China convoca al embajador de EE UU tras las sanciones por la compra de armamento ruso

Washington había asegurado que "el objetivo final de estas medidas" era en realidad Moscú, pero Pekín advirtió de que habría consecuencias si no se producía una rectificación

FOTO: El presidente chino, Xi Jinping, y su homólogo ruso, Vladímir Putin, la semana pasada en Vladivostok. / VÍDEO: Declaraciones del portavoz del ministerio chino de Comercio, este viernes.Vídeo: REUTERS / quality

La tensión entre las dos grandes potencias económicas mundiales continúa creciendo. El Gobierno chino ha convocado este sábado al embajador de Estados Unidos en Pekín, Terry Branstad, y ha presentado una queja formal por las sanciones que impuso Washington el jueves al Ejército chino, según ha informado el diario oficial Global Times, que no ha ofrecido más detalles sobre el encuentro. Dichas sanciones se deben a la compra de armamento a Rusia, algo que viola una ley estadounidense que busca represa...

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La tensión entre las dos grandes potencias económicas mundiales continúa creciendo. El Gobierno chino ha convocado este sábado al embajador de Estados Unidos en Pekín, Terry Branstad, y ha presentado una queja formal por las sanciones que impuso Washington el jueves al Ejército chino, según ha informado el diario oficial Global Times, que no ha ofrecido más detalles sobre el encuentro. Dichas sanciones se deben a la compra de armamento a Rusia, algo que viola una ley estadounidense que busca represaliar a Rusia por su injerencia en la política de EE UU.

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El pasado jueves, Estados Unidos anunció la imposición de sanciones al órgano del Ministerio de Defensa responsable de las armas y el equipo del Ejército chino, Equipment Development Department (EDD), y a su director, Li Shangfu, por haber comprado armas a la empresa estatal Rosoboronexport, la mayor exportadora rusa de armamento.

El Gobierno chino ya había advertido a Washington de que esas sanciones tendrían consecuencias, y exigió su retirada inmediata, ya que las considera una violación del derecho internacional. El Gobierno estadounidense considera que la compra de aviones caza y sistemas de misiles tierra-aire, este año y el pasado, constituye una "transacción significativa" y viola una ley que entró en vigor el año pasado para penalizar al Gobierno de Vladímir Putin por su presunta injerencia en las elecciones presidenciales estadounidenses de 2016, entre otras ofensas.

Dicha norma, llamada Ley para Contrarrestar a Adversarios de Estados Unidos mediante Sanciones (CAATSA, por sus siglas en inglés), extiende las represalias a cualquiera que haga negocios con contratistas militares rusos. Las sanciones impuestas al EDD incluyen la prohibición de exportar productos a territorio estadounidense, el embargo de propiedades que pueda tener en ese país y el veto a desarrollar transacciones financieras allí. Washington, sin embargo, asegura que el objetivo final de estas sanciones es Rusia.

Las sanciones se imponen para "seguir imponiendo costes al Gobierno ruso en respuesta por sus actividades malignas", dijo, en un comunicado, Heather Nauert, portavoz del Departamento de Estado. Nauert advirtió de que Estados Unidos "seguirá urgiendo a todos los países a restringir sus relaciones con los sectores militar y de inteligencia rusos, los cuales están vinculados", subrayó, "con actividades malignas por todo el mundo".

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La medida desató la respuesta airada de los Gobiernos chino y ruso, que siguen en una senda de acercamiento estratégico frente a EE UU. Este mismo sábado mismo, informa el Wall Street Journal, China ha cancelado las negociaciones comerciales que tiene programadas con Estados Unidos y no enviará a su vice primer ministro, Liu He. También se habría cancelado, según el diario estadounidense, el viaje de una delegación de nivel medio a Washington que iba a preceder a la visita de Liu.

Las negociaciones pretendían encontrar una salida a la guerra comercial en la que se encuentran metidas ambas potencias. A principios de esta semana, China anunció nuevos aranceles a productos estadounidenses por valor de 60.000 millones de dólares, en respuesta a los gravámenes impuestos anteriormente por Washington a productos chinos por valor de 200.000 millones.

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