Una noche para celebrar el poder transformador de la arquitectura
ICON Design celebra en el Museo Lázaro Galdiano una conversación con David Chipperfield, portada del número más reciente de la revista
David Chipperfield es un arquitecto sensible, preocupado más por el efecto de su obra en la ciudadanía que por la espectacularidad. Por eso, aunque al inicio de su charla con Daniel García en los jardines del Museo Lázaro Galdiano bromeara con sus ganas de ver el partido de la Eurocopa que se estaba celebrando a esa misma hor...
David Chipperfield es un arquitecto sensible, preocupado más por el efecto de su obra en la ciudadanía que por la espectacularidad. Por eso, aunque al inicio de su charla con Daniel García en los jardines del Museo Lázaro Galdiano bromeara con sus ganas de ver el partido de la Eurocopa que se estaba celebrando a esa misma hora, a medida que avanzó la conversación fue desgranando con generosidad anécdotas poco conocidas sobre su relación con la arquitectura, el patrimonio, los poderes públicos y, sobre todo, la localidad gallega de Corrubedo, que ha convertido en un laboratorio en el que probar, a través de la plataforma RIA, sus ideas para hacer nuestras ciudades más habitables.
“Siempre he sido un visitante”, explicaba Chipperfield tras la introducción de Javier Moreno, director de El País. Con sus palabras, el arquitecto se refería a la paradoja de que, siendo uno de los representantes más ilustres de su oficio en el Reino Unido, la mayoría de sus construcciones y proyectos se encuentren en otros países, con ejemplos tan enriquecedores como sus primeros encargos en Japón o su reciente transformación de la Neue Nationalgalerie, uno de los edificios más icónicos de Mies van der Rohe en Berlín.
La conversación fluyó de forma natural a medida que Chipperfield abordaba sus temas predilectos: el diálogo entre la arquitectura, el urbanismo y la población. Así, relató el modo en que sus indagaciones en torno a la transformación urbana de Corrubedo había partido, además de su experiencia particular –lleva treinta años veraneando en la localidad–, de una petición del gobierno gallego para atajar las consecuencias del urbanismo sin planificación en el litoral. Su respuesta, como contó a Daniel García, no fue una guía estética para homogeneizar el aspecto de las edificaciones y hacerlas más fotogénicas, sino propuestas concretas para recuperar espacio para los peatones, garantizar la limpieza del agua y fortalecer el diálogo con el entorno natural del municipio.
El evento, celebrado al aire libre, con las medidas sanitarias pertinentes y durante una tarde excepcionalmente templada, fue una versión íntima de la habitual fiesta de verano de ICON Design, y congregó a una amplia representación del mundo de la arquitectura, el diseño, el arte y la decoración. Entre los invitados destacaban nombres como los de los arquitectos Rafael Moneo, Juan Herreros, Fermín Vázquez, Igor Bragado y Alberto Campo Baeza, los interioristas Tomás Alía, Lorenzo Castillo y Mafalda Muñoz, la directora ejecutiva del premio Pritzker Martha Thorne, los paisajistas Fernando y Pedro Caruncho, las periodistas Anatxu Zabalbeascoa, Elsa Fernández-Santos y Marisa Santamaría, o los fotógrafos Pablo Zamora y Gonzalo Machado.
La cena, acompañada por los vinos Celeste Verdejo y Celeste Crianza de la Bodega Pago del Cielo, giraba en torno a la cultura mediterránea, con un menú de acentos críticos diseñado por Samantha Vallejo-Nájera y una decoración que convirtió los jardines del Lázaro Galdiano en un evocador naranjal vespertino. El encuentro fue posible gracias al patrocinio de Lexus, la casa automovilística que está llevando la movilidad a un futuro más ecológico y sofisticado –y así lo mostraba el LC 500 Cabrio ubicado en estos jardines históricos– y de Cosentino, la empresa almeriense que ha revolucionado el sector de las superficies a base de tecnología, sostenibilidad y calidez mediterránea. Aliados perfectos para celebrar en compañía el valor social y la dimensión cultural de la arquitectura.