Brasil sube los tipos de interés para frenar la inflación

El Banco Central anuncia una subida de 0,25% de las tasas para intentar reducir la inflación

Rousseff, en un acto público.F. B.

El Banco Central de Brasil ha anunciado este miércoles una subida de 0,25% de los índices de interés, que pasan ahora a ser del 7,50%. Dos han sido los motivos que han llevado a las autoridades monetarias a tomar esta decisión poco agradable para la presidenta Dilma Rousseff, que había hecho de la bajada de los intereses una bandera de su gobierno: el primer motivo, que  la inflación se ha disparado y ha superado la meta oficial llegando a un 6,59%, y el segundo, ...

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El Banco Central de Brasil ha anunciado este miércoles una subida de 0,25% de los índices de interés, que pasan ahora a ser del 7,50%. Dos han sido los motivos que han llevado a las autoridades monetarias a tomar esta decisión poco agradable para la presidenta Dilma Rousseff, que había hecho de la bajada de los intereses una bandera de su gobierno: el primer motivo, que  la inflación se ha disparado y ha superado la meta oficial llegando a un 6,59%, y el segundo, la necesidad de ayudar a la recuperación de la producción industrial, que ha bajado un 2,5%.

Cuando Rousseff sucedió al expresidente Lula da Silva la inflación oficial estaba en un 12,5%. La Presidenta, que es economista, se jugó el tipo asegurando que ella iría disminuyendo uno de los intereses más altos del mundo sin dañar ni a la inflación ni a la producción. Lo hizo y consiguió bajar aquella cifra astronómica a un 7,25%.

Ahora ha tenido que aceptar que el Banco Central, que en Brasil goza de autonomía para actuar, vuelva al viejo sistema de aumentar los intereses, Lo ha hecho, sin embargo, sin unanimidad. Dos de los seis responsables de la autoridad monetaria votaron a favor de dejar los intereses como estaban. Y en el acta han hecho figurar la palabra “cautela”, para indicar que no están seguros de que un aumento mayor de los intereses sea capaz ni de parar la inflación ni de hacer crecer a la industria.

Semanas atrás, Rousseff había levantado una polvareda al afirmar en África que no estaba de acuerdo con la política de combatir la inflación a costa de reducir el crecimiento económico. Sus palabras tuvieron enseguida consecuencias negativas en los mercados, que entendieron que ella estaba dispuesta a sacrificar a la inflación en beneficio del crecimiento.

La presidenta emitió enseguida una nota en la que afirmaba que había sido “mal interpretada” y que ella “de modo alguno sacrificaría a la inflación”. Después de ello, Rousseff no ha perdido ocasión para rebatir su firme propósito de impedir que la inflación, cuyos costes los pagan sobre todo los más pobres, se salga de control, como por ejemplo en Argentina.

Y ahora, aunque teóricamente el banco central es autónomo, la presidenta, después de haberse reunido con tres sabios de la economía de varias tendencias, había dado a entender que los intereses podrían “subir un poco”. Y así ha sido. La preocupación de los economistas es que Brasil, comparado con los principales países de América Latina, sigue teniendo los intereses más altos, la inflación mayor y el crecimiento del PIB, de un 0,9% en 2012, el menor de todo el continente exceptuado Paraguay, y el menor de los países que componen el BRIC.

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