Las FARC aseguran que las discusiones de la mesa de diálogo no se harán públicas

El número uno de la guerrilla califica de exorbitante que se considere como una amenaza “informar al pueblo colombiano” sobre el proceso de paz

Ante la reacción del Gobierno colombiano a la carta que envió el miércoles el máximo jefe de las FARC, alias Timochenko, al presidente Juan Manuel Santos, donde anunció que había autorizado a sus voceros en la mesa de negociación en La Habana a que elaboren un informe donde se les cuente a los colombianos lo que allí sucede, este viernes, el jefe guerrillero divulgó una aclaración donde asegura que ...

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Ante la reacción del Gobierno colombiano a la carta que envió el miércoles el máximo jefe de las FARC, alias Timochenko, al presidente Juan Manuel Santos, donde anunció que había autorizado a sus voceros en la mesa de negociación en La Habana a que elaboren un informe donde se les cuente a los colombianos lo que allí sucede, este viernes, el jefe guerrillero divulgó una aclaración donde asegura que con dicho informe no están faltando a su palabra de no hacer públicas las conversaciones.

El jefe del equipo negociador del Gobierno, Humberto de la Calle, recordó este jueves a los colombianos que el acuerdo de confidencialidad que pactaron ambas partes desde el inicio de los diálogos de paz, se había hecho con el propósito de “preservar la conducción del diálogo” y calificó como una amenaza el anuncio de las FARC. De ahí que Timochenko, en un corto comunicado que tituló “adenda necesaria”, cuestionó que sus palabras fueran consideradas una amenaza e insistió en que informar sobre los avances sea faltar a la confidencialidad pactada. Para él y su equipo negociador en La Habana, elaborar el cuestionado informe, del que no han dado mayores detalles más allá de asegurar que se hará “con el exclusivo propósito de que el país y el mundo conozcan en verdad lo que ocurre”, no sería de ninguna manera faltar a lo pactado.

El líder guerrillero recordó que el mismo Santos ha hecho referencias públicas a los avances que se han dado tras 11 meses de negociación en La Habana, “e incluso sostenido que con algunas medidas de su Gobierno ha empezado a desarrollar lo firmado en el primer punto (agrario)”, algo que ellos no han considerado como una violación a la confidencialidad. Para Timochenko, resulta exorbitante y “hasta malintencionado hablar de amenazas nuestras en ese sentido”.

Esta polémica se da justo en medio de un receso en los diálogos de paz que se reanudarán el próximo 3 de octubre, cuando se seguirá discutiendo el segundo punto de la agenda de negociación que se centra en la participación política de las FARC una vez se hayan desmovilizado. Pero también ocurre en un momento difícil para el proceso de paz por cuenta de otros temas, que aunque no tienen que ver directamente con la participación en política de la guerrilla, sí se han convertido en puntos álgidos de debate tanto en La Habana como en Colombia.

El primero es el tema de la aplicación de justicia, ya que la guerrilla, hasta el momento, no acepta su responsabilidad penal, así se les suspendan las penas. “Ese es un obstáculo muy difícil porque un acuerdo así es imposible”, dice el analista Héctor Rivera. El segundo es el mecanismo de refrendación de los acuerdos a los que se lleguen en Cuba. Las FARC insisten en que sea a través de una Asamblea Constituyente, pero en este momento cursa un proyecto de ley en el Congreso para que los colombianos puedan avalar o no los acuerdos mediante un referendo que se aplicaría el mismo día de las elecciones. Esta iniciativa de Santos, así como el llamado Marco Jurídico para la Paz, el cual permitirá aplicar medidas de justicia transicional buscando satisfacer los derechos de las víctimas, pero a la vez, alcanzar la paz, han sido calificados por Timochenko como “imposiciones unilaterales”. Incluso, al Marco para la Paz lo consideran un “estorbo” para la paz.

Se suma que Santos ha venido perdiendo apoyo ciudadano. En la última encuesta divulgada por la empresa Gallup, su popularidad solo alcanzó el 21%, lo que afecta directamente el proceso de paz ya que serán los colombianos los que, en últimas, refrenden los acuerdos a los que se llegue en La Habana. “Esto pone a las FARC a pensar si el Gobierno va a tener la capacidad suficiente de hacer cumplir los eventuales acuerdos que se suscriban”, agrega Rivera.

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También está el ingrediente electoral, donde se da casi por hecho que Santos irá por la reelección. Timochenko en su polémica carta, haciendo referencia a la petición que Santos hizo al inicio de la semana en la Asamblea General de Naciones Unidas para que se agilicen las negociaciones porque la paciencia de los colombianos se agota, dijo que lo que se acorta “es el tiempo para definir su candidatura a la reelección y es evidente su afán en exhibir al país un acuerdo de paz”.

A pesar de todo, para Rivera, la nueva declaración de Timochenko confirmaría que las FARC no se quieren levantar de la mesa de negociación. “Sienten que la interpretación que se le dio a la carta podría poner en riesgo el proceso y prefirieron rectificar”, agregó. El presidente Santos, por su parte, después de pronunciarse el número uno de las FARC, señaló que lo importante es lo que se negocia en la mesa. “Ojalá pudiéramos ir más rápido, pero vamos en la dirección correcta”, dijo.

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