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Implicados familiares, narcos y policías en el asesinato de tres niños mexicanos

Los menores fueron tiroteados en San Miguel de Allende en un confuso incidente con versiones contradictorias sobre lo sucedido

Los cuerpos de los tres menores asesinados el sábado.
Los cuerpos de los tres menores asesinados el sábado.Emilio Castillo (EFE)

 Este lunes, acompañados de cientos de personas, fueron enterrados en Guanajuato los tres niños asesinados este fin de semana en la comunidad cercana a San Miguel de Allende, tras un confuso suceso en el que está implicada la policía, su familia y supuesto grupo delictivo.

Según la información oficial el pasado fin de semana, vecinos de la comunidad de Cieneguita reportaron una balacera en la carretera Dolores Hidalgo-San Miguel de Allende.

Al llegar al lugar los uniformados fueron recibidos con disparos lo que dio inicio a un tiroteo que permitió que los integrantes del grupo delictivo huyeran por el patio trasero. En el lugar la policía encontró a dos personas, una de ellas con un arma, además de los cadáveres de tres menores, por lo que se procedió a su detención. Se trataba de los padres de los pequeños Antonio, el vigilante del inmueble, y de su esposa Juana.

De acuerdo con la versión de la Procuraduría, la mujer confesó que su esposo había matado a los menores y trataba de asesinarla a ella también. Paralelamente las balas sustraídas del cuerpo de los niños habrían dado positivo en las pruebas periciales y coincidirían con los proyectiles de la pistola del padre quien fue puesto a disposición del Juez, acusado del multihomicidio de sus hijos. En la casa encontraron armas cortas, armas largas de grueso calibre y droga.

Sin embargo, la versión de la mujer es radicalmente distinta y nada más ser liberada exculpó a su esposo y denunció irregularidades en su detención ya que al parecer no le proporcionaron un abogado; no tuvo derecho a una llamada telefónica, y la dejaron ir después de que firmó hojas en blanco.

Mencionó que ella, sus tres hijos y su marido pasaron la noche en la finca donde él trabaja como velador y que mientras dormían escucharon disparos, por lo que todos se escondieron en un baño del primer piso. Sin embargo, fueron descubiertos y puestos boca bajo para posteriormente llevarse a su marido a otra parte de la casa. 

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