La justicia chilena descarta el homicidio del presidente Frei Montalva, líder de la oposición a Pinochet

La Corte de Apelaciones rechaza el fallo del juez de primera instancia, que acusó a seis personas por la muerte del político democristiano en 1982

El expresidente chileno Eduardo Frei Montalva, en 1979.EL PAÍS

La investigación de la muerte de Eduardo Frei Montalva, presidente democristiano chileno entre 1964 y 1970, el 22 de enero de 1982, cuando era líder de la oposición a la dictadura de Augusto Pinochet, ha dado un nuevo giro. La novena sala de la Corte de Apelaciones de Santiago, por votación unánime de sus tres integrantes, ha echado por ti...

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La investigación de la muerte de Eduardo Frei Montalva, presidente democristiano chileno entre 1964 y 1970, el 22 de enero de 1982, cuando era líder de la oposición a la dictadura de Augusto Pinochet, ha dado un nuevo giro. La novena sala de la Corte de Apelaciones de Santiago, por votación unánime de sus tres integrantes, ha echado por tierra el dictamen que el juez Alejandro Madrid realizó en enero de 2019, cuando acusó a seis personas por homicidio. De acuerdo con el tribunal superior, Frei Montalva no falleció por envenenamiento ni por la utilización de un medicamento en fase experimental, sino que murió “como consecuencia de complicaciones médicas” por una intervención quirúrgica de diciembre de 1981, por problemas con una hernia hiatal y un cuadro infeccioso.

“La prueba reunida durante la tramitación del proceso, valorada en conformidad a la ley, no ha logrado demostrar que el fallecimiento del expresidente de la República Eduardo Frei Montalva sea imputable a alguna acción dolosa o culposa de uno o más terceros, como tampoco a alguna omisión atribuible a quienes en su condición de médicos se hallaban en posición de garante de su vida”, asegura el fallo. Según la Corte de Apelaciones, la segunda de las dos intervenciones a las que se sometió al político, “fue necesaria y correctamente ejecutada o, a lo menos, no es posible formular a quienes participaron en ella o decidieron el momento de su ejecución, reproche jurídico penal alguno, al no haberse comprobado infracciones dolosas ni culposas a la lex artis médica”.

El caso Frei es una de las investigaciones judiciales más importantes de las últimas décadas en Chile. Los Frei son uno de los principales clanes políticos del país —Eduardo Frei Ruiz-Tagle, el hijo, fue presidente entre 1994 y 2000, mientras que su hija Carmen fue senadora entre 1990 y 2006—, y porque de acuerdo a la parte acusadora, la familia, se trataría del primer magnicidio de la historia de Chile, un crimen inédito y la operación de inteligencia más grande desarrollada en tiempo de la República. La Corte de Apelaciones, sin embargo, revocó la tesis del asesinato, en un fallo dado a conocer este lunes. Absolvió además a los seis acusados —cuatro médicos y dos agentes de la policía secreta de Pinochet, la CNI—, aunque tres murieron desde que se conoció la acusación en primera instancia del juez Madrid, que se dedicó más de 16 años a la investigación.

Frei Montalva (1911-1982) fue fundador de la Democracia Cristiana en Chile, un partido que definió la política chilena en la segunda mitad del siglo XX. Durante su Gobierno, llevó adelante transformaciones fundamentales como la reforma agraria y aunque fue uno de los más férreos opositores de su sucesor, el socialista de Salvador Allende (1970-1973), después del golpe de Estado militar se transformó en unas de las principales voces críticas del pinochetismo. En agosto de 1980 hizo un llamado a las elecciones libres y abiertas en un evento conocido como Caupolicanazo, la primera manifestación organizada de una oposición que comenzaba a refundarse luego de la masacre. Frei era una figura peligrosa para el régimen: a diferencia de los líderes de la izquierda que salieron al exilio, había permanecido en el país y desempeñaba un papel importante contra la dictadura desde dentro del territorio.

La familia de Frei ha tenido distintos énfasis para aproximarse a la investigación por la muerte del presidente, pero la principal voz acusadora ha sido la de Carmen Frei, que rechazó tajantemente el fallo de la Corte de Apelaciones: “La hora de la verdad y la Justicia tarde o temprano tendrá que llegar”, afirmó en una declaración difundida hace algunas horas.

“Es claro que mi padre no falleció por complicaciones médicas como se afirma en el fallo, sino por actuaciones dolosas concretas, desplegadas por sujetos determinados, entre los cuales se cuentan al menos tres agentes de los organismos de inteligencia de la dictadura”, aseguró la exlegisladora, que anunció que recurrirán a la Corte Suprema. Lo explicó: “Apelaremos a este fallo porque desconoce la prueba recabada y rendida durante la instrucción del proceso en orden a demostrar que el presidente Eduardo Frei Montalva fue asesinado mediante una compleja trama de inteligencia de la dictadura cívico-militar de la época para generar las condiciones que hicieron posible su homicidio”.

Su hermano Eduardo manifestó su “sorpresa y decepción” por esta resolución en segunda instancia. “Mantengo mi absoluta convicción de que Frei fue asesinado y lo hago basado en los hechos y la larga investigación que se ha realizado”, aseguró Frei Ruiz-Tagle, el segundo gobernante tras la recuperación de la democracia en 1990.

El fallo del juez Madrid tenía determinadas inconsistencias, que se reconocieron por las partes implicadas cuando se dio a conocer su dictamen acusatorio hace dos años. Uno de los asuntos que ha marcado la discusión de esta causa ha sido la lentitud de un proceso que se abrió en 2003, cuando la familia Frei pidió a la Justicia investigar el deceso del mandatario. La presencia de agentes químicos en diferentes causas vinculadas a la acción de los servicios de inteligencia de Pinochet le hicieron sospechar de la acción de terceros. Si se concreta la apelación al máximo tribunal, la Corte Suprema no tendrá un plazo establecido para un pronunciamiento definitivo.

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