La ‘generación Erasmus’ se conjura para relanzar Europa

Volt, el movimiento paneuropeo nacido en 2017, presenta su programa con el que concurrirá por primera vez a las elecciones europeas

Simpatizantes de Volt, este sábado en Ámsterdam.Volt

Entre aplausos y emoción, y con el inglés como idioma vehicular, el movimiento "paneuropeo" Volt ha dado este sábado su primer gran paso político. Más de 400 afiliados han aprobado en Ámsterdam su nuevo programa electoral. Con él concurrirán a las elecciones europeas de 2019, con la esperanza de obtener representación gracias a una plataforma única, integrada por militantes de todos los países de la UE e inédito a nivel comunitario. Su programa, igual en toda Europa, está inspi...

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Entre aplausos y emoción, y con el inglés como idioma vehicular, el movimiento "paneuropeo" Volt ha dado este sábado su primer gran paso político. Más de 400 afiliados han aprobado en Ámsterdam su nuevo programa electoral. Con él concurrirán a las elecciones europeas de 2019, con la esperanza de obtener representación gracias a una plataforma única, integrada por militantes de todos los países de la UE e inédito a nivel comunitario. Su programa, igual en toda Europa, está inspirado en objetivos concretos: contrarrestar el nacionalismo y "mejorar" el proyecto comunitario a través de una "Europa federal" con más integración en economía e inmigración. "Queremos a Europa, pues arreglémosla", reza uno de los eslóganes de Volt.

La primera gran cumbre de ese movimientos sirvió para que muchos de sus miembros se conocieran personalmente. Su modelo de partido, arraigado a Internet, crea redes virtuales, pero la formación está todavía en fase embrionaria. Así que los pioneros del paneuropeísmo, sobre todo jóvenes de veinte y treinta años, que se autodefinen "generación Erasmus", aprovecharon las pausas del congreso de Amsterdam para presentarse: "¿De dónde vienes? ¿Y cuántos militantes tenéis ahí? Ah cool", comentaban.

"El movimiento cuenta en total con 15.000 afiliados, pero van aumentando cada día", aseguran sus promotores. Volt está activo en todos los Estados miembros, aunque Italia es su mayor filial. Su objetivo máximo para las elecciones de 2019 es obtener 25 escaños en la Eurocámara. El mínimo es entrar en las instituciones con un puñado de electos. Y de ahí dar el pistoletazo de salida a su plan de "reforma" de la UE.

Presentación de la Declaración de Ámsterdam de VoltVolt

En la cumbre de este sábado han aprobado el programa electoral que presentarán a todos los europeos. Lo definen como un texto "progresista", una declaración de intenciones que lleva el sello de la UE en la primera página y que ha sido respaldado por el 80% de los presentes a la asamblea a la que EL PAÍS ha acudido invitado por la organización. Se trata de una propuesta que, en definitiva, surge de una reflexión sobre el presente. "En una época de grandes tensiones políticas, un grupo de europeos de distintas procedencias decidió que era hora de defender sus convicciones. (...) Volt fue creado para reactivar Europa y resolver los problemas que tenemos en común", reza el documento.

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"Difundir los beneficios del proyecto europeo"

¿De qué manera pretende Volt mejorar la UE? Plantea avanzar hacia la unión federal, con una "política fuerte" en materia de "seguridad y responsabilidad". También quiere una "economía sólida, que ofrezca oportunidades para todos", donde "los flujos migratorios se gestionan juntos", y que fomente la creación de una "sociedad justa y sostenible". Una mezcla de principios de regeneración que, no obstante, puede cruzarse con intereses nacionales divergentes, y complicar en el futuro la elaboración de estrategias comunes. Aunque ahora los afiliados se entregan al optimismo y confían en el "pragmatismo" como denominador común de sus políticas.

Otro objetivo de Volt es difundir por doquier los beneficios que la UE aporta a sus ciudadanos, lo que en términos de comunicación puede considerarse el talón de Aquiles de las instituciones comunitarias. "La única manera para incrementar la participación y difundir los beneficios del proyecto europeo es crear una red, un movimiento ciudadano que lo haga", explica Zlatimira Colova, de 36 años, originaria de Sofia (Bulgaria). En su país, el movimiento paneuropeísta es más fuerte que en otros. Prevé incluso lograr representación en la Cámara comunitaria: "En Bulgaria tenemos mucha corrupción y Volt es más transparente. La gente entiende que este movimiento puede representar sus intereses", razona.

Un militante de Volt en Ámsterdam.

Vox, el primer nombre propuesto

Salvini, Le Pen, Orbán son los enemigos a batir. Solo nombrarlos genera el rechazo de los interlocutores de Volt. La nueva fractura europea, dicen, no es entre derecha e izquierda, sino entre europeísmo y populismo. Una reflexión que también defienden algunas corrientes e intelectuales de partidos tradicionales, como los socialistas y populares europeos, pero que según los miembros de Volt representan un pasado que hay que superar (aunque no excluyen pactos en el futuro con ellos).

Prometen, además, luchar contra todo tipo de nacionalismo y secesionismo. Esto significa, según el presidente de Volt en España, Chema Larrea, "rechazar el proceso independentista catalán unilateral". El referéndum británico del Brexit, de hecho, fue el Big Bang del movimiento. Andrea Venzon, con otros dos compañeros, Colombe Cahen-Salvador y Damian Boeselager, fundó este proyecto para defender la UE de una posible disgregación. Rápidamente se expandió a Portugal, Francia, Alemania, Austria...y lo hizo también gracias a la influencia española.

La delegación española rechazó el primer nombre propuesto, el de Vox, por la coincidencia con el partido de Santiago Abascal. Decidieron apostar por Volt, un neologismo que pretende inspirarse a la palabra inglesa "revolt" (revuelta, en español).

Seguridad y progreso económico

Tommaso Ventimiglia es un italiano de 25 años, enseña francés y estudió en Valencia. Cree que Volt es el antídoto a "la ola populista en Europa". "Es un desafío para adaptar la UE a las nuevas generaciones, acostumbradas a usar la tecnología y más sensibles a los temas sociales y ambientales", comenta. Y añade: "Ahora tenemos un programa común que se adaptará a las exigencias de los países miembros, pero siguiendo las directrices que nos acercan".

Palabras parecidas son las de Daniela Ramos, de 26 años, colombiana que vive en Bruselas. Para ella la UE es sobre todo sinónimo de "seguridad" y "progreso económico". Todos elementos que, asegura, carecen en su país de origen. Su historia es peculiar. Aún no es ciudadana comunitaria, pero su europeísmo es firme: "Entré en Volt en agosto, como compromiso para reformar y no destruir Europa. La UE no es perfecta, pero es el proyecto más noble que hay, y de ahí queremos seguir construyéndola", asegura.

De momento, Volt ha levantado 200.000 euros a través del crowdfunding. Poco dinero para abordar una campaña electoral de envergadura europea, aunque aseguran que este es el inicio. "No tenemos recursos ni medios para una campaña tradicional, así que tenemos que moverla a nivel local, sobre todo a través de nuestros militantes y en Internet", señalan. Pronto harán puntos de encuentro delante de colegios y lugares de trabajo. "Nos espera un largo camino", vaticinan sus fundadores.

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