Dos periodistas presos en Marruecos inician una huelga de hambre indefinida
Suleimán Raisuni y Omar Radi, acusados de abuso sexual y violación respectivamente, reclaman la libertad provisional tras más de ocho meses en prisión preventiva
Los periodistas marroquíes Suleimán Raisuni y Omar Radi iniciaron la semana pasada una huelga de hambre indefinida, tras permanecer en prisión preventiva 10 y ocho meses, respectivamente. Raisuni está acusado de abusar sexualmente de un hombre y a Radi se le imputa haber mantenido contactos con un agente de la inteligencia británica y violar a una compañera. Ambos se declaran inocentes y reclaman su libertad provisional. Un centenar de periodistas piden su liberación.
Raisuni, de 48 años y en prisión preventiva desde hace 10 meses, inició el jueves pasado una huelga de hambre indefinida...
Los periodistas marroquíes Suleimán Raisuni y Omar Radi iniciaron la semana pasada una huelga de hambre indefinida, tras permanecer en prisión preventiva 10 y ocho meses, respectivamente. Raisuni está acusado de abusar sexualmente de un hombre y a Radi se le imputa haber mantenido contactos con un agente de la inteligencia británica y violar a una compañera. Ambos se declaran inocentes y reclaman su libertad provisional. Un centenar de periodistas piden su liberación.
Raisuni, de 48 años y en prisión preventiva desde hace 10 meses, inició el jueves pasado una huelga de hambre indefinida. Al día siguiente anunció que también sería “de sed”, aunque fuentes cercanas al periodista confirmaron este miércoles que ya volvía a tomar líquidos. El pasado viernes Radi, de 34 años, dejó de ingerir alimentos.
Los dos presos en huelga de hambre se encuentran en celdas próximas en la cárcel de Ukacha, en Casablanca. Ambos son bien conocidos en Marruecos, sobre todo entre los intelectuales de izquierda. Raisuni fue denunciado en mayo de 2020 por un joven que le acusó de haber intentado abusar sexualmente de él dos años antes. En el caso de Radi, una publicista compañera de trabajo le acusa de haberla violado durante una noche del pasado julio. Pero el acusado sostiene que la relación fue consentida. La fiscalía también le imputa haber mantenido contactos con la inteligencia británica. Varias organizaciones humanitarias han expresado su apoyo a los dos periodistas y reclaman un juicio justo para ambos.
Dris Radi, padre de Omar, indica en conversación telefónica: “Tanto Suleimán como mi hijo consideran que no hay ninguna razón para permanecer más tiempo en prisión sin ser juzgados. Ellos creen que esto se debe a una venganza, porque ambos osaron señalar con su trabajo los nichos de corrupción que hay en las más altas esferas del poder”.
Raisuni trabajaba para el diario Ajbar al Yaum, la publicación más crítica contra las políticas del Estado. El director y propietario de la publicación, Taufic Buachrín, fue encarcelado en 2018 y condenado a 12 años de prisión, acusado también de varios delitos de índole sexual. Cuando Buachrín ingresó en la cárcel, Raisuni se convirtió en el periodista estrella de Ajbar al Yaum. Poco antes de la detención de Raisuni durante la pasada primavera, la empresa editora del diario anunció el cierre de la publicación, alegando que llevaba tres años de calvario económico, sin apenas ingresos por publicidad y quedando excluida de las subvenciones públicas.
La periodista Hajar Raisuni, de 31 años y sobrina de Suleimán, no tiene noticia de su tío desde la semana pasada. “La última vez que me comuniqué con mi tío fue el jueves pasado, a través de su abogado. Me dijo que él había sido ya muy paciente con la justicia marroquí durante 10 meses. Y que ya no ve otro medio para obtener la libertad provisional que no sea la huelga de hambre. Tanto a él como a Omar Radi se les ha impedido comunicarse por teléfono con sus familias desde entonces”, indica a este diario por correo electrónico desde Sudán donde reside con su marido, un activista sudanés. Hajar Raisuni, que también trabajaba en Ajbar al Yaum, también tuvo que vérselas con la justicia. La joven pasó dos meses en prisión en 2019 y fue condenada a un año de cárcel por un supuesto aborto que ella negó. Tras una intensa campaña internacional que reclamó su liberación, Hajar Raisuni fue indultada por el rey, Mohamed VI. Y se fue a vivir a Sudán hace nueve meses.
Este miércoles, más de 120 periodistas publicaron un texto en el que exigen la liberación de Raisuni y Radi. Los compañeros de profesión reclaman un “juicio justo” e insisten en que la situación perjudica tanto a la salud de sus dos colegas como a la imagen del país. Los firmantes piden a sus dos compañeros que suspendan la huelga de hambre y condenan la “impunidad” de la que se “beneficia” la “prensa de difamación” en Marruecos. Recuerdan que tanto Raisuni como Radi ya habían sido objeto de campañas difamatorias bajo “un silencio atronador” de las autoridades que regulan la profesión. El pasado julio, más de un centenar de periodistas difundió otro manifiesto contra la proliferación de medios que “insultan, calumnian y difaman” a profesionales y activistas que molestan a personas “próximas al poder”.
Tanto Raisuni como Radi son amigos del activista marroquí Maati Monjib, de 60 años, quien obtuvo el pasado marzo la libertad provisional tras pasar 19 días en huelga de hambre en la cárcel de El Arjat, en el municipio de Salé, limítrofe con Rabat, la capital marroquí. Monjib está acusado de blanqueo de dinero y consiguió salir de la cárcel tras una intensa campaña de solidaridad internacional. Lo primero que declaró nada más salir es que iba a luchar por la libertad de otros detenidos.