Al menos 80 muertos en Etiopía en los disturbios por el asesinato de un músico popular
La detención de un líder de la oposición y un propietario de medios de comunicación rival del Gobierno agravan las protestas en el país
Al menos 80 personas han muerto violentamente en la región etíope de Oromia desde que el lunes se anunció el asesinato a tiros del icónico músico Haacaaluu Hundeessaa, a los 34 años de edad, según ha asegurado un portavoz policial a la televisión pública. La policía etíope comunicó este martes el fallecimiento de uno de sus agentes durante los choques entre manifestantes y fuerzas de seguridad que comenzaron sacudiendo Adis Abeba, la capital del país, y que se han extendido con mayor f...
Al menos 80 personas han muerto violentamente en la región etíope de Oromia desde que el lunes se anunció el asesinato a tiros del icónico músico Haacaaluu Hundeessaa, a los 34 años de edad, según ha asegurado un portavoz policial a la televisión pública. La policía etíope comunicó este martes el fallecimiento de uno de sus agentes durante los choques entre manifestantes y fuerzas de seguridad que comenzaron sacudiendo Adis Abeba, la capital del país, y que se han extendido con mayor fuerza a Oromia. Haacaaluu, símbolo de las protestas contra el anterior Gobierno, era también un icono de la etnia oromo, el mayor grupo étnico de Etiopía, formado por más de 30 millones de personas. El Ejército se ha desplegado este miércoles en Adis Abeba, donde grupos armados se han hecho fuertes en algunos barrios. Las autoridades han bloqueado el acceso a Internet en el país.
La violencia desatada ha venido a representar la sensación de marginación política de algunos sectores de la población respecto al Gobierno del primer ministro Abiy Ahmed, ganador del premio Nobel de la Paz en 2019, que intenta dirigir a su país, en el pasado uno de los más represivos del continente, hacia un aperturismo político. Abiy llegó al poder en 2018, poco después de la dimisión de Hailemariam Desalegn tras varios meses de protestas.
No obstante, la detención del líder de la oposición Bekele Gerba y del magnate y propietario de medios de comunicación Jawar Mohammed, ambos también de etnia oromo —la misma a la que pertenecía el músico asesinado—, ha tambaleado aún más la frágil estabilidad de un Estado de casi 110 millones de habitantes donde más de 80 grupos étnicos intentan lograr su cuota de poder. El arresto de Jawar ha sucedido después de unos minutos de tensión en los que sus guardaespaldas se negaron en un primer momento a permitir la detención por parte de la policía.
El mismo Jawar fue en el pasado uno de los mayores respaldos para que Abiy ocupara el cargo de primer ministro, pero a lo largo del último año sus medios informativos comenzaron a volverse más y más críticos con el político. La oposición de Jawar y sus canales de comunicación podían ser un obstáculo clave para Abiy de cara a la reelección.
En los últimos meses, las políticas panetiopistas del Gobierno han despertado el rechazo de una buena parte de los oromo y antiguos votantes de Abiy, quienes han sido frecuentemente reprimidos violentamente.
Amnistía Internacional ha criticado también el apagón mediático que ha impuesto Etiopía durante el desarrollo de las protestas. “Las autoridades deben retirar inmediatamente el bloqueo total de Internet a nivel nacional y permitir que la gente acceda a información y rinda luto por el músico”, exigía la ONG en un comunicado.
El aplazamiento indefinido de las elecciones —en un principio convocadas para el próximo 29 de agosto— por la pandemia de coronavrius y la prolongación en el cargo del mandatario, así como los problemas de suministro de combustible que vive el país, están erosionando la legitimidad de un Gobierno que aún no había terminado de asentarse.