El presidente de Irán urge al FMI a prestar 5.000 millones de dólares a su país
Ante la falta de liquidez, el líder supremo también ha autorizado al Gobierno a retirar mil millones del fondo soberano
El presidente de Irán, Hasan Rohaní, ha instado este miércoles al Fondo Monetario Internacional (FMI) a que conceda el préstamo urgente de 5.000 millones de dólares (unos 4.600 millones de euros) que su país ha pedido para combatir la Covid-19. Hace apenas dos días, el líder supremo, el ayatolá Ali Jamenei, autorizó la retirada de 1.000 millones de dólares del fondo soberano con el mismo objetivo. Ambas medidas apuntan a la falta...
El presidente de Irán, Hasan Rohaní, ha instado este miércoles al Fondo Monetario Internacional (FMI) a que conceda el préstamo urgente de 5.000 millones de dólares (unos 4.600 millones de euros) que su país ha pedido para combatir la Covid-19. Hace apenas dos días, el líder supremo, el ayatolá Ali Jamenei, autorizó la retirada de 1.000 millones de dólares del fondo soberano con el mismo objetivo. Ambas medidas apuntan a la falta de liquidez de la República Islámica, uno de los países más afectados por la pandemia, para abordar el impacto económico de ésta.
“Hacemos un llamamiento a todas las organizaciones internacionales para que cumplan con sus responsabilidades. Irán es miembro del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial. Está pagando su cuota y una parte de sus reservas están en sus manos. Solicitamos un préstamo y si discriminan entre Irán y otros países, será inaceptable para nosotros y la opinión pública mundial”, ha declarado Rohaní durante el Consejo de Ministros, según recoge la página web de la presidencia.
A mediados de marzo, el Banco Central de Irán pidió al FMI 5.000 millones de dólares de su Instrumento de Financiamiento Rápido. Este programa proporciona ayuda financiera a los países miembros que se enfrentan a “una necesidad urgente de balanza de pagos” y puede utilizarse en una variedad de circunstancias, como por ejemplo una catástrofe natural. Es la primera vez que Teherán recurre al Fondo desde la proclamación de la República islámica en 1979.
Poco después, Rohaní informó de que había pedido aprobación de la máxima autoridad del país para retirar dinero del fondo soberano, el Fondo Nacional de Desarrollo (FND). Al agradecer la liberación de los mil millones de dólares, el presidente explicó el pasado lunes que iban a destinarse a las necesidades del Ministerio de Sanidad y el seguro de desempleo.
Ese mismo día el Gobierno anunció un paquete de préstamos avalados por el Estado para apoyar a los más desfavorecidos y aumentar el gasto de los consumidores ante el próximo levantamiento de algunas de las restricciones laborales impuestas para contener la expansión de la Covid-19. Hasta la fecha, las autoridades han informado de 67.286 casos diagnosticados y 4.003 muertos.
Tanto la petición al FMI como el recurso al fondo soberano son dos medidas inusuales para Irán que apuntan a las dificultades que afronta para proteger su economía de los efectos del coronavirus. La pandemia ha coincidido con el desplome de los precios del petróleo, su principal fuente de ingresos, que se suma a las sanciones de Estados Unidos y al hecho de que el país está fuera de los mercados financieros internacionales.
“Están importando material sanitario y gastando, pero no en grandes cantidades porque no disponen de efectivo. El país no ingresa apenas divisas porque las sanciones financieras impiden exportar petróleo”, explica un observador occidental en Teherán.
Antes de que Estados Unidos abandonara el acuerdo nuclear hace dos años y reimpusiera sus sanciones a Irán, este vendía 2,8 millones de barriles diarios. Ahora apenas logra colocar 400.000 barriles, con el agravante de que el precio del barril que entonces superaba los 70 dólares ha caído a menos de la mitad. A ello hay que sumar la interrupción de cadenas logísticas en países con los que, como China, aún mantenían abiertos canales comerciales.
"Hemos empezado el diálogo para entender su petición y lo que se requiere para procesarla", respondió el director del FMI para Oriente Próximo, Jihad Azour, a EL PAÍS durante un debate online la semana pasada. Sin embargo, fuentes diplomáticas europeas dudan de que el Fondo vaya a responder positivamente “no sólo por la oposición de Estados Unidos, sino por el propio mecanismo de la institución y las condiciones que exige”. Más allá de su pertenencia formal a ese organismo, Irán lleva cuatro décadas fuera de las instituciones multilaterales.
La Administración Trump defiende que sus sanciones no afectan a la ayuda humanitaria o el material médico e insiste en que Irán dispone de dinero suficiente para hacer frente a la emergencia sanitaria. Una ficha técnica difundida esta semana por el Departamento de Estado menciona tanto el fondo soberano como “muchos fondos de inversiones del líder supremo nutridos de bienes originalmente confiscados a los iraníes”, y dice que pueden usarse para los gastos del Gobierno. En 2013, la agencia Reuters estimó en “95.000 millones de dólares” las inversiones controladas por Jamenei a través de la Fundación Setad.
El FND fue creado en 2011, cuando el precio del barril de crudo acariciaba los 100 dólares y estaba en una línea ascendente, con el fin de “ahorrar una parte de los ingresos del petróleo para las futuras generaciones y dedicar otra a la inversión productiva”. Según el Sovereign Wealth Fund Institute, el FND dispone de 91.000 millones de dólares.
“Aunque tras el fin de las sanciones se planteó que pudiera dedicarse al desarrollo de proyectos por parte de empresas extranjeras, finalmente se optó porque cada una consiguiera su propia financiación y el dinero ha estado prácticamente inactivo”, explica un analista.
Sin embargo, el Departamento de Estado recuerda que Teherán ha retirado 4.000 millones de dólares de ese fondo para gatos de defensa en los dos últimos años, 2.500 millones en 2018 y 1.500 millones un año después.