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Mauricio Macri anula el polémico pacto de la deuda de su padre con el Estado

El presidente rectifica de nuevo ante la polémica por el conflicto de intereses

Carlos E. Cué
Mauricio Macri durante la rueda de prensa en la Casa Rosada.
Mauricio Macri durante la rueda de prensa en la Casa Rosada.Telam

Mauricio Macri quiere ser la antítesis de Cristina Fernández de Kirchner, su antecesora. Cada vez que hay un problema, trata de hacer lo contrario de lo que ella haría. Así que ante la última polémica por la renegociación de una deuda de la empresa familiar de los Macri con el Estado, que estaba deteriorando de forma grave su imagen, ha decidido dar un giro de 180 grados, rectificar por completo y anular el acuerdo. Nada de mantenerse firme y seguir adelante frente a las críticas, como haría ella.

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No habrá responsables políticos de esta enorme metedura de pata, nadie va a dimitir aparentemente por el fiasco. La solución por la que ha optado el presidente, después de más de una semana de intensa polémica, es la de comparecer y ofrecer una rueda de prensa para anunciar que la negociación de la deuda de los 300 millones de dólares que los Macri le deben al Estado empieza de nuevo. El jefe del Gobierno argentino muestra así la cara y la cruz de su Gobierno: por un lado, cometen errores no forzados importantes, lo que genera inquietud en sus filas y muchas críticas de analistas. Por otro, es capaz de rectificar y dar la cara. “¿Viste alguna vez una conferencia de prensa contestando a preguntas de todos ustedes cuando se publicaron graves acusaciones durante todos estos años? No”, le contestó a un periodista en referencia a la actitud de Cristina Fernández de Kirchner frente a los escándalos.

Pocas cosas hacen tanto daño a Macri como el mensaje “todos son iguales” y la idea de que gobierna para los ricos, el mundo del que viene este multimillonario que salió de la empresa de su padre para dedicarse primero al fútbol, como presidente de Boca Juniors, y después a la política, como alcalde de Buenos Aires. Esta semana ha sido dura para el presidente. Durante varios días intentó escudarse en sus segundos y esperar que amainara el escándalo del Correo Argentino, la empresa que fue de los Macri y por la que le deben 300 millones de dólares al Estado argentino desde 2001. Pero no sucedió. Un fiscal lo imputó por presunto perjuicio al Estado y un juez debe decidir ahora si avanza o no en la causa. Cada día las críticas fueron más fuertes. Así que al final el presidente, poco antes de iniciar un viaje clave a España, decidió comparecer y asumir en persona el coste de esta enésima rectificación.

Hoy mismo llegó otra marcha atrás, la retirada de un decreto sobre jubilaciones que reducía ligeramente el cálculo del aumento. La polémica fue enorme y Macri anuló el decreto. La idea del ensayo y error constante cuando lleva más de un año gobernando empieza a generar preocupación en el ambiente político, y más en un año electoral clave.

“¿Dónde está la falla para que se produzcan todos estos errores?”, le preguntó un periodista. “Buena pregunta”, contestó el presidente mostrando su debilidad, con un Gobierno que no acaba de atinar en este tipo de cuestiones polémicas que afectan a la familia del presidente, una de las más ricas del país. Macri tiene un problema con su padre, al que atribuyó su aparición en los Panama Papers. “Mi padre es un capítulo aparte”, llegó a decir con una sonrisa durante la conferencia de prensa.

Y ahí admitió que no le cuesta rectificar, aunque cada vez le supone un coste político mayor. “Hay que entender que este cambio tiene estas situaciones. Yo les dije desde el primer día que si querían magos a Copperfield. Cuando uno hace tantas cosas comete errores. Lo importante es no persistir, si me equivoco doy el paso atrás y lo corrijo. Pero vamos en la dirección correcta”, insistió, visiblemente tocado. La imagen que se ha instalado, incluso entre una parte de sus votantes, de que aprovechó su posición para beneficiar a la empresa familiar y ahorrarle varios millones de dólares ha hecho mella.

Macri admitió que, a pesar de que era evidente que ser miembro de una de las familias más ricas del país y muy relacionada con negocios con el Estado le podría traer problemas de conflictos de intereses, no pensaron en un sistema para resolverlos. Así que de momento anulan todo y tratarán de empezar de nuevo. “Le he pedido a Aguad [el ministro de Comunicaciones, que alcanzó el acuerdo con la empresa de Macri para que pagara la deuda en 15 años sin actualización y con un interés del 7%, lo que para una fiscal era una especie de condonación del 98%) que volvamos a foja cero”.

Macri insistió en que aún se puede deshacer todo. “Todavía no sucedió nada, no se condonó nada, no se pagó. Volvamos a la justicia y digámosle empecemos de cero para buscar un acuerdo de todos a este problema. Llevamos 14 años, hay que resolverlo porque si no perjudica al Estado. Aceptaremos la solución que nos propongan. Intentaremos la mayor transparencia posible. La única buena intención del ministro fue resolver para que el Estado cobrara, técnicamente se hizo bien, pero vamos a volver a empezar. Además habrá un equipo de gente, incluida la Oficina Anticorrupción, a los que les he pedido fijar un sistema por si hay futuros conflictos similares a este. Somos muchos los que creemos en un cambio, que estamos comprometidos, necesitamos fijarnos estándares elevados para que la confianza se refuerce”.

Macri parece así dispuesto a dar marcha atrás pero lo cierto es que el acuerdo se alcanzó hace siete meses –aunque aún no se había pagado- y si una fiscal no se hubiese opuesto se habría seguido adelante con él. El presidente reacciona así solo cuando la prensa publica los escándalos y siempre que alcancen una dimensión importante. Algo similar pasó con los papeles de Panamá, solo entonces decidió traer su dinero de Bahamas, cuando se conoció que lo tenía allí, y además entregar la gestión de su fortuna a un fideicomiso ciego. Macri demuestra una vez más que sabe rectificar pero deja abierto el flanco de la crítica por el aparente descontrol dentro de su Gobierno.

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