Mladic acusa a la OTAN de destruir Serbia y califica de “basura diabólica” la acusación de genocidio
Concluida la apelación del exgeneral serbobosnio contra su condena a cadena perpetua por Srebrenica, la decisión se espera para el año que viene
Ratko Mladic, exgeneral serbobosnio, ha dicho este miércoles que su país fue destruido por la OTAN durante la guerra de los Balcanes, y ha calificado de “basura diabólica” el cargo de genocidio por la masacre de Srebrenica (1995), que le valió en 2017 una ...
Ratko Mladic, exgeneral serbobosnio, ha dicho este miércoles que su país fue destruido por la OTAN durante la guerra de los Balcanes, y ha calificado de “basura diabólica” el cargo de genocidio por la masacre de Srebrenica (1995), que le valió en 2017 una pena de cadena perpetua. El antiguo comandante en jefe del Ejército serbobosnio ha hablado al final del proceso de apelación contra esa condena, después de que sus abogados advirtieran a los jueces de que no podían garantizar su capacidad cognitiva dada su mala salud y las medicinas que toma. En las conclusiones, la defensa ha pedido que se anule la sentencia y sea absuelto. La fiscalía quiere el mantenimiento del fallo. La decisión de los jueces del Mecanismo Residual para los Tribunales Internacionales, que concluye los juicios de los Balcanes, se espera para 2021.
Con aspecto cansado, Mladic ha negado con la cabeza repetidas veces a lo largo de la jornada cuando los fiscales le señalaban como el eje de la tragedia de Srebrenica, donde fueron asesinados unos 8.000 varones musulmanes bosnios. Llegado su turno, ha subrayado que si bien el tribunal es “hijo de las potencias occidentales, yo no soy un santo, sino un militar llevado por el destino a defender a mi país, que esos mismos poderes se empeñaron en destruir”. A lo largo de diez minutos, ha recordado que “yo no empecé la guerra”, para luego asegurar que seguirá vivo “para representar a mi pueblo, mientras que la acusación [de genocidio] se irá por el desagüe [de la historia]”. Para criticar la dureza de su condena, ha asegurado que “el tribunal defendía al Dutchbat”, en alusión al batallón de cascos azules de Países Bajos encargado de proteger Srebrenica en nombre de la ONU. De la fiscal, Laurel Baig, ha preguntado lo siguiente: “¿Quién es esa mujer rubia de lengua viperina, que parece haberse tragado una serpiente, o en su lugar, la acusación entera de la OTAN? No soy nada de lo que me ha llamado”, ha dicho, refiriéndose al cargo de genocidio.
Una apelación no es un juicio nuevo, sino que analiza posibles errores u omisiones cometidos en el proceso original, o bien si faltaron pruebas sustanciales. En la segunda y última sesión dedicada al caso, la defensa ha insistido en que Mladic no es un villano y tampoco planeó perpetrar un genocidio, sino que ordenó la evacuación humanitaria de las mujeres, ancianos y niños en Srebrenica. Luego buscó a criminales de guerra entre los varones, “una práctica propia de una guerra”. Si luego sus subalternos cometieron atrocidades, “es algo que no se le puede atribuir a mi cliente”, ha concluido Dragan Ivetic, su letrado.
La fiscalía, por el contrario, ha dicho que “el brutal legado de Mladic afectará a generaciones enteras, y solo la cadena perpetua refleja la gravedad de unos crímenes cometidos de forma sistemática y calculada”. Según la fiscal Laurel Baig, el antiguo militar “no puede excusarse diciendo que se ausentó durante unos días de la localidad, porque los asesinatos masivos seguían produciéndose: los efectivos cumplían sus órdenes, estuvo informado en todo momento y nunca perdió el control, además de trasladar los cadáveres enterrados en fosas comunes a otros lugares para ocultar el crimen”.
Mladic estuvo huido de la justicia durante 16 años y fue detenido en Serbia en 2011. Era el último fugitivo del Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY), que cerró en diciembre de 2017 y es el antecesor del Mecanismo Residual. Su jefe político directo, el expresidente serbobosnio, Radovan Karadzic, fue condenado a 40 años de cárcel en marzo de 2016, también por el genocidio de Srebrenica. Karadizc apeló, y la pena fue elevada a cadena perpetua en 2019 por el propio Mecanismo, por considerarla insuficiente.