_
_
_
_

El caso de los niños fantasma, el último drama mexicano

El Gobierno de Morelos rescata a 61 jóvenes que vivían en un albergue privado. De acuerdo a sus números, faltan 12. Nadie sabe dónde están, nadie sabe siquiera si existen

Pablo Ferri
El albergue Amor para Compartir, en una imagen de 2014.
El albergue Amor para Compartir, en una imagen de 2014.facebook

Entre el 15 y el 24 de febrero, las autoridades del Gobierno de Morelos, estado aledaño a la Ciudad de México, asumieron la custodia de 61 jóvenes del albergue Amor para Compartir, un refugio privado que funcionaba en una zona boscosa de la entidad.

Ya en enero, después de visitar el centro, el Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia de Morelos, DIF, había concluido que el albergue no reunía las condiciones para hospedar a menores de edad. En la primera intervención, el 15 de febrero, el DIF se llevó a 19 menores. Para entonces ya sabía que el albergue hospedaba a 73 menores de edad. Como el centro era privado, el DIF ignoraba quienes eran los demás, no tenía registro de ellos. Sabía de los primeros 19 porque antes de llegar al albergue habían sufrido malos tratos o abandono. Su condición había generado registro en el DIF.

Después del rescate de los 19, un juez instó a las autoridades a que se hicieran con la custodia del resto. Funcionarios del DIF acudieron de nuevo al albergue. Era el 23 de febrero. De acuerdo a sus números, el DIF debería haberse llevado entonces a 54 jóvenes, pero solo encontraron a 37. Ayer, cinco más se presentaron en las oficinas de la fiscalía estatal. En este baile grotesco de números, que en realidad son niñas y niños desaparecidos, la fiscalía de Morelos busca ahora a 12 muchachos sin saber quiénes son, cómo son, siquiera si existen o no. El fiscal de Morelos, Javier Pérez Dubón, ha explicado a EL PAÍS, que los responsables del albergue no les dicen dónde podrían estar los demás. “No nos han dado explicaciones, de momento estamos verificando su existencia”.

Fuentes del Gobierno estatal sugieren además que el albergue podría haber llevado un registro falso de los muchachos, es decir, que podrían haber inflado el padrón de internos para mantener las subvenciones.

Este caso llama la atención por la falta absoluta de cuidado que han merecido los menores

Este caso llama la atención por la falta absoluta de cuidado que han merecido los menores, algunos de ellos, como bien han explicado las autoridades, víctimas de malos tratos o abandono. Fuentes del Gobierno del estado, que comanda Graco Ramírez, del izquierdista PRD, justifica que hasta hace un año no existía una ley federal que exigiera a los estados un control sobre los centros de acogida infantil privados. Ha sido en los últimos meses cuando se han dado cuenta de la situación, explica las mismas fuentes, justo desde que el Gobierno estatal inició la regulación de los 17 centros que existen en el estado.

De cualquier manera, parece difícil creer que el DIF no atendiera el caso del Amor para Compartir, sabiendo las circunstancias de los 19 menores que habían ingresado allí. De hecho, no fue hasta el pasado 25 de enero cuando empezaron a actuar, después de que un muchacho denunciara al albergue ante la fiscalía por supuestos malos tratos recibidos en el centro.

De momento no han trascendido los motivos que alego la fiscalía para desalojar el albergue. Se ignora, por tanto, qué significa que el centro “no reunía las condiciones” o los detalles de los malos tratos denunciados por el menor, cuya identidad además se desconoce.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Pablo Ferri
Reportero en la oficina de Ciudad de México desde 2015. Cubre el área de interior, con atención a temas de violencia, seguridad, derechos humanos y justicia. También escribe de arqueología, antropología e historia. Ferri es autor de Narcoamérica (Tusquets, 2015) y La Tropa (Aguilar, 2019).

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_