La inverosímil trama del ‘narcojet’ de lujo

Desarticulada en Colombia una red que envió 500 kilos de cocaína a Londres en un vuelo chárter

El 'narcojet' viajó de Bogotá a Londres con media tonelada de cocaína.Divulgação

Media tonelada de cocaína, una aerolínea de servicios VIP, un vuelo chárter entre Bogotá y Londres, una red de narcotraficantes colombianos con tentáculos en España, Reino Unido e Italia, tres furgones blindados, un agente corrupto y un falso perro policía. La trama criminal recuerda un guion. El pasado 29 de enero, las autoridades británicas se incautaron de un cargamento de 500 kilos de droga en el aeropuerto de Farnborough, a unos 50 kilómetros al sur de la capital. Después de una inspección a...

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Media tonelada de cocaína, una aerolínea de servicios VIP, un vuelo chárter entre Bogotá y Londres, una red de narcotraficantes colombianos con tentáculos en España, Reino Unido e Italia, tres furgones blindados, un agente corrupto y un falso perro policía. La trama criminal recuerda un guion. El pasado 29 de enero, las autoridades británicas se incautaron de un cargamento de 500 kilos de droga en el aeropuerto de Farnborough, a unos 50 kilómetros al sur de la capital. Después de una inspección a un avión operado por la compañía austriaca Tyrolean Jet Services, la Agencia Nacional contra el Crimen (NCA, por sus siglas en inglés) detuvo a cinco personas. Se trata de dos hermanos ingleses, Martin James y Stephen John Neil, los españoles José Ramón Miguelez-Botas y Víctor Franco y el italiano Alessandro Iembo: dos albañiles, un peluquero, un chef y un desempleado que se hicieron pasar por hombres de negocios para traficar con cocaína.

Esa operación dio pie a una investigación de la justicia colombiana que, en colaboración con la de Reino Unido, desarticuló esa red y llevó a la captura de otras cinco personas en el país andino. Todo empezó el pasado 25 de enero, cuando la empresa Central Charter, especializada en vuelos ejecutivos, suministro de combustible, mantenimiento, trámites de migración y aduana solicitó por correo electrónico los permisos para que el narcojet, como ha sido bautizada la aeronave, pudiera aterrizar en el aeropuerto El Dorado de Bogotá procedente de Inglaterra.

Al día siguiente, según informó el jueves la Fiscalía, que reconstruyó el caso con la Policía Nacional, se puso en marcha el plan delictivo de la organización. Un hombre identificado como Jesús María Hurtado comenzó las gestiones para alquilar tres camionetas de Launy Arrendamiento Blindados, una firma que subcontrató dos vehículos a otra empresa de Medellín. Según las indagaciones, los acusados optaron por este tipo de furgones para tratar de evitar los controles antinarcóticos.

Al mismo tiempo, un miembro de la trama viajó a la localidad de Fontibón, en el occidente de Bogotá. Con el nombre falso de Ricardo Gómez y acompañado del agente Nelson Enrique Robles, acudió a un almacén cuyo acceso está restringido a las fuerzas de seguridad. Adquirió un uniforme de policía, unas botas, una gorra y otros accesorios para simular la inspección en el hangar del aeropuerto y pagó 531.000 pesos (unos 187 dólares).

Los otros implicados se encargaron de la logística. Uno de ellos, Alexánder Arias Arango, trabaja como operador de varias empresas de chárter en El Dorado. El 26 de enero, junto con Jesús Arias Arango y Jairo Hernán Salazar se encargó de recoger los furgones blindados. Estacionaron en una zona comercial del centro de la capital para coordinar los últimos detalles de la operación y se dirigieron al aeropuerto para recibir a los cinco socios europeos, que según los investigadores “se hicieron pasar por exitosos empresarios”. A esta banda criminal, que llevó a cabo una operación similar el pasado 8 de diciembre, se unió también el colombiano Carlos Arturo Muñoz, relacionado con el negocio de las esmeraldas.

El vuelo aterrizó por la noche. Los hermanos ingleses, los dos españoles y el italiano llevaban 12 maletas y se alojaron en un hotel próximo al aeropuerto, en la avenida El Dorado. El 27 de enero, dos de las camionetas fueron cargadas en una bodega de Fontibón con los 500 kilos de cocaína. Al día siguientes, la red de narcotraficantes mantuvo una reunión. Un compinche aún sin identificar les llevó un perro, que fue utilizado por el falso policía durante la inspección. Este hombre ingresó a las 17.22 de la tarde en el hangar de Central Charter tras obtener la autorización de la jefa de operaciones de esa compañía. Mientras tanto, los vehículos lograron llegar hasta allí, sin autorización y evadiendo los controles de seguridad. Los hombres cargaron 15 maletas en el avión, tipo jet bombardier, y minutos después llegaron los cinco extranjeros, que pudieron despegar rumbo a Londres. Al término de la operación, devolvieron los furgones alquilados.

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Los responsables fueron finalmente detenidos por la fuerza pública colombiana en Bogotá, el Eje Cafetero y Bucaramanga, capital del departamento de Santander, en el noroeste de Colombia. La operación, cuyos resultados fueron presentados por el fiscal general, Néstor Humberto Martínez, y el director de la Policía, Jorge Nieto, supone una muestra de la intensa colaboración de la justicia colombiana con las agencias extranjeras en la lucha contra el narcotráfico, que continúa siendo una losa para la imagen del país. Esta misma semana, la Fiscalía ordenó la intervención de bienes de la familia de Pablo Escobar y de su principal sicario, John Jairo Velásquez, Popeye.

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