Maduro pide a la ONU interceder para lograr acceso a los fondos congelados
El régimen venezolano está asfixiado financieramente. Desde que llegó al coronavirus ha pedido recursos al FMI y ahora solicita el oro depositado en el Banco de Inglaterra
Las reservas de dinero de Nicolás Maduro están agotándose en medio de la pandemia. Su Gobierno inició gestiones para negociar parte del oro que tiene depositado en el Banco de Inglaterra, ofreciendo canalizar los fondos a través de una entidad de la Organización de Naciones Unidas, según reveló este miércoles la agencia Reuters. La propuesta ...
Las reservas de dinero de Nicolás Maduro están agotándose en medio de la pandemia. Su Gobierno inició gestiones para negociar parte del oro que tiene depositado en el Banco de Inglaterra, ofreciendo canalizar los fondos a través de una entidad de la Organización de Naciones Unidas, según reveló este miércoles la agencia Reuters. La propuesta hecha por funcionarios y asesores legales de Maduro es que el banco británico venda parte del oro que mantiene congelado desde 2019, equivalente a 1.600 millones de dólares, y le entregue el dinero al Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) para atender la crisis del coronavirus.
Reuters agrega que la agencia de la ONU confirmó haber sido contactada “para explorar mecanismos para utilizar los recursos existentes en poder del Banco Central de Venezuela en instituciones financieras fuera del país con el objetivo de financiar los esfuerzos en curso para abordar las urgentes necesidades humanitarias, de salud y socioeconómicas derivadas de la pandemia de la covid-19”, en palabras de un portavoz.
Venezuela cumple 45 días de confinamiento obligatorio en medio de la peor crisis de su historia, en la que se han combinado el colapso acumulado en seis años de contracción de la economía con la brutal caída de los precios del petróleo y el endurecimiento del cerco financiero y diplomático impuesto por Estados Unidos al régimen de Maduro. Para los venezolanos esto se ha traducido en una aguda escasez de combustible, en la aceleración de la hiperinflación y en particular la de los alimentos, en un país que en el que el 80% no tiene suficiente ingresos para comprarlos, y en la precarización de la vida diaria por las constantes fallas de los servicios básicos.
Se vive también el momento más tirante del crisis institucional que inició en mayo de 2018, cuando Maduro adelantó las elecciones presidenciales de forma irregular y estos comicios no fueron reconocidos por la comunidad internacional, abriendo paso a la presidencia encargada que Juan Guaidó activó en enero 2019 como jefe del Parlamento. Si bien el líder de la oposición -cuyo cargo interino es reconocido aún por más de 50 países- no ha logrado en quince meses su objetivo de sacar a Maduro del poder e iniciar una transición política, su diplomacia se ha asegurado el control de gran parte de los recursos que la nación tiene en el extranjero, y que ahora busca el régimen como salvavidas. Cualquier movimiento como el que se pretende con el PNUD de intermediario, requeriría autorización de la Asamblea Nacional, de acuerdo con el artículo 150 de la Constitución.
Los lingotes de oro en el Banco de Inglaterra no son los únicos fondos que Maduro tiene bloqueados. A mediados de abril, la Asamblea Nacional aprobó el traslado de fondos por 340 millones de dólares que tenía el Banco Central de Venezuela en una cuenta del Citibank a la cuenta del mismo organismo en Reserva Federal de Nueva York, en la que Guaidó está autorizado por Estados Unidos a firmar desde su nombramiento como interino. Parte de ese dinero (80 millones) se destinaría, dijo, al Fondo para la Liberación de Venezuela aprobado el 15 de abril. El resto quedaría congelado, aseguró.
“Estos recursos, que provienen de cuentas rescatadas por el Gobierno legítimo en el exterior, podrían permitir la dotación de protección para médicos y enfermeras, colaborar en el restablecimiento del servicio de agua para hospitales y apoyar en productos como el gel que tanto se necesita”, dijo Guaidó entonces.
El cerco financiero y diplomático a Maduro -quien hace un mes fue acusado formalmente por la Fiscalía estadounidense por narcotráfico junto a otros altos cargos- lo ha obligado a replegarse en sus aliados Rusia, Turquía y China y ahora en las Naciones Unidas, donde el canciller Jorge Arreaza ha hecho un intenso lobby para suprimir las sanciones económicas en medio de la pandemia. A principios de la cuarentena ya había hecho una solicitud desesperada de 5.000 millones de dólares al Fondo Monetario Internacional (FMI), para la que no encontró interlocución porque se cortaron las relaciones con el organismo desde tiempos de Hugo Chávez. Desde 2017, Maduro ha usado el oro monetario para financiar el gasto, al punto que inició 2020 con reservas internacionales por el orden de los 6.630 millones de dólares, el nivel más bajo en 30 años.
La agencia señala también que ante la urgencia financiera al menos unas ocho toneladas de oro han salido de las bóvedas del Banco Central de Venezuela bajo la cuarentena. “No está claro cuántas operaciones se efectuaron para trasladar las toneladas de oro en medio de la crisis del coronavirus, ni el destino que tuvieron los lingotes. Los datos oficiales sí reflejan que en el período del 14 al 24 de abril las reservas cayeron más de 500 millones de dólares”.
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