¿Qué pasa cuando tu psicólogo se convierte en una estrella de TikTok?

Los profesionales de la salud mental parecen haber encontrado libertad, dinero y satisfacción haciendo de ‘influencers’. Aunque muchos de los que publican contenido son terapeutas con título, otros son “life coaches” o autodenominados expertos, pero sin credenciales fiables

Sigmund Freud (1856-1939) también podría haber reinado en la tiktoktización de los terapeutas.

Hace unos días me crucé con una entrevista que me hicieron en un número antiguo de la revista Buffalo. Era 2013 y por entonces tenía un proyecto artístico muy vinculado a internet que, supongo, despertaba interés. Una de las preguntas era: “¿Te gustan las redes sociales?”. A lo que yo respondí: “Más que gustarme, las encuentro extrañamente útiles para conocerme a mí mismo. Creo que me he ahorrado mucho dinero en terapia con ellas”. El sonrojo al leer mi respuesta fue inmediato. Vista ahora, me resulta imposible reconocerme en esa mezcla de ingenuidad, posironía y, todo hay que decirlo, una superficialidad algo irresponsable. A mi favor, diré que en ese momento los algoritmos de las plataformas no estaban tan refinados y su potencial de ser una herramienta para la concienciación y la autoayuda no estaba tan contaminado. El contexto era otro, claro. Y hay algo valioso en ser víctima de tu tiempo, ¿no?

Mucho ha llovido desde entonces. La salud mental ha pasado de tabú a hashtag. Conceptos como el trastorno por déficit de atención con hiperactividad, depresión de alta funcionalidad o ansiedad son manejados por creadores de contenido con total naturalidad. Lo que no está claro es que el acceso a más información sobre salud mental haya aumentado el tratamiento y reducido los problemas. Los datos apuntan a todo lo contrario: un informe de la OMS alertaba de un aumento de un 25% de los trastornos por ansiedad y depresión. Y es en esta ambigua paradoja donde se ha dado un caso curioso: la tiktoktización de los terapeutas. O, traducido en jerga de la red, el fenómeno también conocido como Therapy Tok.

En TikTok, los profesionales de la salud mental parecen haber encontrado libertad, dinero y satisfacción haciendo de influencers de la salud mental. Aunque muchos de los que publican contenido son terapeutas con título, otros son “life coaches” o autodenominados expertos en salud mental pero sin credenciales fiables. Todos tienen en común ofrecer consejos rápidos, buscando que su efectividad vaya de la mano de la ansiada viralidad. Un batiburrillo con el que uno no sabe muy bien qué hacer, sobre todo cuando surge mientras ves vídeos de mapaches. Quién sabe, a lo mejor tu próximo diagnóstico llega con un filtro de perrito.

Jeff Guenther, por ejemplo, es un terapeuta con una comunidad de casi tres millones de seguidores que ha construido hablando de responsabilidad afectiva o los pros y los contras de la fraysexualidad, es decir, cuando solo te atrae gente que no conoces. Una cosa que llama la atención es qué pasa cuando ves a tu terapeuta en redes. La idea de poder comprar merchandising de tu psicólogo me produce cierto desasosiego, la verdad. Y también imaginar salir de una sesión y, al volver a casa, hacer scroll y verle hablar con sus seguidores sobre el caso de un paciente al que, sospechosamente, te pareces mucho. O, peor aún, ¿cómo ser el follower/paciente perfecto para que tu terapeuta no pierda posicionamiento online o no sufra de agotamiento como creador de contenido?

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