un Estado del Golfo. Lapid, que también va a abrir un consulado en Dubái y firmar un acuerdo de cooperación económica, es además el primer miembro del Gobierno de Israel en visitar Emiratos Árabes Unidos (EAU) desde la normalización de relaciones el pasado septiembre. A diferencia de entonces, sin embargo, los medios emiratíes han rebajado el tono de entusiasmo como consecuencia del malestar generado en todo el mundo árabe por el conflicto en Gaza del pasado mayo.
Durante la ceremonia, Lapid reiteró que “Israel quiere la paz con sus vecinos, con todos sus vecinos”, según la transcripción facilitada por la oficina de información israelí. Y en lo que se interpreta como un mensaje a Irán subrayó: “Oriente Próximo es nuestro hogar. Estamos aquí para quedarnos. Pedimos a todos los países de la región que lo acepten”.
La preocupación que despierta la influencia de Teherán en la zona, así como el potencial de cooperación económica y de seguridad, está en la base del acercamiento que llevó a EAU y a Bahréin a establecer relaciones con Israel el año pasado. El apoyo de la Administración Trump a los pomposamente llamados Acuerdos de Abraham también abrió el camino para que hicieran lo mismo Marruecos y Sudán.
En estos meses, Israel y EAU han multiplicado los acuerdos de cooperación comercial en las áreas más diversas, compartido inteligencia y establecido vuelos directos que han permitido la visita de varias decenas de miles de turistas israelíes a Emiratos (Israel sigue cerrado a los no residentes debido a la pandemia). El pasado marzo, Abu Dhabi anunció la creación de un fondo de inversión de 10.000 millones de dólares (8,4 millones de euros) destinado a sectores estratégicos en Israel.
En Emiratos, el acercamiento fue muy tangible desde el principio. En pocos días, los pomelos israelíes aparecieron en los estantes de los supermercados y los vinos de Galilea llegaron las tiendas con licencia para vender alcohol. Los contactos oficiales fueron acompañados además de calurosos gestos de amistad por parte de algunos ciudadanos que difundieron imágenes con las banderas de los dos países en las redes sociales o anunciaron que empezaban a estudiar hebreo. E incluso se organizó una exposición para concienciar a los árabes sobre el Holocausto.
Pero la luna de miel se interrumpió el pasado mayo al estallar el enésimo conflicto israelo-palestino, en el que murieron 256 palestinos y 13 israelíes. EAU pidió a ambas partes, Israel y Hamás, que frenaran la violencia, en lo que se convirtió en una prueba de resistencia para la nueva relación que los responsables emiratíes dijeron que iba a frenar los planes de anexión israelí sobre Cisjordania. El malestar de buena parte de los nacionales (apenas el 11% de los 9,5 millones de habitantes) empezó a filtrarse a través de las redes sociales.
Muchos emiratíes están incómodos con la visita de Lapid. “Cuando pienso en el desalojo de los palestinos de sus casas y la guerra del mes pasado, me siento impotente. Más aún cuando [Lapid] representa a un Gobierno cuyo primer ministro se ha jactado de haber matado a montones de árabes”, confía un analista emiratí que pide el anonimato para hablar con libertad. “Entiendo que existen intereses políticos, económicos y de seguridad que justifican [la normalización], pero resulta alienante”, añade antes de asegurar que la mayoría de los emiratíes “están descontentos con la medida y las autoridades lo saben”.
La visita del nuevo titular de Exteriores israelí (su predecesor no pudo hacerla por el empeño del entonces primer ministro, Benjamín Netanyahu de ser él quien primero visitara EAU, algo que no llegó a producirse) da una oportunidad para reparar los daños diplomáticos. Lapid es el arquitecto de la coalición que ha puesto fin al Gobierno de Netanyahu y está previsto que remplace al actual primer ministro, Naftali Bennett, dentro de dos años.
Significativamente, ningún alto funcionario ha recibido a Lapid al pie del avión, aunque sí que tiene una cita con su homólogo emiratí, el jeque Abdalá Bin Zayed al Nahyan, según el comunicado israelí (la oficina de medios de EAU no ha informado del viaje ni de la agenda). El miércoles, ya en Dubái, inaugurará el Consulado (como la Embajada, aún en una localización temporal) y visitará el pabellón de Israel en la Expo2020 (que abrirá sus puertas el próximo 1 de octubre). EAU, por su parte, abrió oficialmente su Embajada, establecida de forma provisional en el edificio de la Bolsa de Tel Aviv, sin hacer ruido, a finales de mayo.