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Una argentina lleva dos años presa acusada de no impedir que el marido mate a su hija

Victoria Aguirre enfrenta una pena de hasta cadena perpetua por “omisión impropia"

Federico Rivas Molina
Victoria Aguirre y la pequeña Selene.
Victoria Aguirre y la pequeña Selene.Album familiar

María Ovando, Romina Tejerina y, ahora, Victoria Aguirre. La sociedad argentina asiste a un nuevo debate jurídico que combina a una madre, un hombre violento y a una niña de dos años muerta.Victoria Aguirre (24 años) y Rolando Lovera (33 años) están presos en la provincia de Misiones (1.000 kilómetros al norte de Buenos Aires) desde 2015, acusados del asesinato de la pequeña Selene, hija de la mujer sucedido en la provincia de Misiones (a 1.000 kilómetros de Buenos Aires). Lovera está acusado de homicidio simple, un delito que se paga con hasta 25 años de prisión. Aguirre, enfrenta cargos de homicidio agravado por el vínculo y un encuadre jurídico llamado “omisión impropia”, es decir que no hizo lo suficiente para evitar la muerte de su hija. Si los jueces la consideran culpable puede ser condenada a prisión perpetua.

La relación de la pareja duró apenas seis meses en los que, según cuenta Claudia Aguirre, hermana de la mujer, el hombre “la enamoró completamente y se portó amoroso con la nena”. El 31 de diciembre de 2014 la pareja decidió vivir junta. Los primeros 15 días fueron normales, como los de cualquier pareja. Pero “perdimos contacto con ella el 13 de enero de 2015, cuando él le rompió el teléfono móvil en una discusión. Decía que la cosa esa, como llamaba a mi sobrina, le quitaba atención a él”, dice Claudia. La pequeña Selene no era una bebé como cualquier otra. Al poco tiempo de nacer, fue diagnosticada con Síndrome de Fahr, un retraso madurativo producto de un virus intrahospitalario que Victoria contrajo al sexto mes de embarazo.

Los doctores le diagnosticaron apenas seis meses de vida, a lo sumo un año, pero la joven madre no se resignó y logró duplicar esa expectativa. A Selene no la mató su enfermedad sino la pareja de su madre. Todo comenzó el 27 de enero de 2015, cuando la pareja llevó a la niña al hospital por una quemadura en una de sus manos y una serie de golpes producidos por Lovera. El hombre obligó a Victoria a decir que los magullones eran producto de una mordedura de gato. La madre, amedrentada por su pareja, rechazó hacer la denuncia policial.

La cámara de seguridad de la arenera muestra a Lovera con el cuerpo de la bebé enfundado.
La cámara de seguridad de la arenera muestra a Lovera con el cuerpo de la bebé enfundado.EL PAÍS

A los pocos días se desencadenó la tragedia. El hombre decide llevar a su mujer y a la niña a la arenera donde trabajaba durante la noche como guardia privado. “A las 5 de la mañana despierta a Victoria y le dice que ya había llamado a un remise para que la lleve a su casa, al tiempo que la acompaña al baño”, relata su hermana. “Mientras Victoria estaba en el baño, lleva a Selene a un depósito, apaga la luz y permanece más de tres minutos con la nena. Al regresar, vuelve con la niña envuelta en una sábana, se la da a Victoria y le dice que no la destape porque estaba durmiendo”, continúa. Todo cambió al llegar a la vivienda que compartían. “Mi hermana destapa a Selena y comprueba que no respira. Le pide a Rolando que la lleve al hospital y él las deja en la puerta y se vuelve a su trabajo. A Victoria le obliga a decir que Selene se cayó del carrito del bebé y que se le cayó una computadora encima”. Victoria quedó ese día detenida y así sigue hasta hoy..

Roberto Bondar, abogado de Victoria, dice que hay grabaciones de ocho cámaras de seguridad que revelan cómo fueron los últimos minutos de vida de Selene". "Esta la secuencia exacta y en un homicidio uno tiene que hacerse tres preguntas: quién la mató, dónde y cuándo. Todas las preguntas son respondidas por estas imágenes. En un primer momento se lo ve ingresar con la mamá, la nena y una frazada; después, se ve como entra con la beba a un galpón y sale; y también se ve el momento en que sale con la nena envuelta con la frazada”, dice Bondar.

Sin embargo, los jueces entendieron que la mujer podría haber hecho algo para evitar la muerte de su hija, y por eso la mantuvieron presa y bajo investigación. “No se investigó el contexto de violencia de género que venía sufriendo Victoria y quieren juzgar lo que pasó como un hecho aislado”, se queja el abogado, quien presentó una recusación por “parcialidad manifiesta y falta de objetividad”. El defensor busca el cambio de carátula de la causa por la de "femicidio vinculado".

En Buenos Aires, mientras tanto, diversas organizaciones de mujeres y de defensa de los Derechos Humanos, diputados y familiares de Victoria reclamaron la libertad y absolución de la joven en una audiencia pública en la que también se pidió justicia por la muerte de la menor.

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Sobre la firma

Federico Rivas Molina
Es corresponsal de EL PAÍS en Argentina desde 2016. Fue editor de la edición América. Es licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de Buenos Aires y máster en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona.

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