Esteban Bullrich: “La huelga de maestros tiene cada vez menos acatamiento”
El ministro argentino augura el fin inminente de las protestas docentes después de tres semanas
Esteban Bullrich es la persona que el presidente Mauricio Macri eligió para impulsar lo que llama una “revolución de la educación” en Argentina. Desde el ministerio de Educación, sitio al que llegó hace 15 meses desde el mismo cargo en la ciudad de Buenos Aires, impulsa el llamado Plan Maestro, un proyecto que promete revertir los magros resultados de la última evaluación Aprender 2016 y recuperar el prestigio que alguna vez tuvo la educación argentina en la región. Las intenciones oficiales chocan con la resistencia de muchos docentes, declarados en huelga desde hace tres semanas y movilizados en la calle. Los maestros denuncias que tras los anuncios oficiales está la intención de erosionar el modelo de educación pública gratuita a favor de las escuelas privadas. Y ponen como ejemplo la reticencia del Gobierno a atender las demandas salariales de los maestros en huelga. Bullrich confía en que las protestas terminarán la próxima semana y que no es cierto que todos los maestros participen, si bien admite que la manifestación del 22 de marzo a Plaza de Mayo fue “una de las más importantes”. “En la enorme mayoría de las provincias hubo clase normales y el paro se sintió un poco más en el conurbano de Buenos Aires”, dijo el ministro en una encuentro con la prensa extranjera.
El miércoles, decenas de miles de maestros llegados desde todo el país se concentraron en la Plaza de Mayo como cierre de un paro nacional de 48 horas, el segundo en dos semanas. La situación es crítica en la provincia de Buenos Aires, donde se concentra el 40% del alumnado del país. Las clases deberían haber comenzado el 6 de marzo, pero los niños apenas han ido a las aulas porque los maestros exigen una subida salarial del 35% y la provincia ofrece el 18%. Bullrich respalda la estrategia de mano dura adoptada por la gobernadora María Eugenia Vidal, y advierte que la movilización pierde fuerza gracias al apoyo, según su lectura, que la política educativa oficial suma entre los maestros. “La verdad es que el docente recibe lo que estamos haciendo, sabe que su salario aumentó. Además sabe que hace falta un cambio, porque la frustración del docente es grande. Y hay un Gobierno que viene y pone arriba de la mesa el tema de la calidad educativa, que se hace responsable y dice con claridad que el responsable es el sistema político. Hay muchísimos docentes que están esperando que se los apoye”, dice.
El ministro dispara contra los sindicatos que están al frente de la demanda salarial. Asegura que el acatamiento a la huelga fue importante en los primeros días, pero que el recurso ya muestra evidencias de agotamiento. “Tener seis paros en un mes es inédito y muestra un poco a esa dirigencia sindical separada de los docentes del día a día, por eso no acompañan a los docentes”, insiste Bullrich. “Los paros el primer día afectaron a millones de estudiantes, pero fueron bajando”, dijo. Al mismo tiempo, niega que la intención oficial sea privilegiar a enseñanza privada sobre la pública, base del reclamo docente. “Queremos que el sistema educativo argentino ofrezca las mismas oportunidades que las privadas, que el estatal ofrezca bilingüismo y una jornada extendida, es decir más horas de clase. Somos uno de los pocos sistemas de la región y del mundo en el que nueve de cada 10 escuelas ofrecen cuatro horas de clase solamente”, dice.
El bilingüismo y la jornada extendida de seis horas es la base del proyecto educativo que enviará Bullrich al Congreso. “Son 100 metas a cumplir en 10 años”, dijo, cuyos resultados se verán ya en la próxima evaluación de Aprender: “Vamos trabajar sobre las 3.000 escuelas a las que les fue peor y habrá cambios significativos”.
El conflicto docente acapara la agenda política argentina desde los primeros días de marzo y el 6 de abril se verá coronado por una huelga nacional de la Confederación General del Trabajo (CGT), la primera que enfrentará a Macri con los sindicatos peronistas, que apoyan el reclamo de los maestros. Bullrich admite que la huelga docente afecta el humor social, pero asegura que al final el Gobierno cantará victoria: “Claramente nuestro nivel de aprobación, con todo lo que está pasando, va a mejorar, porque lo que estamos haciendo es aceptar un problema y plantear una solución. Al final de día el ciudadano sabe que la herramienta más importante es la educación. Los argentinos tenemos una situación de orgullo de nuestros sistema educativo que hoy no está reflejado en la realidad”.
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