Hugo Sigman: “Los gobiernos deben tener el coraje de estimular a los empresarios”

El presidente Mauricio Macri prometió a sus votantes que Argentina disfrutaría de una “lluvia de inversiones”. Pero ese dinero no llegó, pese al giro liberal del Gobierno y a la buena recepción internacional de las medidas económicas que marcaron los primeros 15 meses de la gestión macrista. Hugo Sigman, fundador y CEO del grupo argentino Insud, un conglomerado de empresas de biotecnología, farmacia y cultura que opera en 40 países y factura 1.500 millones de dólares al año, reconoció avances en materia económica, pero advirtió que el dinero externo no llegará porque “no hay condiciones para ello”. “Los inversores van sólo cuando hay mercados internos extremadamente grandes o cuando el país es competitivo para exportar. Argentina no cumple ninguna de esas dos condiciones”, dijo Sigman durante el tercer encuentro de los coloquios mensuales que realiza la Embajada de España en Buenos Aires.

En opinión de Sigman, el gobierno de Macri resolvió algunos problemas estructurales que espantaron a los inversores extranjeros durante el kirchernismo, como el pago de la deuda con los holdouts o fondos buitre, la posibilidad de repatriar dividendos tras el fin de los controles migratorios y una subida de tarifas de los servicios públicos, la mayoría de ellos en manos de empresas extranjeras. Pero eso no fue suficiente para convencer a los inversores.

La clave, dijo, está entonces en apoyar el empresario local a través de un plan estratégico sólido y programas de ayuda fiscal a la investigación y el desarrollo. “Hoy Argentina tiene una inversión muy pobre en ese sentido y el 85% corresponde al Estado y sólo el 15% corresponde a los privados, cuando la media internacional es exactamente al revés. Pero los gobiernos tienen que tener el coraje de estimular a los empresarios locales para que inviertan en investigación y desarrollo. Yo soy partidario incluso de olvidar por un tiempo la inversión extranjera directa y pensar en la inversión de los empresarios nacionales”, dijo.

El panorama futuro que vislumbra el empresario, quien es el primer inversor argentino en España, no es muy alentador mientras Argentina no pueda cumplir con alguna de las dos condiciones que exigen los inversores externos: mercado interno grande o competitividad internacional. Su visión es que habrá posibilidad de inversiones de Estado a Estado, sobre todo con China, o en obras de infraestructura. Pero un cambio estructural que atraiga al sector privado externo es más complejo mientras el Gobierno no aplique estímulos fiscales suficientes. "No lo hace porque está decidido a bajar el  déficit y, al mismo tiempo, no dinamiza el mercado interno porque está en guerra contra la inflación. Pero creo que esa es una estrategia errada”, dijo Sigman, “porque implica ver la foto pero no la película”, es decir, los beneficios a largo plazo. Un sector donde el grupo Insud tiene inversiones y Sigman sí encuentra posibilidades de desarrollo es el agro argentino. “El fermento de desarrollo tecnológico argentino está en el campo”, concluyó el empresario.