Katie Holmes a los 45: crónica de una actriz destinada al estrellato hasta que conoció a Tom Cruise
A punto de cumplir los 45 años, la protagonista de ‘Dawson crece’ es aún un enigma: tras unos inicios prometedores y trabajos con los directores más renombrados de Hollywood, el matrimonio más sonado de su década alteró sus planes
Si alguien se hubiese apartado del mundo a principios de los dos mil esperaría que los protagonistas de Dawson Crece (1998-2003) James Van de Beek y Katie Holmes (Toledo, Ohio, cumple 45 años este lunes) fuesen actores con carreras exitosas y consolidadas. En su lugar se encontraría a Joshua Jackson co...
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Si alguien se hubiese apartado del mundo a principios de los dos mil esperaría que los protagonistas de Dawson Crece (1998-2003) James Van de Beek y Katie Holmes (Toledo, Ohio, cumple 45 años este lunes) fuesen actores con carreras exitosas y consolidadas. En su lugar se encontraría a Joshua Jackson convertido en una estrella televisiva con unas cuantas series destacadas en su haber como Fringe, The affair o Mr Death y a Michelle Williams siendo una de las mejores actrices de su generación gracias a sus intervenciones en Brokeback Mountain (2005), Mi semana con Marilyn (2011) o Los Fabelman (2022). Sin embargo, James Van Der Beek tiene un meme lloroso como gran legado y Katie Holmes reina en las revistas de moda, pero es ignorada por las de cine. Difícilmente podrá alguien nombrar tres películas suyas de la última década, pero cualquier seguidor de tendencias podrá mencionar algún look suyo que haya despertado admiración.
El día que paró un taxi ataviada con una chaqueta que dejaba entrever su sujetador de cashmere se hizo viral. El sujetador, de la marca Khaité y valorado en quinientos euros, se agotó en una hora y poco después se podía adquirir una versión económica en Zara. La explicación a este cambio de estatus es sorprendente: Tom Cruise. Su relación con la megaestrella, un monstruo de popularidad de dos cabezas que recibió el nombre de TomKat, fue tan controvertido que la revista Vanity Fair aseguró que había sido el resultado de un proceso de casting de la cienciología.
Verdad o no, lo cierto es que cambió la percepción que el público tenía de ambos y deterioró sin remisión la carrera de Holmes. Hasta su matrimonio había trabajado con directores de la talla de Ang Lee, Curtis Hanson o Christopher Nolan. Tras el divorcio, no ha vuelto a actuar en ningún proyecto memorable.
“Con lo que habíamos tropezado”
Holmes nació en Toledo, Ohio, en 1978, fue la menor de cinco hermanos, todos varones. Se graduó en la Academia Notre Dame y había sido admitida en la Universidad de Columbia, pero su verdadera afición era la interpretación. Envió una cinta con su audición al casting de La tormenta de hielo (1997) de Ang Lee y consiguió el papel. Debutó en pantalla a lo grande, al lado de Kevin Kline y Sigourney Weaver. “Pensé que las cosas iban a ser muy divertidas. Mi primer día en Los Ángeles mi madre y yo conducíamos por el bulevar Santa Mónica y vimos un gran cartel que decía Globos de Oro. Así que fuimos y nos sentamos en las gradas bajo la lluvia para ver llegar a las estrellas de cine. No podíamos creer con lo que habíamos tropezado”.
Entonces no podía imaginar cuántas veces sería ella la que cruzaría esa alfombra roja. Pero el teléfono no volvió a sonar tan rápido como esperaba y llegó a creer que su carrera había terminado. Lo contó en The Tonight Show With Jimmy Fallon. “Pensé: ha estado bien, ha sido una experiencia increíble y podré contárselo a mis nietos”. Pero el éxito no iba a desvanecerse tan rápido. Otra de sus audiciones había cautivado a Kevin Williamson, el artífice del renacer del slasher en los noventa gracias a escribir Scream (1996), que en ese momento buscaba a los protagonistas de Dawson Crece.
“Mi primer encuentro con Katie Holmes fue cuando veía una cinta de vídeo que nos envió su madre”, declaró Williamson. “La cinta mostraba a Katie en su sótano de Ohio, haciendo una audición para el papel de Joey en Dawson Crece en la que su madre hacía de Dawson. Después de verla, todos en la sala nos quedamos sin habla”. Williamson no se queda escaso en halagos a la actriz: “Conocerla es caer instantáneamente bajo su hechizo. Es una joya escasa: hipnótica, inteligente, divertida, dulce, tímida, bulliciosa, escurridiza, con talento, guapa, con alma, elegante, sofisticada, inocente, ingenua, cómica, femenina, infantil, cariñosa, amable, fiable, cariñosa, protectora, generosa…”.
Holmes pronto ocupó portadas de revistas como Seventeen y Rolling Stone. Dawson crece se convirtió en un pequeño fenómeno que atrapó a una generación de espectadores ávidos de una ficción adolescente más adulta de lo habitual. La primera, no olvidemos, en la que pudo verse un beso homosexual, un hito histórico en la pacata televisión estadounidense y en la que temas como las adicciones o la muerte se trataban de una manera menos mojigata de lo habitual. Y en medio del fenómeno estaba Joey Potter (o sea, Holmes), vértice de un triángulo amoroso, pero un personaje nada sexualizado. Era seria, concentrada, buena estudiante, buena amiga, totalmente alejada de las Brenda Walsh o las Kelly Kapowski de la vida.
“No quería ser la joven sexy. No soy sexy. Tenía un amigo mío que venía a todas mis sesiones de fotos para asegurarse de que no intentaran hacerme así”, declaró a Glamour. Para completar el hechizo, en aquel momento Holmes mantenía una relación con su compañero Joshua Jackson. Hollywood, que en aquel momento vivía el enésimo auge del cine por y para adolescentes, deseaba echarle el guante a los cuatro protagonistas. Holmes lo aprovechó y combinó inteligentemente el cine independiente como Viviendo sin límites, de Doug Liman, con el terror de su descubridor Kevin Williamson en Secuestrando a la señorita Tingle, y películas con grandes aspiraciones, como la deslumbrante Jóvenes prodigiosos donde compartía reparto con Michael Douglas, Frances McDormand, Robert Downey Jr y Tobey MaGuire. Tras el fin de la serie en 2003 empezó su nueva vida con un taquillazo, Batman Begins, donde interpretó un papel creado específicamente por Christopher Nolan para la película: Rachel Dawes, el primer amor de Bruce Wayne. Todo parecía abonado para que Katie Holmes fuese una de las grandes estrellas del siglo XXI.
Y entonces apareció Tom.
Cómo destrozar tu imagen pública
A principios de 2005 Katie Holmes y Tom Cruise iniciaron un romance relámpago. Según Vanity Fair, orquestado en todo momento por la Iglesia de la Cienciología, de la que es seguidor Cruise. Tras los “fracasos” de sus relaciones con Nicole Kidman y Penelope Cruz, buscaban un perfil más “maleable”, según la revista, y la pista se la dio un artículo de la revista Seventeen de 2004 en la que Holmes (entonces comprometida con el actor Chris Klein, protagonista de American Pie, con quien salió durante tres años ) declaró que cuando era adolescente creía que acabaría casándose con Tom Cruise.
Seis meses después, Klein y Holmes anunciaron su ruptura y Cruise y Holmes eran vistos juntos por primera vez en Roma. Había nacido e fenómeno TomKat, para delirio de los medios. “Cuando conocí a Tom, estaba completamente enamorada y, sí, le admiraba desde que era pequeña, ¡es Tom Cruise!”, declaró a The New York Times. Unas semanas después de que se hiciese pública su primera primera foto juntos, Tom Cruise visitó a Oprah Winfrey. ¿Quién no recuerda aquello? La entrevista que se convirtió en un ejemplo de cómo destrozar tu imagen pública. Se popularizaron momentos como aquellos de Tom Cruise arrodillándose, agarrando las manos de la presentadora y saltando sobre el sofá, llevando a la gente (y a Oprah, que lo exclamó directamente) que había perdido la cabeza.
Aunque tal vez lo más reprobable y memorable casi 20 años después fuese la manera en que arrastró a su futura esposa al plató como si ella careciese de identidad propia. Cruise salió del plató, acudió al camerino y la hizo entrar. Estuviese preparado o no, ella parecía realmente incómoda y la situación, embarazosa.
Poca gente habló de La guerra de los mundos, la película que Cruise promocionaba en esos momentos (que fue igualmente un éxito por méritos propios y el nombre de su director, Steven Spielberg) y Paramount acabó alejándose del que entonces era su gallina de los huevos de oro.
Enamorados de la publicidad
Pero nada detenía aquel tsunami de amor. Cruise pidió matrimonio a Holmes en un restaurante situado en lo alto de la Torre Eiffel con un anillo de diamantes amarillos de cinco quilates. Todo era tan vertiginoso y excesivo que la habitualmente nada maliciosa People planteó una encuesta en la que preguntaba a sus lectores si el amor era real o una estrategia publicitaria (el 62 por ciento votó que era una estrategia). Tina Brown escribió en el Washington Post un artículo titulado Es sólo amor publicitario y el Boston Globe sentenció: “Seguro que están enamorados, pero de la publicidad”.
Su boda fue una sucesión de excesos. Se celebró en el castillo Odescalchi a 35 kilómetros al norte de Roma entre pajes y antorchas y con una lista de invitados que incluía a Will Smith, Jim Carrey, Jennifer López, John Travolta y David Beckham y Victoria Beckham. El enlace despertó tanta expectación que programa Dolce Vita de Telecinco conectó en directo con la periodista Paloma Gómez Borrero, situada a los pies del castillo para seguir lo que las fuertes medidas de seguridad del bodorrio permitían atisbar.
Aquel enlace de cuento marcó el inicio del declive de las carreras de ambos. Fue casi definitivo en el caso de Holmes y, en el caso de Cruise, inició una travesía por el desierto de la que le costó recuperarse. Si su boda causó sensación, mayor interés aún había despertado el nacimiento de su hija Suri, a la que vimos por primera vez en la portada de octubre de 2006 de Vanity Fair. Fue el segundo número más vendido de la revista (el primero fueron las confesiones de Jennifer Aniston tras su divorcio de Brad Pitt).
La carrera de la señora Cruise
Las apariciones de Katie Holmes se limitaban a sonreír tras su marido y sus películas eran cada vez más irrelevantes. En una decisión incomprensible, renunció a su papel en una nueva entrega de Batman, que pasó a manos de Maggie Gyllenhaal. Según sus palabras, prefirió protagonizar la comedia Tres mujeres y un plan (2008), y según los rumores de Hollywod Cruise no quería que quien participase en la película más importante del año fuese ella y no él.
Holmes protagonizó películas cada vez más intrascendentes y sus apariciones más sonadas ya no eran en la alfombra roja, sino en las primeras filas de los desfiles de moda. Los que consideraron que aquella unión no tenía futuro tuvieron que esperar seis años para tener razón: en junio de 2012, se divorciaron. Al igual que su boda y su paternidad, la separación no estuvo exenta de rumores. Se dijo que según una claúsula del acuerdo de divorcio no podría volver a ser vista en público con ningún otro hombre durante cinco años ni hablar de su matrimonio y de la Cienciología. De no ser así ,dejaría de perdibir cinco millones de euros. “Ella tiene permitido salir con personas, pero no en lugares públicos o que estén a la vista de los medios, y tampoco debe permitir que ningún novio esté cerca de su hija Suri”, aseguraban las filtraciones.
Dejó de considerarse un rumor cuando pasado ese tiempo se confirmó lo que era un secreto a voces: la relación que mantenía en aquel momento con el actor Jamie Foxx. Tras el divorcio no han trascendido imágenes de Cruise con su hija, aunque la ya adolescente sea una de las hijas de celebridades más fotografiadas y el actor uno de los hombres más escrutados por los medios.
Holmes no trató de resucitar su carrera, como tantas estrellas que bajan el pistón para formar una familia. Sus últimas películas no han despertado ningún interés. Tan sólo su papel de Jackie Kennedy en Los Kennedy y su aparición como “calabaza putilla” en Cómo conocí a vuestra madre merecieron la atención de los medios.
En el último año ha estado más centrada en Broadway y en la dirección de proyectos muy personales. También en educar a Suri. La adolescente deslumbrante de Capside es ahora la madre de una adolescente con la que se tumba en el sofá para ver Dawson Crece y, según ha declarado en más de una ocasión, ese es el trabajo más importante de su vida. Una vida que ahora sólo dirige ella.
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