Cher, la superestrella que está redefiniendo lo que es ser una diva en el otoño de su vida

Cher (El Centro, California, 78 años) ha dado pocas muestras de nostalgia a lo largo de su carrera, pero ahora, tras seis décadas de trabajo, está decidida a echar la vista atrás. En menos de un año ha lanzado un extenso recopilatorio con sus éxitos musicales, ha publicado la primera parte de su biografía —porque, afirma, todo no cabe en un solo volumen— y, lo más llamativo, ha anunciado que su despedida de la música está cerca. Durante la promoción del libro Cher: The Memoir Part 1, cuya publicación en castellano está prevista para marzo en Ediciones Camelot, ha revelado que está grabando a contrarreloj el que será su último disco de estudio. Lo ha contado en la revista semanal brasileña Veja, en la que a la pregunta de si su nuevo álbum va a ser el último de su carrera la diva confiesa: “Estoy casi segura de que lo será porque llega en un momento en que la voz ya no es apta para cantar. Mi voz no es la misma. Por eso estoy intentando grabar el nuevo álbum lo más rápido posible. Lo haré lo mejor que pueda y espero que a la gente le guste”.

No es la primera vez que la artista —que terminó en diciembre una larga gira por medios de todo el mundo para presentar las memorias— hace una declaración de este tipo, pero sí se trata de la más tajante. Y lo más significativo es que no viene sola, sino después de que sus seguidores también hayan detectado esta pérdida de voz. Tras su actuación en la ceremonia de ingreso en el Rock and Roll Hall of Fame, en octubre de 2024, algunos de sus fans percibieron el esfuerzo que la diva estaba haciendo para cantar If I Could Turn Back Time, de 1989 y uno de sus mayores éxitos, y lo reflejaron en redes. Tras uno de los momentos más agudos del tema, ella misma mostró su frustración con un sentido “oh”, por no haber llegado a la nota. Esa noche también compartió escenario con Dua Lipa y a lo largo de todo 2024 se subió múltiples veces a los escenarios de ceremonias de premios como los de la emisora estadounidense iHeartRadio y el desfile de Victoria’s Secret, donde no fue tan llamativa esa pérdida de voz.

Cher cuenta con uno de los timbres de voz más reconocibles y versátiles de la industria. Ya lo demostró en los años setenta en su propio programa de televisión, The Cher Show, en el que interpretaba versiones de otros artistas con los que compartía plató (de Jackson Five a David Bowie y Tina Turner) y homenajeaba musicales como West Side Story (en un sketch llegó a interpretar a los personajes principales). Y lo ha seguido mostrando en sus incursiones en la música disco, en el rock, el blues y el dance, el estilo que revolucionó con el uso del vocoder, que distorsionaba la voz para que sonase más robótica y que pasó a llamarse “efecto Cher”. Hasta el año 2000 el ritmo de su carrera fue frenético, empalmando discos, giras y películas, aunque no faltaron momentos en los que nadie se acordaba de ella y tuvo que refugiarse en Las Vegas y en los programas de televisión de aerobic (al estilo de las protagonistas de La sustancia, la película de la francesa Coralie Fargeat).

Las últimas dos décadas y media han sido algo más reposadas para ella, aunque no se ha quedado en casa, como le recomendó su psicólogo a finales de los 2000. Desde que cumplió los 70, en 2016, ha completado una gira mundial y ha publicado dos discos, Dancing Queen (2018), con versiones de ABBA, y Christmas, de villancicos (2023). Pero no ha sido hasta estas últimas actuaciones de 2024 que se ha hecho evidente esta dificultad para cantar. Coral Antón, profesora de canto y actuación afincada en Madrid, señala que estos problemas son propios de la edad. “Al cumplir años las cuerdas vocales empiezan a envejecer, como todo el cuerpo, al igual que surge la presbicia en la vista”, señala esta maestra con más de 30 años de experiencia formando a cantantes y actores de teatro musical.

Antón destaca, no obstante, la buena forma física en la que se mantiene Cher, pues pocas siguen sobre los escenarios a esa edad: “Conservar una buena musculatura y una vida activa contribuye a mantener la voz, porque todo el cuerpo está conectado”. Son pocos los artistas que alargan sus carreras en el otoño de sus vidas. Mick Jagger, Paul McCartney o Gloria Gaynor son tres ejemplos de todoterrenos a los que se vio sobre los escenarios españoles el año pasado. También Bob Dylan, aunque sus cambios en la voz han sido criticados en las crónicas de sus conciertos e incluso han analizado cómo la edad (y el tabaco) han causado estragos en ella.

En España, Raphael es el gran referente, pues sigue saliendo de gira pasados los 80. A finales de 2024 sufrió un accidente cardiovascular que le ha obligado a cancelar sus conciertos para este año, pero su voz sigue en plena forma. Igual que Estíbaliz Uranga, que formó el dúo Sergio y Estíbaliz con su marido Sergio Blanco (representaron a España en Eurovisión en 1975) y hoy sigue como integrante de El Consorcio. La cantante bilbaína, de 72 años, asegura en conversación con este periódico que la naturaleza la ha dotado de una voz que resiste bien el paso del tiempo y que no tiene trucos para mantenerse en forma, porque siempre ha sido “una chica buena, sin muchos excesos”. Sí reconoce que, a veces, le falta fuelle y, sobre todo, ya no llega a las notas más agudas. Ella lo soluciona, dice, cantando medio tono más bajo. Sin embargo, señala que ha ganado en profundidad y expresividad.

Con la edad, comenta Antón, las voces se hacen más finas, menos flexibles y pierden rango, es decir, no alcanzan las notas más altas con la misma facilidad, porque se debilita la musculatura. Para el caso de Cher, Antón utiliza un símil de lenguaje automovilístico: “Se le cala”, como el sonido que hace un motor cuando no termina de arrancar. “Ya no tiene la dimensión vocal de la que siempre ha gozado”.

Cher lleva meses hablando de este disco con canciones nuevas que quiere convertir en su testamento musical, su canto de cisne. El cierre a una carrera sin parangón que comenzó hace 60 años, con 27 álbumes de estudio y una decena de giras mundiales. Ahora se siente agotada, como ha dejado claro en esta última ronda de entrevistas con motivo de su biografía. En ellas ha abierto su corazón como nunca, y quizá por eso se ha atrevido a hablar de su voz, su principal seña de identidad y, curiosamente, uno de los atributos que menos le gustan de ella.

La buena noticia, explica Antón, es que la voz se puede reeducar, aunque ya no llegue a las mismas notas. Algo que suelen hacer muchos cantantes y a lo que Cher no es ajena. Para la grabación del disco navideño volvió a llamar a su entrenadora vocal Adrienne Angel, de 97 años, conocida por haber formado a Whoopi Goldberg, Jane Krakowski, Joel Gray o Joan Jett. “No había cantado desde antes del covid y la llamé y trabajamos todos los días y pude ponerme delante del micrófono”, reconoció en 2023 a Associated Press (AP). Por tanto, no es descartable que el episodio en la ceremonia del Rock and Roll Hall of Fame acabe siendo algo aislado. “Hay maneras de adaptar la manera de cantar cuando uno es mayor, como cambiar la manera de colocar la laringe, entre otras acciones”, explica Antón.

Habrá que esperar unos meses para saber más sobre este último álbum del que aún no hay fecha de publicación, pero, pese a todo lo anunciado, podría no ser el último. No solo porque reeduque su voz, sino porque sentó un precedente con su gira de 2002, a la que bautizó The Farewell Tour (la gira del adiós, en castellano), con la que pretendía despedirse de los escenarios. Pero se lo pensó mejor y desde entonces ha salido dos veces más de gira y ha protagonizado dos residencias de varios años en Las Vegas. Por lo que pese a sus dramáticas declaraciones se puede esperar de ella cualquier cosa. Sea como sea, Cher es la superestrella que cada día, ya sea con una nueva aparición, unas declaraciones o una actuación, está redefiniendo lo que supone ser una diva en el otoño de la vida.