Kris Jenner saca a la venta la casa de ‘Las Kardashian’, un escenario icónico de la televisión

Las vidas del clan Kardashian-Jenner —formado por las hermanas Kourtney, Kim, Khloé, Kylie y Kendall (y a veces Rob) y su madre y manager, Kris— son de dominio público desde que se emitió el primer capítulo del reality show Las Karsashian (en inglés, Keeping Up with The Kardashians), el 14 de octubre de 2007. La casa familiar donde se filmó el programa a partir de la tercera temporada hasta 2021, también lo es. Los fans y espectadores de la mediática familia reconocerán al instante el vestíbulo con su suelo a cuadro blancos y negros y su escalera imperial de hierro; el patio trasero donde se celebraban sus extravagantes y exageradas fiestas; y la cocina monocromática, escenario frecuente de los televisados conflictos, dramas y éxitos de la familia. Una mansión icónica de la televisión, que ahora está en venta.

Kris Jenner ha sacado al mercado la antigua mansión familiar de seis habitaciones y ocho baños por 13,5 millones de dólares (13 millones de euros, al cambio actual). “He compartido tantos recuerdos inolvidables en esta increíble casa con mi familia”, rememoraba Kris Jenner en un comunicado enviado a The New York Times. “Estoy emocionada de ver cómo comienza una nueva etapa con sus próximos propietarios”. La casa, afirma, “está lista para su próximo capítulo”.

Las Kardashian, durante sus primeras temporadas, se centraba en la vida cotidiana —peleas familiares incluidas— de las hermanas Kourtney, Kim y Khloé Kardashian —fruto del primer matrimonio de Kris Jenner con el abogado Robert Kardashian—. El reality fue un éxito y, a medida que más y más espectadores lo sintonizaban, la familia fue construyéndose un imperio mediático y empresarial. Y su casa debía estar a la altura de su nuevo estatus de superestrellas. Por ello, Kris Jenner compró en 2010 esta mansión en el exclusivo vecindario de Hidden Hills en Los Ángeles (California) junto con Caitlyn Jenner, personalidad televisiva y atleta olímpica retirada que, en ese entonces, era su esposo y era conocido como Bruce Jenner. El objetivo de esta compra era formar un hogar con sus dos hijas adolescentes: Kendall y Kylie; y continuar con la grabación del reality familiar que, poco a poco, fue promocionando los trabajos y proyectos empresariales de cada una de las hijas, que pagan a su madre un 10% por su trabajo como representante.

Tras la compra de la mansión, que se extiende 817.000 metros cuadrados, la familia se gastó millones de dólares en retoques de diseño personalizado y renovaciones. Más allá de los seis dormitorios y los ocho baños, destaca la suite principal, que incluye chimenea, bar, gimnasio privado, baño y un balcón. Además, se construyó una cocina de lujo de la marca francesa La Cornue que cuenta con una isla central, unos frigoríficos de vidrio que mostraban el contenido de su interior y una despensa con detalles como una máquina dispensadora de yogur helado. Otro de los grandes atractivos de la propiedad es su patio trasero con piscina, jacuzzi, cenador y barbacoa al aire libre. Asimismo, destacan el espacio que Kris Jenner creó exclusivamente para albergar su colección de bolsos Birkin y las chimeneas procedentes de Exquisite Surfaces, una empresa de ultralujo de Los Ángeles que restaura piezas de piedra, azulejos y arcilla talladas a mano con siglos de antigüedad procedentes de Europa, según recoge The New York Times.

En la mansión de Hidden Hills, los equipos de filmación retrataron a las Kardashian-Jenner a través de los momentos más memorables de su historia: bodas, divorcios, cumpleaños y bienvenidas de nuevos miembros al clan. Entre otros, el vestíbulo fue el escenario de una de las escenas más icónicas del reality: cuando Kris le regaló un cerdo a Kylie y esta pensó que era un pollo. “Esta casa era una parte integral del programa, pero no es solo una casa que salió en la televisión”, afirma al periódico estadounidense Tomer Fridman, un veterano agente inmobiliario de una firma del sur de California, Christie’s International Real Estate, que, además, representa a Kris Jenner en la venta. “Es una casa donde una familia vivió su vida, con buenos y malos momentos, niños creciendo y todo tipo de evoluciones. Esta casa ha sido su ancla”, concluye.

Cuando los Jenner finalizaron su divorcio en 2015 —Kris y Caitlyn se separaron en 2013 y esta última comenzó su proceso de cambio de sexo—, la primera transfirió la casa a un fideicomiso familiar. Varios de sus hijos han vivido allí durante temporadas. Entre ellos Kim, quien se mudó mientras renovaban su propia casa, y Rob, el más desconocido del clan, vivió allí con su hija Dream. Actualmente, nadie vive en la mansión.

Antes de poner la casa en venta, Kris Jenner contrató al famoso diseñador Ryan Saghian, cuyo trabajo era “reimaginar una de las casas más reconocibles de la cultura pop”, dice este en un mensaje de texto a The New York Times. El diseñador reemplazó casi todos los muebles con piezas del mayorista de lujo europeo Eichholtz y trajo nuevas obras de arte hechas a medida y varias lámparas de araña personalizadas. Por un precio adicional de 400.000 dólares (387.779 euros), la casa se puede comprar amueblada, pero los compradores no tendrán acceso al sillón favorito de Kris Jenner, localizado en la oficina de la casa, puesto que la personalidad televisiva y manager de sus famosas hijas se lo llevará consigo.

Con esta venta, Kris Jenner marca el fin de una era del clan, pero no la última. Desde 2022 el reality de la familia es producido por la distribuidora Hulu —Disney+ en España— bajo el título Las Kardashian. En esta continuación, la familia más influyente y famosa de la televisión prosigue una vida caracterizada por el drama, el glamour, las excentricidades y el lujo. La sexta temporada se estrenó el pasado 6 de febrero y se espera que renueven para una séptima.