Trump consuma su dominio sobre el Partido Republicano tras defenestrar a Liz Cheney por sus críticas

Los conservadores apartan de la cúpula del partido en la Cámara de Representantes a la hija del vicepresidente de Bush por apoyar la salida del expresidente

Liz Cheney habla a los periodistas tras ser expulsada de su cargo en la Cámara de Representantes. En vídeo, la congresista pronuncia su último discurso donde critica fuertemente a los dirigentes del partido y su fidelidad al anterior presidente, Donald Trump.Foto: EFE | Vídeo: MICHAEL REYNOLDS / EFE
Washington -

El dominio de Donald Trump sobre los republicanos se ha consumado hoy después de que el partido apartase a Liz Cheney del liderazgo de la formación en la Cámara de Representantes por su posición crítica respecto del expresidente. La hija de Dick Cheney, vicepresidente con George W. Bush (2001-2009), se ha negado a permanecer callada ante las manipulaciones del exmandatario, quien mantiene...

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El dominio de Donald Trump sobre los republicanos se ha consumado hoy después de que el partido apartase a Liz Cheney del liderazgo de la formación en la Cámara de Representantes por su posición crítica respecto del expresidente. La hija de Dick Cheney, vicepresidente con George W. Bush (2001-2009), se ha negado a permanecer callada ante las manipulaciones del exmandatario, quien mantiene que las elecciones de 2020 le fueron robadas. La congresista declaró que trabajará para que Trump “no vuelva a acercarse al Despacho Oval”.

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El voto de los republicanos, a puerta cerrada, se produjo tras un desafiante discurso de Cheney que provocó el abucheo de sus compañeros de filas. La decisión de apartar a la dirigente es un claro aviso de que el partido no tolerará la disidencia ni ningún desacuerdo con Trump, al que considera una figura clave para poder ganar la mayoría en la Cámara de Representantes en las elecciones de medio mandato en 2022. Los republicanos perdieron en 2018 el control de la Cámara baja tras ocho años.

Cheney, de 54 años, hasta este miércoles parte de la dirección del partido en la Cámara, se dirigió brevemente a sus compañeros poco antes de iniciarse la votación, para dejar claro que, lejos de guardar silencio tras su salida, comenzará una lucha por recuperar el partido del control de Donald Trump. “Si quieren líderes que posibiliten y expandan mentiras destructivas, yo no soy su persona, tienen muchos otros que elegir para eso. Ese será su legado”, declaró Cheney, según relatan medios norteamericanos con fuentes conocedoras de lo sucedido a puerta cerrada en el Capitolio.

Sin intención de dar marcha atrás a sus críticas contra el expresidente, Cheney prometió: “Después de lo sucedido hoy, lideraré la lucha para restaurar los principios conservadores en nuestro partido y en nuestra nación, derrotando al socialismo, defendiendo nuestra República, haciendo que el GOP [Great Old Party, como se conoce al Partido Republicano] vuelva a ser merecedor de ser el partido de Lincoln”. La congresista por Wyoming finalizó su alocución con una plegaria y una cita de la Biblia: “Conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres”. Fiel a la línea marcada por Trump durante su mandato, la conservadora Cheney se apartó de él cuando comenzó a cuestionar los resultados de las elecciones y sobre todo tras el asalto de los partidarios del expresidente al Capitolio en enero pasado.

La purga por sus críticas está consumada y Trump ha dado así un golpe de mano para mantener el control del Partido Republicano. El magnate ha rematado la presión contra la congresista con un comunicado en el que menosprecia a Cheney y la llama “un ser humano amargado y horrible”. Además, la considera una “belicista” y afirma que pertenece a una familia que condujo a EE UU “al desastre interminable de Oriente Próximo”, malgastando la riqueza del país y “diezmando las fuerzas armadas” -en referencia a la guerra de Irak lanzada bajo la Administración del tándem Bush-Cheney-. El expresidente, desde su mansión en Mar-a-Lago (Florida), asegura también en el comunicado que Cheney es nociva para el Partido Republicano, carece de personalidad y no tiene “nada bueno que aportar a la política o al país”.

Hasta hoy, la congresista era la mujer con mayor poder entre los republicanos de la Cámara, y estaba al frente de la presidencia de la Conferencia del partido (organizaba el trabajo de sus miembros y actuaba como portavoz). Todo indica que la sustituirá en el cargo la representante de Nueva York Elise Stefanik -una moderada que se pasó a las filas del trumpismo-, quien ha buscado en las últimas semanas garantizarse la posición tras ganarse el apoyo del líder de la minoría, Kevin McCarthy, y de Steve Scalise, el encargado de fijar la posición del partido y mantener la disciplina.

Conocedora ya de la suerte que le esperaba este miércoles, la legisladora pronunció en la noche del martes un discurso en una Cámara prácticamente vacía en el que criticó duramente a los dirigentes del partido por su fidelidad a Trump. “No me quedaré sentada a mirar en silencio mientras otros llevan a nuestro partido por un camino que abandona el estado de derecho y se unen a la cruzada del expresidente para socavar nuestra democracia”, dijo Cheney en el hemiciclo.

“Permanecer en silencio e ignorar la mentira envalentona al mentiroso”, añadió la congresista, quien insistió en que no hubo fraude en las elecciones de noviembre que eligieron como presidente a Joe Biden y alertó de que Washington se enfrenta a “una amenaza como nunca antes”.

Cheney se define a sí misma como “una conservadora republicana” y lleva grabado en su ADN la visión del mundo a través de los ojos de su padre, un halcón de la era de Bush. Acaba de sufrir un duro revés, pero seguirá en la política y prevé presentarse a las elecciones de 2022. Dentro del partido no descartan que en un futuro intente alcanzar el liderato.

La amenaza de un nuevo partido

Más de un centenar de republicanos, entre los que están algunos antiguos altos cargos, se preparan para hacer público este jueves un texto en el que advierten de que pueden formar un nuevo partido si el republicano no hace cambios, según informa este miércoles el diario 'The New York Times'.

“Cuando en nuestra república democrática surgen fuerzas conspiratorias, de división y despotismo, es nuestro deber patriótico como ciudadanos actuar de forma conjunta en defensa de la libertad y la justicia”, se lee en el preámbulo de la carta abierta de los críticos, que verá previsiblemente la luz poco después de que el partido haya despojado de su cargo como líder de la dirección en la Cámara de Representantes a Liz Cheney, congresista que levantó la voz contra Donald Trump por su insistencia en que hubo fraude en las pasadas elecciones presidenciales.

Según Miles Taylor, al frente de esta iniciativa y antiguo miembro del Departamento de Seguridad Nacional con Trump, la carta firmada por miembros del partido solo será “el primer paso”. Taylor reconoció el pasado otoño ser el autor anónimo del libro 'A Warning', en el que atacaba duramente la gestión de Trump. También admitió haber sido quien escribió un artículo de opinión en 2018 en 'The New York Times' que causó gran revuelo por describir al exmandatario como alguien amoral y de ejercer un liderazgo irreflexivo e ineficaz, entre otros calificativos.

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